Los crímenes de odio aumentaron un 70% en Argentina: “Las mujeres trans concentran la forma más brutal de la discriminación”

ATA - Sylvia Rivera • 11 de septiembre de 2025

En los primeros seis meses del 2025 se registraron 102 delitos de odio. Las consecuencias son 17 personas que perdieron la vida y 85 que sufrieron lesiones por su orientación sexual o identidad de género. El 70% de los casos son mujeres trans. En el 57,8% de los casos las agresiones se ejecutan con golpes y la mayoría de las víctimas tienen menos de 40 años

En la primera mitad del año se registraron 102 delitos de odio, un 70% más que en 2024. Hubo 17 personas que murieron a causa de su orientación sexual o identidad y 85 sufrieron lesiones a su integridad física. Durante el primer semestre de 2025 se registraron 102 crímenes de odio contra personas LGBT+.

Es un indicador preocupante ya que implica un 70% más que los delitos cometidos durante el 2024 (60 casos) y muestra un aumento de actos homofóbicos, lesbofóbicos y transfóbicos, según el informe semestral 2025, del Observatorio de Crímenes de Odio LGBT+, motivados por discriminación, orientación sexual, expresión e identidad de género.


“Esta cifra es alarmante no solo por su magnitud, sino por su carácter histórico: representa un aumento del 70% en comparación con el mismo período del año anterior, en el que se habían contabilizado 60 casos. Pero, además, en tan solo seis meses, se alcanzó el 72% del total registrado durante todo el año 2024, que cerró con 140 casos. La evolución histórica refuerza esta tendencia: en todo 2023 se registraron 133 casos, en 2022 la cifra fue similar, y en 2021 se habían contabilizado 129”, enmarca el Observatorio.

El 58,8% de las lesiones al derecho a la vida de los delitos de odio son muertes por violencia estructural


“Hay extrema preocupación por la alarmante cantidad de muertes y ataques registrados durante el primer semestre de 2025. En tan solo seis meses, 17 personas de la diversidad sexual murieron como consecuencia de acciones u omisiones basadas en el odio hacia su orientación sexual, identidad y/o expresión de género, y otras 85 sufrieron lesiones a su integridad física”, resaltan.


El Observatorio Nacional de Crímenes de Odio LGBT+ fue creado por la Defensoría LGBT, dependiente del Instituto contra la Discriminación, de la Defensoría del Pueblo de la Ciudad de Buenos Aires, en articulación con la Federación Argentina LGBT+, la Defensoría del Pueblo de la Provincia de Buenos Aires y la Defensoría del Pueblo de la Nación, en mayo de 2016.



El objetivo es el relevamiento de datos que visibilicen la violencia que viven cotidianamente lesbianas, gays, bisexuales, trans y personas con identidades disidentes. La finalidad es generar una plataforma de información que permita monitorear e incidir en la formulación de políticas públicas eficaces y propuestas legislativas para la prevención, sanción y erradicación de los crímenes de odio sexual, identidad de género y/o su expresión.

Los delitos de odio se ejecutan a través de violencia estructural, puñaladas, abuso sexual, lesiones autoinflingidas y balazos.


En los primeros seis meses de 2025 ocurrieron 102 crímenes de odio, en donde la orientación sexual, la identidad y/o la expresión de género de todas las víctimas fueron utilizadas como pretexto discriminatorio para la vulneración de sus derechos y la violencia.


Las más atacadas son las mujeres trans: del total de las personas de la comunidad LGBT+ víctimas de crímenes de odio, registrados en el primer semestre de 2025, el 70,6 % de los casos (72) corresponden a mujeres trans; en segundo lugar, con el 16,7 % (17), se encuentran los varones gay cis; en tercer lugar, con el 6,9 % (7) de los casos, figuran las lesbianas; les siguen los varones trans, con el 4,9 % (5); y por último una persona no binarie que representa el 1 % del registro.


Del total de lesiones al derecho a la vida perpetuadas en el primer semestre de 2025 (17 casos), el 23,5 % corresponde a asesinatos, incluyendo aquellos perpetrados por agentes estatales; el 58,8 % son muertes por violencia estructural, es decir, fallecimientos en los que la vulneración sistemática e histórica de derechos generó condiciones materiales de precariedad que hicieron evitables esas muertes y el 17,6 % restante son casos de suicidios.


El período comprendido va del 1º de enero de 2025 hasta al 30 de junio de 2025. Las fuentes son medios masivos de comunicación e información recolectada por la Defensoría LGBT+ a través de denuncias recibidas, redes sociales, contactos telefónicos; en articulación con la Federación Argentina LGBT+ y su desarrollo territorial en las 24 provincias del país, a través de las 150 organizaciones que la componen. Otra importante fuente son los datos aportados por el Centro de Documentación y Situación Trans de América Latina y el Caribe (CeDoSTALC) perteneciente a la REDLACTRANS.


En los primeros seis meses de 2025 se registraron cuatro asesinatos perpetrados hacia personas de la diversidad sexual: tres fueron dirigidos a varones gay cis y uno a una lesbiana. También se registraron diez muertes por violencia estructural –ocho de mujeres trans, una de un varón trans y una de una persona no binarie– y tres suicidios –dos de varones gay cis y uno de una mujer trans. En el primer semestre de 2025, el 52,9 % (nueve casos) de las lesiones al derecho a la vida fueron hacia mujeres trans; el 35,3 % (seis casos) hacia varones gay cis; el 5,9 % (un caso) hacia lesbianas y otro 5,9 % (un caso) hacia un varón trans.



“Estos datos confirman que la violencia hacia la comunidad LGBT+ en Argentina está particularmente dirigida: son las mujeres trans quienes concentran la forma más brutal del odio y la discriminación estructural, expresada en prácticas que continúan arrebatando sus vidas con una saña alarmante”, analiza el Observatorio.


En Argentina, a pesar del cierre del Instituto Nacional contra la Discriminación, la Xenofobia y el Racismo (INADI) y del Ministerio de Mujeres, Géneros y Diversidad, quedan en pie organismos como el Observatorio.


Por otra parte, las leyes que castigan los delitos de odio están vigentes. Son fruto de una historia de lucha por los derechos de la diversidad sexual y no fueron derogadas por el Congreso de la Nación. Por eso, están para ser cumplidas.


La ley antidiscriminatoria (N°23.592) se sancionó el 3 de agosto de 1988 y se promulgó el 23 de agosto de ese año. La norma promueve que se adopten medidas contra los actos discriminatorios.


Mientras que el 14 de noviembre del 2012 se sancionó (y se promulgó el 11 de diciembre del 2012) la Ley N°26.791 que incorporó modificaciones al Código Penal, en el artículo 80 del Código Penal, que incorporaron el agravante por “odio racial, religioso, de género o a la orientación sexual, identidad de género o su expresión”.


La pena prevista es la “reclusión perpetua o prisión perpetua, pudiendo aplicarse lo dispuesto en el artículo 52, al que matare: a su ascendiente, descendiente, cónyuge, ex cónyuge, o a la persona con quien mantiene o ha mantenido una relación de pareja, mediare o no convivencia; por placer, codicia, odio racial, religioso, de género o a la orientación sexual, identidad de género o su expresión”.


¿Qué son los crímenes de odio? La definición difiere en cada país. Por eso, el Observatorio aclara: “El rechazo por ser lo que se es, por manifestar de alguna forma una sexualidad no hegemónica y tradicional”. Por otra parte, para considerar un determinado acto como un crimen de odio, tiene que existir agresión o conjunto de agresiones dirigidas a lesionar los derechos de una persona.


“La conducta violenta en los delitos de odio varía dependiendo del contexto y de los prejuicios que tenga una sociedad específica, pero está presente en todas las sociedades”, según la definición de Gabriela Guerrero e Israel Lara.


Estas agresiones implican violaciones a distintos derechos fundamentales de las personas: a la dignidad, a la integridad personal, a la seguridad, a la no discriminación, a la igualdad y a la vida. También es indispensable que exista pertenencia (o la asociación) de la persona agredida a un colectivo históricamente vulnerado y/o discriminado.


En algunos casos no es que la persona pertenezca a un colectivo vulnerado, sino que se requiere “una asociación” entre la persona agredida y un colectivo. Es la persona autora del crimen de odio quien asocia a su víctima con el grupo vulnerado. Por ejemplo, una víctima puede no ser gay, pero si es agredida porque está asociada al colectivo gay constituye delito de odio.


La víctima tiene que pertenecer a colectivos históricamente vulnerados que son aquellos grupos de personas cuyos derechos son menoscabados por una relación asimétrica de poder que es determinada por un contexto sociopolítico.


Además para contabilizar una agresión como delito de odio debe existir motivación que impulsa a una persona (o varias) a actuar contra los derechos de otra. La motivación está básicamente fundada en el odio, el prejuicio, el rechazo, el desprecio, o la discriminación hacia alguna persona miembro, real o así percibida, de algún colectivo históricamente vulnerado y/o discriminado.


El crecimiento de los delitos de odio es significativo porque no solo afecta a las personas agredidas, sino que enciende alarmas en toda la comunidad. Tocan a una para que lo sepan todos: la víctima nunca es una sola. El agresor a través de su lesión manda un mensaje.


El crimen de odio es un acto voluntario consciente, generalmente realizado con saña, que incluye -pero no se limita- violaciones del derecho a la dignidad, a la no discriminación, a la igualdad, a la integridad personal, a la libertad personal y/o a la vida.


Esta agresión tiene la intención de dañar y, en algunos casos incluso ocasionar la muerte de la víctima. Está basada en el rechazo, desprecio, odio y/o discriminación hacia un colectivo de personas históricamente vulneradas y/o discriminadas.



El relevamiento realizado por el Observatorio monitorea crímenes de odio motivados por discriminación por orientación sexual, expresión e identidad de género. La investigación centra en las lesiones al derecho a la vida -asesinatos, muertes por violencia estructural y suicidios- y en las lesiones a la integridad física.


Las violencias estructurales, generalmente asociadas al deterioro de la salud por condiciones de precariedad, exclusión del sistema formal de derechos, falta de acceso a vivienda digna, trabajo e incluso alimentación y atención médica, generan muertes tempranas, evitables, enfermedades crónicas y sufrimiento cotidiano.


Las modalidades empleadas para ejecutar estos crímenes de odio revelan patrones sostenidos de violencia. La más frecuente fue el uso directo de la fuerza física: los golpes, en el 57,8 % de los casos (59). Le siguen otras formas de agresión directa como las puñaladas (5,9 %), los empujones o forcejeos (4,0 %), los balazos (2,9 %), el estrangulamiento o asfixia (2,0 %), la privación ilegítima de la libertad (4,0 %), el uso de fuego o calcinamiento (2,0 %) y el abuso sexual (1,0 %).

También se registraron lesiones autoinfligidas en el 7,8 % de los casos (8). El Observatorio considera que estos casos son una “expresión extrema de la violencia psicológica y simbólica que recae sobre las identidades de la diversidad sexual y que se manifiesta en el cuerpo como resultado de contextos de hostilidad, exclusión y negación de la dignidad”.


En el 35,3 % de los casos (36) los delitos fueron cometidos por particulares. Pero en el 64,7 % (66), el Estado aparece como responsable directo de las violencias, a través del accionar de fuerzas de seguridad o de otras instituciones públicas.


Se destaca de forma alarmante que en más de la mitad de los casos con autoría estatal (54 casos, 52,9 % del total general), la violencia fue ejecutada por personal de las fuerzas de seguridad en ejercicio de sus funciones en graves situaciones de violencia institucional.


A su vez, en el 11,8 % de los casos (12), la responsabilidad recae en otros dispositivos estatales no policiales, que contribuyeron de forma directa o por omisión a la vulneración de derechos fundamentales de las personas LGBT+. “Lejos de brindar protección el Estado se configura como uno de los principales agentes reproductores de violencia hacia la diversidad sexual, ya sea por acción directa o por inacción ante situaciones de exclusión y maltrato estructural”, advierte el informe.


En cuanto al vínculo entre las víctimas de los crímenes de odio y les agresores particulares (36) en el 41,6 % de las veces las personas agresoras eran desconocidas para las víctimas. En el 22,2 % de los casos (8), la agresión fue autoinfligida por la propia víctima, generalmente, en contextos que son descriptos como “de alto sufrimiento subjetivo”.


En el 19,4 % de los hechos fueron perpetrados por personas conocidas por las víctimas y en el 5,5 % (2) por novias/os o parejas. En el (5,5 %), los agresores eran clientes en contextos de trabajo sexual. En un 2,7 % de los casos (1), el delito fue cometido por una madre o un padre.


La juventud no es un divino tesoro: la franja etaria más afectada, en el primer semestre de 2025, fue la de personas de entre 20 y 29 años, que concentra el 45,16 % de los casos. En segundo lugar, con el 19,35 %, se encuentra la franja de 40 a 49 años. Le sigue el grupo de 30 a 39 años, con el 16,13 %, mientras que las etapas de 10 a 19 años y 50 a 59 años representan, cada una, el 6,45 %.


De todos modos, se registraron casos en los grupos de 60 a 69 años y 70 a 79 años con el 3,23 %. “Estos datos permiten visibilizar que la violencia hacia la comunidad LGBT+ afecta principalmente a personas jóvenes adultas, pero también alcanza a adolescentes y personas mayores. La altísima concentración de casos en la franja de 20 a 29 años —casi la mitad del total con dato registrado— revela con crudeza cómo la violencia se descarga especialmente sobre les más jóvenes”, destaca el Observatorio.


Las vidas trans importan. “La presencia sostenida de crímenes de odio en franjas que no superan los 40 años reafirma un dato estructural que se repite año tras año: el bajo promedio de vida de las personas trans, especialmente mujeres, que siguen expuestas a condiciones de violencia institucional, exclusión social y muerte temprana”, subraya el Observatorio.



“La distribución etaria de los casos registrados opera como un indicador indirecto del fracaso sistemático del Estado en garantizar derechos y condiciones dignas de vida para la población LGBT+, y de la población trans”, señala el informe.

Dime de dónde eres y te dire cuánto sufres: los crímenes de odio se concentraron en la provincia de Buenos Aires, con el 60,8 % (62 casos) del total. En segundo lugar se ubicó la Ciudad Autónoma de Buenos Aires, con el 23,5 % (24 casos). Luego se encuentran Córdoba con el 3,9 % (4 casos), Chaco con el 2,9 % (3 casos) y Salta y Tierra del Fuego con el 2,0 % (2 casos cada una).

Finalmente, con el 1,0 % (1 caso cada una), se incluyen Chubut, Corrientes, Entre Ríos, Santa Fe y Santiago del Estero. “Es importante que en aquellas provincias donde los porcentajes son más bajos —o incluso donde no se registran casos en este período— no necesariamente hay menos crímenes de odio, sino que persiste un problema estructural de subregistro.

En muchos territorios del país existe una menor presencia de organizaciones de la sociedad civil que realicen tareas de documentación, denuncia y visibilización de estas violencias. “La ausencia de registros no debe interpretarse como ausencia de violencia”, aclara el Observatorio.

La cárcel no da seguridad: el mayor porcentaje –54,1 %– de crímenes de odio sucedió en comisarías o unidades penitenciarias. El Observatorio señala que esta realidad “evidencia la gravedad de las violencias institucionales ejercidas especialmente contra personas trans privadas de libertad”.


El 17,6 % de los casos se produjeron en la vivienda de la víctima, mientras que el 16,4 % ocurrió en la vía pública. “Estos datos resultan especialmente preocupantes, ya que demuestran que tanto el ámbito privado como el espacio público se constituyen en escenarios de violencia LGBT+odiante, profundamente influenciados por los discursos de odio que circulan y se legitiman socialmente”, critica el informe.


“En el hogar y la calle se materializan prácticas de hostigamiento, disciplinamiento y exclusión que ponen en riesgo la integridad y la vida de las personas LGBT+”, remarca. El 8,2 % de los ataques tuvo lugar en establecimientos privados de acceso público, el 2,3 % en establecimientos públicos y el 1,1 % en establecimientos privados.



“Los principales escenarios de peligro para la comunidad LGBT+ son los contextos de encierro institucional, la vivienda particular de las víctimas y la vía pública espacios clave para pensar estrategias urgentes de prevención, protección y reparación”, señala la investigación.


“La violencia política contra la diversidad sexual es una práctica sistemática de persecución sostenida a través de discursos de odio, que vemos cómo actualmente se despliega y repite desde distintos ámbitos; algunas veces desde el anonimato, y otras veces con la voz impune y legitimada de autoridades del propio gobierno nacional y/o gobiernos locales. Y esos discursos tienen consecuencias directas sobre la vida de las personas LGBT+”, denuncia el Observatorio.


“Sabemos que esas violencias escalan. Y la cima son las muertes perpetradas por odio, que no surgen de manera espontánea ni responden a acciones individuales o aisladas. Son el resultado de un clima de hostilidad que se construye, se gesta y se difunde conscientemente desde un sector de la sociedad, que hoy encuentra además su amparo en sectores del poder político”, señala el Observatorio.


“Es de inmensa gravedad que el Gobierno Nacional haya definido como política de Estado el señalar, estigmatizar y deslegitimar a los feminismos y a los movimientos de diversidad sexual”, critica el Observatorio.


“Cuando esa estigmatización proviene de la figura presidencial, con tono de doctrina y pretensión de verdad, el efecto sobre nuestras comunidades es letal. Los discursos de odio no son meras opiniones: son estrategias de disciplinamiento social”, concluye.


“Su repetición sistemática, su legitimación desde el discurso oficial y su naturalización en los medios de comunicación y en el debate público generan condiciones propicias para la violencia física, institucional y simbólica. No es casual que, en un contexto de estigmatización creciente desde el Poder Ejecutivo, los crímenes de odio se hayan incrementado exponencialmente en nuestro país”, contextualiza.


El informe enumera: “El aumento de los crímenes de odio es la manifestación más brutal de una política de exclusión. La responsabilidad del Estado en este proceso es ineludible. Cuando el discurso oficial demoniza a un grupo históricamente vulnerado, cuando niega sus derechos y sus existencias, cuando ataca las leyes que lo protegen, se habilita socialmente la violencia”.


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Noticias

Por ATA - Sylvia Rivera 24 de octubre de 2025
La artista pop Chappell Roan ha lanzado oficialmente el Midwest Princess Project, una iniciativa sin ánimo de lucro destinada a apoyar a jóvenes trans y comunidades LGBTQ+ en Estados Unidos. El proyecto, patrocinado por el Catalyst Philanthropy Fund, nace con una recaudación inicial de más de 400.000 dólares obtenidos durante sus recientes conciertos pop-up Visions Of Damsels & Other Dangerous Things. La propuesta no se queda en lo simbólico: Roan ha anunciado que donará 1 dólar por cada entrada vendida en su gira por Nueva York, Los Ángeles y Kansas a organizaciones como Ali Forney Center, The LGBT Center, Trans Wellness Center, TransLatin@ Coalition, The GLO Center y The Center Project, todas ellas dedicadas a brindar recursos y apoyo directo a jóvenes trans. Además, ha colaborado con Propeller y eBay para crear activaciones especiales en sus conciertos que fomentan la participación comunitaria y la recaudación de fondos. Este proyecto refleja el compromiso que Chappell Roan ha mantenido desde sus inicios con el activismo queer. En los Grammy 2025, donde ganó el premio a Mejor Artista Novel, denunció públicamente la precariedad laboral en la industria musical y exigió salarios dignos y cobertura médica para artistas emergentes. También donó 25.000 dólares de su propio bolsillo a músicos en situación vulnerable, gesto que fue igualado por artistas como Noah Kahan y Charli XCX. En declaraciones recientes, Roan ha subrayado que “la alegría queer” es el motor que la impulsa a seguir actuando. Su defensa de las mujeres trans en la alfombra roja de los Grammy —“trans joy has to be protected more than anything”— resume el espíritu de una artista que ha convertido su carrera en una plataforma de visibilidad, cuidado y acción. De Missouri al estrellato queer: la carrera de Chappell Roan Chappell Roan, nacida como Kayleigh Rose Amstutz en Willard, Missouri, en 1998, comenzó su carrera musical a los 17 años con el EP School Nights, que llamó la atención de Atlantic Records. Tras varios años de desarrollo artístico y una estética cada vez más marcada por el glam queer y el synth-pop ochentero, lanzó su álbum debut The Rise and Fall of a Midwest Princess en 2023, una obra que mezcla teatralidad, vulnerabilidad y empoderamiento con himnos como Pink Pony Club, Casual y Red Wine Supernova. El disco fue recibido con entusiasmo por medios como Pitchfork, que lo describió como “una celebración maximalista de la identidad queer”, y por Rolling Stone, que lo incluyó entre los mejores debuts del año. En 2024, Roan siguió consolidando su estilo con el single Good Luck, Babe!, y más tarde con The Giver, una incursión en el country-pop. Su último lanzamiento, The Subway, llegó en agosto de 2025 y ha sido aclamado por su narrativa emocional y producción envolvente. Más allá de los charts, Chappell Roan ha construido una comunidad fiel gracias a sus actuaciones en festivales como Reading & Leeds, donde su show fue descrito por NME como “una celebración colectiva de la diferencia”. Su estética drag, sus letras confesionales y su activismo constante la han convertido en una figura clave del pop alternativo contemporáneo. Actualmente trabaja en su segundo álbum, aunque ha admitido que aún está lejos de completarlo. Mientras tanto, sigue demostrando que el pop puede ser una herramienta poderosa para el cambio social. https://crazyminds.es
Por ATA - Sylvia Rivera 23 de octubre de 2025
Cabello rubio, Metro ochenta y una talla 41 de pie. La ficha del modelo Elio Berenett siempre fue un misterio para los agentes de casting. Incluía todos los datos y, aun así, cada vez que se encontraba con ellos vivía la misma situación. “Me acuerdo de un afterparty donde todos se acercaban preocupados porque no sabían cómo tratarme. Yo simplemente les decía: ‘Me da igual, me apunto a todo’. Entiendo que les fuese confuso, para mí también lo era al principio”, cuenta desde su casa en Suecia. Con nueve años empezó a trabajar como modelo femenina, de adolescente vivió su transición y diez años más tarde debutó a lo grande de la mano de Louis Vuitton en París. La colección era femenina, pero él era un hombre trans. Ahora tiene 22 años y ningún atisbo de aquellas dudas: afronta con la misma decisión un desfile con tacones que un reportaje de moda masculina como el que protagoniza en estas páginas.
Por ATA - Sylvia Rivera 22 de octubre de 2025
Un hombre trans de 22 años sufrió un ataque transodiante el pasado viernes, por parte de dos hombres que incendiaron su vivienda en la provincia de Neuquén. El hecho ocurrió el viernes a la medianoche, en una casilla de madera del sector de meseta Colonia Rural Nueva Esperanza. "A las 00 horas habían dos personas fuera de mi casa que me decían salí maricón. Luego escucho que algo golpea mi casa y escucho una explosión", relató el joven, identificado como Nacho. En ese momento, continuó Nacho, "llamé a mi tía para decirle que me habían prendido fuego mi casa y comienzo a sentir detonaciones, fueron entre cuatro y cinco disparos. Siento que las balas me pasan cerca de la cabeza. Intenté salir con mi gato pero no alcancé a salvarlo". Según consta en la denuncia policial radicada en la Comisaría N° 20, antes del incendio Nacho había recibido una visita de los atacantes, que años atrás le habían vendido el terreno donde él vivía. “Me decían que yo era un rastrero, me agredieron por ser trans. Me pusieron un arma en el pecho y me dijeron que a la noche me iban a prender fuego vivo”, contó la víctima. A pocos días del transfemicidio de Azul Semeñenko, la familia de Nacho y sus allegados temen por su vida y es por eso que solicitan el resguardo para el joven. Desde el CPEM 69 también pidieron ayuda para proteger a este joven tras el incendio de su vivienda que lo dejó en la calle. Amigos del joven y docentes del CPEM 69 están recolectando ropa, calzado, abrigo y elementos de construcción para ayudarlo. https://www.pagina12.com.ar
Por ATA - Sylvia Rivera 21 de octubre de 2025
El 12 de mayo de 2025, Jhon Alexander Rodríguez Cano se convirtió en el primer hombre trans en Colombia que logró un traslado carcelario fundamentado en el reconocimiento de su identidad de género. Este hecho, conocido por la revista Cambio, marcó un hito en el sistema penitenciario colombiano y desencadenó reformas institucionales, además de abrir el debate sobre los derechos de la población trans en prisión. El proceso que llevó a Rodríguez a este traslado comenzó con una petición escrita de su puño y letra dirigida al Juzgado 4 de Manizales. En ella, solicitó el cambio de establecimiento porque no se sentía conforme en la cárcel de mujeres, ya que se identifica plenamente como hombre. Rodríguez, de 34 años, fue sentenciado en mayo a diez meses de prisión por tráfico de estupefacientes, tras ser capturado en flagrancia a principios de año en el sector de El Esquinazo, en la capital caldense. Aunque su documento de identidad lo reconoce como hombre desde 2011 y la Registraduría Nacional actualizó su identificación hace más de tres años, el sistema penitenciario lo ubicó inicialmente en una cárcel de mujeres, siguiendo el criterio de genitalidad y no de identidad de género. Durante los tres meses que permaneció en la cárcel de mujeres, Rodríguez manifestó su incomodidad y la incongruencia de su reclusión. En marzo, elevó una solicitud formal a la dirección del establecimiento y, posteriormente, el 7 de mayo, interpuso una tutela que fue atendida. El Grupo de Asuntos Penitenciarios del Instituto Nacional Penitenciario y Carcelario (Inpec) accedió a su petición y autorizó el traslado a la cárcel de hombres de la misma ciudad. Este movimiento, sin precedentes en Colombia, atrajo la atención de la Defensoría del Pueblo, la Procuraduría y el Ministerio de Justicia, que reconocieron la necesidad de establecer reglas claras para la atención de la población trans en el sistema penitenciario. La reacción institucional fue inmediata. Néstor Osuna, procurador delegado para los Derechos Humanos, destacó al diario nacional que el caso de Rodríguez representa un “precedente”, ya que “a la hora de asignar la cárcel, no se tiene en cuenta la identidad de género, ni lo que sienten las personas”. Francisco Bernate, presidente del Colegio de Abogados Penalistas, explicó que los traslados carcelarios suelen concederse por razones de arraigo familiar, seguridad o enfermedad, y que la identidad de género apenas comienza a ser considerada como un motivo legítimo. La Defensoría del Pueblo, tras verificar las condiciones de Rodríguez, convocó una mesa interinstitucional para abordar los vacíos normativos, operativos y culturales que persisten en el sistema. Entre las carencias detectadas, se destacó la falta de acceso a productos básicos como toallas higiénicas, un problema recurrente que ha motivado múltiples tutelas contra el Inpec. El informe de la Defensoría, citado por Cambio, reveló que los funcionarios penitenciarios carecen de formación en enfoque de género, la asistencia psicosocial es inexistente y no se garantiza atención médica especializada, como ginecología o endocrinología, para la población trans. Además, fuentes internas del penal señalaron que Rodríguez ha presentado conductas autolesivas y se encuentra aislado en un patio destinado a funcionarios públicos, debido al temor de que pueda ser víctima de violencia sexual o incluso de homicidio, riesgos que, según Osuna, son frecuentes para personas trans en cárceles de hombres. La Superintendencia de Salud estima que la esperanza de vida de una persona trans en Colombia es de apenas 35 años. El contexto de la población trans en las cárceles colombianas es especialmente adverso. De acuerdo con datos del Inpec proporcionados a Cambio, en el sistema penitenciario hay 1.595 personas de la comunidad Lgbti+ y otras identidades de género y orientación, de las cuales 205 se identifican como personas trans. Aunque representan una minoría frente a las más de 104.000 personas privadas de la libertad, expertos y activistas coinciden en que se trata del grupo más vulnerable. Darla Cristina González, defensora de derechos de la red Diana Navarro Sanjuan, relató al diario nacional que “en la cárcel también nos cobran diariamente por transgredir la norma social de que los hombres y mujeres deben ser de cierta manera”. González describió situaciones de violencia extrema, explotación sexual y falta de protección, agravadas por la imposibilidad de defenderse dentro del entorno carcelario. La investigadora Valentina Villamarín Mor, autora de un informe reciente sobre la situación de la población trans en prisión para la Universidad del Rosario, concluyó que el rechazo, la estigmatización y la violencia son parte del día a día de estas personas. “Constantemente son atacadas, acuchilladas, gritadas, y siempre las dejan de últimas en temas de alimentación y salud. Es más, los penales no atienden sus procesos de hormonización porque creen que es estético y no médico. Los otros internos e internas ni siquiera los dejan tener visita en los patios”, afirmó Villamarín Mor en diálogo con Cambio. Un testimonio recogido en su investigación ilustra la gravedad de la situación: una persona trans relató haber sido agredida con cuchillos y palos, y verse obligada a modificar su apariencia para evitar ataques, a costa de su bienestar emocional. El caso de Rodríguez ha impulsado la elaboración del primer protocolo nacional para la “garantía de derechos de mujeres y hombres trans, y personas no binarias privadas de la libertad”, según el borrador consultado por el diario. Esta reforma, liderada por la Defensoría, la Procuraduría y el Ministerio de Justicia, propone que la asignación de establecimientos penitenciarios para personas trans ya no dependa de la genitalidad, sino de la voluntad expresa de la persona, recogida en un consentimiento informado y verificada por un juez. Además, el protocolo establece que las personas trans serán nombradas y registradas por el nombre con el que se identifican, y que las parejas diversas tendrán derecho a visita íntima sin discriminación, en igualdad de condiciones que las parejas heterosexuales cisgénero. El Inpec, por su parte, se comprometió a garantizar el acceso continuo a tratamientos hormonales prescritos y a facilitar la valoración médica especializada para quienes deseen iniciar dichos tratamientos. Todo el personal penitenciario deberá recibir formación básica en diversidad sexual, enfoque diferencial y atención sin prejuicios, tanto en la formación inicial como en la capacitación permanente. La Escuela Penitenciaria Nacional incorporará estos contenidos en sus programas, con el objetivo de transformar la cultura institucional y reducir los riesgos para la población trans. Desde la perspectiva de activistas y expertos, el principal desafío sigue siendo la seguridad y la dignidad de las personas trans privadas de la libertad. González considera que la solución debe comenzar desde la imposición de la medida de aseguramiento, priorizando la protección y el bienestar de la persona más allá de la clasificación por género. Villamarín Mor, por su parte, ha documentado casos de mujeres trans que solicitaron cambios de pabellón dentro de la misma prisión, pero que terminaron pidiendo regresar tras enfrentar mayores niveles de acoso y violencia. https://www.infobae.com
Por ATA - Sylvia Rivera 20 de octubre de 2025
El suceso ha tenido lugar en la ciudad de Indore, en el estado indio de Madhya Pradesh, donde habrían ingerido un desinfectante de fenol Un intento de suicidio en masa que se ha saldado con hasta 24 personas trans hospitalizadas ha tenido lugar esta semana en el estado indio de Madhya Pradesh, concretamente en la ciudad de Indore. Los implicados supuestamente, con la intención de quitarse la vida, habrían ingerido un desinfectante de fenol. «Unas 25 personas de la comunidad trans han sido ingresadas en nuestro hospital. Dicen que han consumido fenol juntas», ha explicado el director del hospital, Basant Kumar Ningwal, en declaraciones a la agencia de noticias india PTI. Hasta ahora ha sido detenida una dirigente de la comunidad trans, Sapna Guru, alias Sapna Haji, acusada de amenazas y agresiones contra las personas que intentaron suicidarse tras exigir el dinero entregado para una conferencia. Fue detenida el jueves junto a tres hombres también implicados, ha explicado el subcomisario de la Policía Rajesh Dandotiya, citado por el diario The Hindu. https://www.lavozdegalicia.es
Por ATA - Sylvia Rivera 17 de octubre de 2025
La Corte Constitucional emitió un fallo histórico para la protección de los derechos de las personas trans en Colombia. A través de una sentencia amparó los derechos fundamentales a la salud, la identidad de género y el diagnóstico médico de Victoria, una mujer trans de 33 años, a quien Colmédica le negó procedimientos prescritos como parte de su proceso de afirmación de género. La Sala Tercera de Revisión determinó que la negativa de Colmédica vulneró los derechos fundamentales de la accionante, al impedirle el acceso a un servicio médico esencial y obstaculizar su transición. El tribunal recordó que la identidad de género es “la experiencia personal de ser hombre, mujer o de ser diferentes que tiene cada persona y la forma en que aquella lo manifiesta a la sociedad”, y que esta debe estar amparada por los derechos a la dignidad humana y al libre desarrollo de la personalidad. La Corte reiteró que el derecho a la salud es integral, e incluye las dimensiones físicas, mentales, sociales y emocionales. En el caso de las personas trans, también comprende los aspectos médicos vinculados a su afirmación de género. Asimismo, precisó que el diagnóstico de disforia de género no implica considerar su identidad como una enfermedad, sino que constituye un paso necesario para acceder a los tratamientos. Negar este diagnóstico o los procedimientos ordenados, sostuvo el tribunal, vulnera derechos como la salud, la autonomía y el libre desarrollo de la personalidad. No son cirugías estéticas En la sentencia, la Corte enfatizó que las intervenciones médicas de afirmación de género no pueden catalogarse como procedimientos estéticos, sino como parte de un tratamiento médico integral que busca garantizar el bienestar físico y psicológico de las personas trans. El alto tribunal también recordó que las entidades prestadoras de salud no pueden imponer trabas administrativas ni contractuales que restrinjan el acceso a estos servicios. En el caso de Victoria, su tratamiento hormonal fue suspendido sin justificación, lo que la Corte calificó como una vulneración directa a su derecho a la salud. Además, reiteró que la atención médica debe ser continua y basada en el criterio profesional de los especialistas que conocen el historial del paciente, descartando la aplicación de “paquetes únicos” de servicios para toda la población trans. Uno de los puntos más relevantes del fallo es la restricción impuesta a las empresas de medicina prepagada. La Corte determinó que las cláusulas genéricas de exclusión no pueden ser usadas para negar tratamientos médicos, ya que violan los principios de igualdad y dignidad humana. Según la sentencia, las aseguradoras solo podrán excluir servicios si estos fueron expresamente señalados en el contrato y sustentados en una evaluación médica previa. Un precedente estructural La Sentencia T-377 de 2025 sienta un precedente clave para el reconocimiento pleno de los derechos de las personas trans en el sistema de salud colombiano. El fallo obliga tanto al sector público como al privado a garantizar el acceso pleno, oportuno y digno a los tratamientos de afirmación de género y refuerza el deber del Estado de evitar cualquier forma de discriminación institucional. Con esta decisión, la Corte Constitucional reafirma que la identidad de género es un aspecto esencial de la dignidad humana y que su respeto debe traducirse en acciones concretas dentro del sistema de salud. https://www.elolfato.com
Por ATA - Sylvia Rivera 16 de octubre de 2025
Miss Major Griffin-Gracy, una mujer trans negra y activista de toda la vida que una vez vivió en el Área de la Bahía, falleció el 13 de octubre. Tenía 78 años. Miss Major, como se la conocía ampliamente, había pasado los últimos años viviendo en Arkansas y falleció en su casa en Little Rock rodeada de familiares y amigos, según un comunicado de prensa de House of gg - Griffin-Gracy Educational Retreat and Historical Center. Fue allí donde entró en un hospicio en casa a principios de octubre, según amigos. Había sufrido varios problemas de salud a lo largo de los años, incluido un derrame cerebral en 2019. El comunicado señaló que Miss Major, también conocida como "Mama", luchó durante más de 50 años por la comunidad trans, de género no conforme y LGB, especialmente por las mujeres trans negras y aquellas que han sobrevivido a la encarcelación y la brutalidad policial. En San Francisco, Miss Major se desempeñó como directora ejecutiva del Transgender Gender-Variant Intersex Justice Project. Había cofundado TGIJP en 2004 con Alexander Lee, un hombre trans asiático americano. La organización sin fines de lucro trabaja para acabar con los abusos contra los derechos humanos contra las personas trans, intersexuales y de género diverso, particularmente las mujeres trans negras que están en las prisiones y centros de detención de California. En 2023, Miss Major escribió un libro con Toshio Meronek, "Miss Major Speaks: Conversations with a Black Trans Revolutionary", que habla de su vida como ex trabajadora sexual, y una anciana y activista trans que había sobrevivido al hospital psiquiátrico Bellevue, la prisión de Attica, la crisis del VIH/SIDA y un mundo que la supremacía blanca ha construido, como describió la editorial, Verso. "Ella ha compartido consejos con otras trabajadoras sexuales en la incipiente escena del baile drag de finales de la década de 1960, y ayudó a fundar una de las primeras clínicas de intercambio de agujas de Estados Unidos desde la parte trasera de su camioneta", decía la página web del libro. Janetta Johnson, una mujer trans negra que es la actual CEO de TGIJP, escribió en el sitio web de la organización a principios de este año elogiando a Miss Major. "Nunca olvidaré el día en 1997 cuando llamé a Miss Major y dije: 'Quiero un cambio. Necesito un cambio. Necesito ayuda. ¿Me ayudarás?' Y ella dijo: '¡Claro, cariño!' Respondí: '¡Gracias! Estaré allí en dos semanas. Dame la dirección'", escribió Johnson. "Dejé Tampa, Florida, para ir a San Francisco, conociendo solo a una mujer trans negra que se decía que era parte de la elevación de la comunidad trans negra", agregó. "Me subí al Greyhound y llegué a San Francisco. Considero que ese movimiento fue el comienzo de ser criada, apoyada y nutrida por Miss Major, teniendo una mamá trans, una hermana y una amiga. Ella me amaba, me cuidó para que recuperara la salud y me ayudó a encontrar una sensación de seguridad dentro de mí. Me enseñó a amar, a ser fuerte y a buscar refugio no solo para mí, sino para mi comunidad". https://www.reddit.com
Por ATA - Sylvia Rivera 15 de octubre de 2025
Dolly Van Doll, célebre artista y mujer de negocios, ha fallecido en Barcelona este lunes a los 87 años en un centro médico debido a un accidente cerebrovascular. Fernando Vila, su antiguo esposo, y Cristine Berna, pionera trans en Cataluña, íntima compañera, estuvieron a su lado hasta el último momento. Su legado como impulsora de la noche barcelonesa y símbolo de resiliencia trans perdurará. Carla Follis era el nombre real de la vedette conocida como Dolly Van Doll. En nuestro país será recordada como impulsora del icónico espacio 'Belle Époque' en Barcelona y una mujer de negocios trans que dejó una huella indeleble en la vida nocturna. Pertenecía a la primera generación de personas trans que llegaron para sorpresa del resto de la sociedad y con una capacidad de romper con lo establecido en cuanto a géneros hasta entonces. Recientemente, el magnífico documental Enigma, sobre la musa de Dalí, Amanda Lear, era un viaje por esa generación que, con París como epicentro, acabó llamando la atención de todo el mundo. Allí Dolly conoció a Amanda, como Kiki de Tokyo. Un pasado que Amanda se empeñaba en negar en el citado documental a pesar de todas las pruebas que le mostraban. En los años 50, Dolly Van Doll conoció a Peki cuando trabajaba en Madame Arthur, el primer local de travestis de París creado en 1946. Solían cenar a menudo. En el documental, admite que Amanda era un hombre y que años después, cuando fue a saludarla, le dijo: "No la conozco, déjeme en paz. Lo hizo con todo el mundo siempre. Nunca dijo a la gente que cambió de sexo". Nacida en Turín en 1938, presenció la II Guerra Mundial siendo una infante y desde los once años afirmaba sentirse como una niña. Desde siempre se identificó como mujer, y a los 24 años se convirtió en la pionera italiana en someterse a una operación de reasignación sexual, la cuarta en todo el planeta con resultados positivos, realizada en Casablanca (Marruecos) en 1963. "Soy una mujer feliz y con salud", expresaba en una charla en el programa Noms Propis de La 2, a sus 86 años, destacando que "me ha pasado de todo: bueno y malo". Manejaba una gran cantidad de lenguas y ha actuado en 24 países, incluyendo Japón, Turquía, Grecia y Alemania, donde ya gozaba de renombre antes de llegar a España. Al pisar suelo español en 1971, ya era una estrella consolidada. Se dice que aterrizó en Barcelona al volante de su propio coche descubierto, que hasta tenía teléfono. El promotor Emili Caballé viajó a Alemania para reclutarla, aunque ella no requirió intermediarios. Estrenó su arte en el Gambrinus, un establecimiento del Barrio Chino de la década de 1960, ya extinto, contiguo a Les Enfants, donde abundaban intérpretes trans como Madame Artur y Coccinelle.
Por ATA - Sylvia Rivera 14 de octubre de 2025
Naomi Watts y Liev Schreiber fueron uno de los matrimonios dorados de Hollywood. Ambos estaban en su apogeo con grandes éxitos en la pantalla grande cuando se casaron, y fueron padres de dos hijos. Aunque se separaron en 2016, tras 11 años juntos, cuando se trata de eventos familiares siempre se muestran unidos. Y esta no fue la excepción. La expareja afrontó un torbellino mediático cuando en 2019 uno de sus hijos los acompañó a una alfombra roja y vistió ropa femenina. En ese entonces eligieron no responder los comentarios ofensivos, y prefirieron esperar a que Kai quisiera hablar públicamente sobre su identidad de género. Ese momento llegó en junio de 2025, cuando Kai Schreiber dio su primera entrevista a Interview Magazine, tras cumplir 16 años y anunciar su debut en la pasarela de la Semana de la Moda en París en octubre último. La joven se declaró como una mujer trans, y habló de sus aspiraciones profesionales. "Luché con la identidad de género desde una edad temprana; siempre quise crecer y ser una mujer hermosa, glamorosa e influyente, como Marilyn Monroe", reveló. Kai Schreiber, la hija trans de Naomi Watts, y su debut como modelo Contó que soñaba con caminar las grandes pasarelas del mundo, ser el rostro de las marcas más importantes, y se lo transmitió a su madre desde muy pequeña. "Quiero ser una supermodelo, y practico cómo caminar desde que era una niña. Mi mamá tiene cientos de videos que la obligué a grabar en nuestra cocina, donde practicaba por horas", dijo con humor. A principios de 2025 fue convocada por la casa de moda italiana Valentino, y trabajar para la lujosa compañía fue la confirmación de que su vocación es el modelaje. "El mundo es más divertido con la moda, me encanta que las personas tengan su propio estilo, porque si todos usáramos la misma ropa, la moda no existiría; amo el valor creativo de componer atuendos que te representen", indicó.
Por ATA-Sylvia Rivera 10 de octubre de 2025
La Corte Constitucional de Colombia sentó un precedente en la protección de los derechos de las personas trans, con la expedición de la Sentencia de Unificación (SU) 440 de 2021. Esta decisión no solo ampara los derechos fundamentales a la dignidad humana, la identidad de género, el libre desarrollo de la personalidad y la seguridad social, sino que también establece lineamientos claros con implicaciones directas y trascendentales para el acceso a la pensión de vejez de las mujeres trans. El fallo surge de la acción de tutela interpuesta por Helena Herrán Vargas, una mujer trans a quien la Administradora Colombiana de Pensiones (Colpensiones) le negó el reconocimiento de su pensión de vejez. La entidad argumentó que, a pesar de que la accionante había modificado el componente de sexo en su documento de identidad a "femenino" y vivía su identidad como mujer, debía cumplir la edad de jubilación de 62 años, aplicable a los hombres, y no la de 57 años establecida para las mujeres. Edad de pensión para las mujeres trans En su decisión, la Corte Constitucional estableció un criterio unificado: las mujeres trans tienen derecho a acceder a la pensión de vejez a la misma edad que las mujeres cis (57 años), siempre y cuando cumplan con los demás requisitos de ley, como las semanas cotizadas. Además de amparar los derechos de la accionante y ordenar a Colpensiones realizar un nuevo estudio de su solicitud pensional atendiendo a su identidad de género, la sentencia incluye dos determinaciones de gran alcance. Se les advierte a abstenerse de incurrir en actos discriminatorios y a respetar la identidad de género de la población trans en materia pensional. Esto implica que las entidades no pueden desconocer el componente de sexo registrado en el documento de identidad de la persona, independientemente de su sexo asignado al nacer. Además, la Corte instó al órgano legislativo a regular y definir los requisitos para acceder a la pensión de vejez aplicables a la población de personas trans. Este llamado busca llenar el vacío normativo y establecer un marco legal que prevenga el abuso del derecho y el fraude al sistema pensional sin vulnerar los derechos de esta población, considerando las diversas identidades que componen el espectro trans (incluidas las personas no binarias). amp.noticiasrcn.com