Un año de la Ley Trans: “Hay mucho estigma, pero al final somos personas normales haciendo cosas normales
ATA-Sylvia Rivera • 29 de febrero de 2024
Se cumple el primer aniversario de la entrada en vigor de la norma que tensionó al Gobierno de coalición, abrió una brecha en el movimiento feminista y permitió a las personas trans ser reconocidas oficialmente según su identidad sin tener que atravesar requisitos médicos, algo que hacen solo 16 países en el mundo

Azahara Ortiz antes de salir al campo de fútbol a entrenar con su equipo Puerto de Vallekas, en Madrid
Azahara Ortiz se calza las botas y pisa el campo con firmeza, como si llevara media vida esperando a hacerlo. Hacen falta ganas para empezar el entrenamiento de fútbol ya entrada la noche, en un frío día de febrero pasado por agua. Llueve en el barrio de Vallecas, al sur de Madrid, pero eso no frena a Azahara y sus compañeras. “¡Vamos chicas, a correr para calentar!”, les animan los entrenadores dando palmas. Como cada martes y jueves, el equipo femenino Puerto de Vallekas practica jugadas, regates y tiros a puerta de cara al próximo partido y repasa lo que puede mejorar del anterior. Ese fue el primero en el que Azahara no se quedó en el banquillo.
La joven, natural de la ciudad de Algeciras, en Cádiz, jugó como una más aquel partido por primera vez desde que llegó al equipo. Hasta ahora solo participaba en los entrenamientos porque no podía competir al no estar federada. No podía porque aún no había cambiado el sexo masculino que figuraba en su Documento Nacional de Identidad (DNI) por el que siempre ha sentido que le corresponde: el de mujer. Con 29 años recién cumplidos, Azahara por fin se reconoce en el trozo de plástico que cuenta quién es. Un trámite clave para muchas personas trans, que ahora ya no están obligadas a declararse enfermas para que el Estado español admita oficialmente su sexo legal.
Así lo consagró la Ley 4/2023 para la igualdad real y efectiva de las personas trans y para la garantía de los derechos de las personas LGTBI, conocida como la Ley Trans, que fue sancionada por el Rey el 28 de febrero de hace un año y solo unos días después entró en vigor. Aunque la norma despliega un amplio abanico de medidas, todos los ojos están puestos en la autodeterminación de género, una demanda histórica de la comunidad trans.
El texto ha convertido a España en uno de los 16 países del mundo que cuentan con un proceso de reconocimiento legal del género basado en este principio. Son Colombia, Brasil, Argentina, Uruguay, Islandia, Noruega, Finlandia, Dinamarca, Irlanda, Bélgica, Suiza, Portugal, Malta, Luxemburgo y Nueva Zelanda. Esto significa que en estos lugares las personas trans pueden modificar sus documentos oficiales sin cumplir con los requisitos médicos que suelen pedir la mayoría de Estados: desde someterse a intervenciones quirúrgicas, hormonales o de esterilización hasta cumplir con pruebas o diagnósticos psiquiátricos.
Desde 2007 ya había una ley en España que permitía la modificación del sexo legal en los documentos, pero esta exigía unas condiciones médicas consideradas “patologizantes” por las organizaciones LGTBI y de derechos humanos: la persona debía contar con un informe psiquiátrico que les diagnosticara disforia de género y haberse sometido a un mínimo de dos años de hormonación. La nueva norma, por el contrario, elimina estos requisitos y permite el cambio en base únicamente “a la voluntad libremente manifestada” de la persona.
"Cuando salió la ley fue un alivio. Yo tenía claro desde el principio que tenía que ir y pensé que mejor lo antes posible porque no sabíamos si iba a estar mucho tiempo".
Azahara Ortiz
Aunque a día de hoy Azahara ya cumpliría estas condiciones, no lo hacía cuando la Ley Trans fue una realidad. Por eso, con el nombre ya cambiado gracias a una instrucción de 2018 del Ministerio de Justicia, dejó pasar un par de días e hizo lo propio con el sexo legal. La solicitud debe tramitarse ante el Registro Civil, que cita a la persona a dos comparecencias separadas por tres meses en las que muestre su “disconformidad” con el género asignado al nacer. “Cuando salió la ley fue un alivio. Yo tenía claro desde el principio que tenía que ir y pensé que mejor lo antes posible porque no sabíamos si iba a estar mucho tiempo. La verdad es que tuve mucha suerte y en julio ya tenía la documentación en regla”, explica la joven.
En ese momento, y aunque para federarse ha tenido que esperar a la temporada actual, ya llevaba algunos meses entrenando con Puerto de Vallekas. “Casualidades de la vida, la Ley Trans entró en vigor el 3 de marzo de 2023 y justo ese día fue el primero que empecé con el equipo”,
dice orgullosa. “Me dijeron que no había problema en que no pudiera jugar los partidos y que había otras dos chicas trans, así que yo, que nunca he estado en un equipo de nada, me decidí a venir. El primer día iba con un poco de miedo al pensar 'yo no soy alguien que tenga que estar aquí', pero la acogida de ellas fue tremenda”, recuerda sobre sus compañeras.
La ley que parecía que no sería
191 votos a favor, 60 en contra y 61 abstenciones. Es el resultado de la votación con la que el Congreso de los Diputados dio luz verde a la conocida popularmente como Ley Trans. Aquella no fue una sesión cualquiera. La norma llegaba a su último escalón dejando tras de sí una fractura sin precedentes en el movimiento feminista y en el Gobierno de coalición. El meollo fue precisamente la libre determinación de género, que para un sector del feminismo y algunas voces dentro del PSOE, que también se partió en dos, limita y pone en peligro los derechos de las mujeres cis –que no son trans–.
“Hubo varios momentos en los que la ley estuvo en peligro y pensamos que no saldría”, resume la presidenta de la Federación Estatal LGTBI+ Uge Sangil. El papel de los colectivos, que prácticamente funcionaron de mediadores entre las dos alas del Gobierno, fue clave para desbloquear la norma. Finalmente, la versión legislativa que defendía el Ministerio de Igualdad de Irene Montero (Podemos), acabó imponiéndose. Hoy el balance es positivo: “Ha ampliado derechos, no solo a las personas trans, a todo el colectivo LGTBI+. Si hablamos de la rectificación legal, es un paso de gigante para reconocer a las personas tal y como son y nos sitúa a la cabeza a nivel internacional”.
Así lo destaca la Asociación Internacional de Lesbianas, Gays, Bisexuales, Trans e Intersex (ILGA), que señala “una mejora significativa” de la posición de España en su ranking de derechos LGTBI –en 2023 escaló seis puestos hasta el cuarto lugar– gracias “a las amplias protecciones” para el colectivo de la nueva legislación, esgrime Cianan Russell, portavoz de ILGA-Europa. Organismos internacionales como el Consejo de Europa o la Comisión Europea llevan tiempo reclamando procesos basados en la autodeterminación y la Organización Mundial de la Salud (OMS) dejó en 2018 de considerar la transexualidad una enfermedad, pero el conflicto no se ha cerrado y tiene ecos a nivel global.
La disputa ha llegado incluso a Naciones Unidas, donde los distintos expertos independientes muestran posiciones contrarias. Contra la ley española se ha posicionado la relatora especial de la ONU para la violencia contra las mujeres y las niñas, Reem Alsalem, que tras su aprobación afirmó: “Los países deben reflexionar sobre si alguien con un sexo biológico masculino, una vez adquirido su certificado de género femenino, debe poder acceder a todos los programas y categorías pensados para mujeres biológicas”. Por contra, otros nueve expertos firmaron una carta en la que aseguraban que la Ley Trans “elimina obstáculos arbitrarios, humillantes y dañinos para la persona humana”.
Lucía Sobral recuerda el día que inició el trámite como una jornada "de burocracia", pero señala como importante el momento en el que tuvo el DNI en sus manos: "Pone Lucía Sobral, mujer y lleva una foto con la que estoy cómoda".
El conflicto no fue solo un debate de ideas, o no en todos los casos. Había quien tenía dudas sobre la norma y echó en falta más pedagogía para explicarla, pero las propias personas trans han visto también cómo su identidad era puesta en duda de forma virulenta, muy especialmente en redes sociales: “Yo en la vida real no he tenido ninguna situación violenta hasta el momento, esperemos que siga así, pero al final sufres violencia en redes. Me ha pasado de poner tuits que no tienen nada que ver con el tema y venga gente a insultarme por ser trans. Eso afecta, evidentemente”, esgrime Azahara.
Más allá de su caso particular, la joven celebra que la Ley Trans “acoja la diversidad” del colectivo. “No todo el mundo tiene la misma realidad, yo sí estoy en tratamiento hormonal porque así lo he decidido, pero hay gente que no quiere pasar por eso y no hace que sean menos válida o menos persona trans. Al final, yo supe por mi cuenta que era una persona trans, nadie me lo tuvo que decir. Es algo que sabes, puedes tener dudas, puedes tener que reflexionarlo mucho y explorarte, pero es algo que solo vas a saber tú y nadie externo puede decirte si lo eres o no”.
Comparte su opinión Lucía Sobral, que ha intentado “mantenerse al margen” de lo que define como “una ola de odio” a las personas que son como ella silenciando en X (antes Twitter) “todas las palabras relacionadas”. Hace un año su fotografía apareció en varios medios de comunicación: la Ley Trans acababa de entrar en vigor y esta estudiante canaria era la primera persona en pedir el cambio de sexo legal en Madrid. Aquello lo recuerda ahora como “un día de burocracia, nada más, como si me fuera a cambiar el padrón” y como parte de un proceso más amplio de cambio de todos sus documentos que le ha llevado tres años. El momento que sí señala como importante fue en agosto de 2023, cuando por fin pudo tener su DNI: “Pone Lucía Sobral, mujer, y lleva una foto con la que estoy cómoda”.
El juez que frena los fraudes
Aunque aún no hay datos oficiales sobre cuántos cambios de sexo legal se han hecho en España un año después de la aprobación de la ley, los procedimientos han transcurrido, en general, con normalidad. Algunas personas se enfrentan a “retrasos” en los trámites debido al colapso de las oficinas de los registros civiles, pero “no ha habido una avalancha de hombres cambiándose el sexo para entrar en espacios de mujeres, y sí personas trans que han ejercido su derecho”, esgrime Sangil sobre la alerta que hacen algunos sectores feministas. “Los casos que han trascendido mediáticamente no demuestran que la ley tiene fallos, sino que hay quienes la utilizan para ponerla en duda”.
El juez Matías Martínez, que ha denegado seis peticiones por fraude, asegura que algunos le han confesado que "directamente no se sienten mujeres" y otros traen el discurso "más construido", pero "a nada que preguntes, se les cae".
Sí ha habido algunos hombres que han pretendido hacer un uso de la Ley Trans contrario a su objetivo, como el sargento que buscaba un ascenso militar, y también jueces que han bloqueado peticiones por atisbar fraude de ley. Es el caso de Matías Martínez, magistrado de Bartolomé de Tirajana, un municipio al sur de Gran Canaria, que desde la entrada en vigor de la norma ha frenado seis peticiones de rectificación registral al apreciar “intenciones espurias” de los solicitantes: “Los solicitantes que incurren en fraude hacen sus peticiones en otros registros porque saben que yo se lo voy a denegar”, asegura.
Para este juez, el fraude de hombres que buscan beneficiarse de medidas de discriminación positiva que existen para garantizar la igualdad “es evidente” y lo identifica “teniendo en cuenta un conjunto de elementos” que le llevan a valorar “si el sentimiento es real o no”. Con algunos el proceso es muy breve. Directamente le confiesan que “no se sienten mujeres”, otros traen un discurso “un poco más construido”, pero “a nada que uno pregunte un poco, se les cae”. Martínez recela de quienes mantienen un nombre masculino, aunque esto no le basta para denegar el cambio, tampoco se fija en el físico de la persona y cuenta con una batería de preguntas que “de forma inexorable” le permiten llegar a la conclusión “analizando caso por caso y respetando siempre la dignidad de la persona”.
Compañeros de profesión le piden que comparta las cuestiones que pone sobre la mesa en las comparecencias y aunque Martínez atiende sus dudas, cree que el redactado de pautas le corresponde a las instituciones, en concreto al Ministerio de Justicia. El juez considera que “estaba clarísimo” que la norma “iba a traer consecuencias como estas”, pero la valora positivamente. Cree que los requisitos médicos que se exigían antes “eran una injerencia” en la vida de las personas trans, pero piensa que los magistrados deben contar con más mecanismos para identificar el fraude “al igual que hay unos criterios claros con otros temas como pueden ser los matrimonios de conveniencia”, ejemplifica.
El camino por recorrer
Al igual que Azahara y Lucía, Edel Granda tampoco tardó mucho en acudir al Registro Civil Único de Madrid a solicitar el cambio “por miedo a que la norma fuera eliminada por la ultraderecha”. El riesgo de que el Partido Popular y Vox gobernaran España tras las elecciones de junio hizo temer a las personas LGTBI que la ley podía ser derogada, algo que prometieron ambos partidos, pero finalmente el Gobierno de coalición se reeditó. El texto sigue en vigor y la amenaza ha mermado, pero no se ha diluido por completo pues la derecha continúa poniéndola en la diana y cargando contra todo lo que suene a derechos LGTBI.
Aún deben desplegarse políticas activas para el empleo y desarrollar los reglamentos oportunos, como el destinado a las oficinas de extranjería o para que las entidades LGTBI conozcan el régimen sancionador de la ley
Mar Cambrollé — Presidenta de la Federación Plataforma Trans
Aunque Edel buscaba la tranquilidad de tener la documentación cambiada, al mismo tiempo la modificación le hizo sentir un punto de rabia al verse invisibilizado como chico trans. “He luchado en espacios precisamente porque soy trans y no tengo los mismos privilegios que un hombre cis”, acentúa este investigador de 28 años. Su principal motivación fue “evitar situaciones incómodas en el médico o en la administración porque constaba como mujer”, por ejemplo, en la universidad, donde aparecía como profesora o investigadora. Sin embargo, tiene miedo a que figurar con sexo masculino acabe pisoteando su derecho a la salud, algo que ya le ha pasado con algún profesional de ginecología, que le ha llegado a decir que “si me identificaba como hombre no tenía sentido que estuviera allí”.
Las organizaciones LGTBI y trans saben que aún queda camino por recorrer. Mar Cambrollé, presidenta de la Federación Plataforma Trans, cree que el nuevo modelo “ha devuelto la dignidad” a las personas trans, pero reconoce que el Ministerio de Igualdad, encabezado ahora por la socialista Ana Redondo, tiene trabajo por delante: aún deben desplegarse políticas activas para el empleo y desarrollar los reglamentos oportunos, como el destinado a las oficinas de extranjería o para que las entidades LGTBI conozcan el régimen sancionador de la ley, enumera.
Cambrollé considera clave que ahora el texto “se implemente de manera efectiva” y reclama que, lejos de dar pasos atrás, se amplíe con las cuestiones que para los colectivos LGTBI quedaron pendientes: Plataforma Trans es uno de los grupos que demanda el reconocimiento de las personas no binarias y el acceso de menores trans por debajo de los 12 años al proceso de rectificación registral.
Tras el debate, la realidad
Detrás de los procesos administrativos, la documentación, la burocracia o los debates sobre las normas, hay personas que, con trayectorias vitales diferentes, solo buscan ser reconocidas tal y como son en una sociedad que ha hablado mucho de ellas pero pocas veces se ha acercado a conocerlas. Así lo siente Azahara, que ha encontrado un “espacio seguro” en Puerto de Vallekas, un equipo autogestionado que no solo juega al fútbol, también teje alianzas con otros colectivos sociales del barrio. “Es complicado. A las personas trans nos han metido el temor de que no podemos jugar con normalidad o vamos a destacar y al final, en realidad, yo soy una jugadora de rotación en una liga provincial, estoy aquí para pasar el rato”.
La joven define su proceso de aceptación como mujer trans como un periodo “muy largo”. Al principio, en la adolescencia, “no tenía claro lo que pasaba” y cuando empezó a entenderlo, comenzó entonces el “bloqueo”. “Lo sabía pero pensaba que no era algo posible, siempre decía que lo haría 'de mayor', ese era mi anhelo, y en realidad ha sido un poco así. Cuando decidí dar el paso y vivir públicamente como Azahara había pasado la mitad de mi vida sabiéndolo”, esgrime la gaditana, que cree que “la posibilidad de tener referentes” le hubiera ahorrado una buena dosis de sufrimiento.
He estado en grupos trans y estoy en un equipo de baloncesto trans y lo que siempre me imagino es que desde fuera lo que se ve es gente pasándoselo bien como cualquier otra.
Azahara Ortiz
Ahora, orgullosa de quien es, pelea por que el resto de la sociedad “entienda” las realidades trans. “He estado en grupos trans y estoy en un equipo de baloncesto trans y lo que siempre me imagino es que desde fuera lo que se ve es gente pasándoselo bien como cualquier otra. Esa es la normalidad que creo que hay que transmitir porque hay mucho estigma, pero al final somos personas normales haciendo cosas normales, personas que, como cualquier otra, hacemos nuestra vida, tenemos nuestras aficiones, nuestros trabajos, hacemos deporte o tocamos un instrumento y por una circunstancia de la vida hemos terminado no identificándonos con el género asignado al nacer”, reflexiona.
Ese derecho a ser es algo que también reivindica Lucía. La estudiante suspira pensando en el cansancio acumulado de los trámites de los últimos años, que por fin le han llevado a ser reconocida oficialmente por el Estado: “Me siento ciudadana, tengo todos los papeles en orden y siento que puedo ser algo más que trans. Tener una vida tranquila y ser anodina y aburrida”, concluye.
FUENTE: https://www.eldiario.es/sociedad/ano-ley-trans-hay-estigma-final-personas-normales-haciendo-cosas-normales_1_10949499.html?s=08
Noticias

Ciudad de México, 11 jun (EFE).- La suprema Corte de Justicia de la Nación (SCJN) de México amparó a una mujer trans refugiada y obligó al Instituto Nacional de Migración (INM) a reconocer su identidad de género en sus documentos migratorios, informó este miércoles la Universidad Iberoamericana (UIA). En un comunicado, explicó que el martes la SCJN "resolvió un amparo indirecto en favor de una mujer refugiada trans", dicho amparo fue promovido por la Clínica Jurídica Alaide Foppa para Personas Refugiadas de la UIA en contra del INM "por carecer de procedimientos que le permitan expedir documentos migratorios que reflejen la identidad de género de personas trans". Explicó que la víctima del caso "habría padecido reiteradamente violencia transfóbica en Guatemala, lo que la habría forzado a cerrar su negocio y huir a México". Una vez en México, ella solicitó ser reconocida como refugiada ante la Comisión Mexicana de Ayuda a Refugiados (Comar) ya que temía que "de ser deportada podría ser torturada o asesinada" y tras analizar su caso, la Comar habría corroborado este riesgo y la reconocería como refugiada. El comunicado explicó que luego de ser reconocida por la Comar "la víctima se acercó al INM para que le otorgara una residencia migratoria", pero lamentablemente, la tarjeta que le otorgaron "no reflejaba el nombre o el género con el que se identificaba socialmente, lo que hizo que sufriera nuevamente muchos casos de discriminación". También notó que "cada vez que se veía obligada a mostrar sus documentos migratorios para identificarse, era identificada como mujer trans y tratada con rechazo en consecuencia". Ante ello, se acercó a la Clínica Jurídica, que presentó un amparo en su favor reclamando las violaciones a su identidad, reconocimiento de la personalidad jurídica y su derecho a la no discriminación. En la sentencia, la SCJN reconoció que "los documentos migratorios funcionan como documentos de identidad de las personas extranjeras y refugiadas" y observó que las normas que establecen los procedimientos administrativos de expedición de documentos migratorios "excluyen de su regulación las necesidades y derechos de las personas trans extranjeras". Además, la SCJN reconoció que los procedimientos del INM para la expedición de tarjetas "discriminan por excluir a las personas trans y reiteró que personas trans tienen derecho a contar documentos que reflejen su identidad, con independencia de si son nacionales o extranjeras". En consecuencia, ordenó al INM "implementar mecanismos que permitan la modificación de los datos de identidad y la ajusten conforme a la identidad de género de las personas extranjeras". (c) Agencia EFE https://es-us.noticias.yahoo.com

La autora de Harry Potter volvió a provocar un intenso debate en redes sociales, luego de ironizar sobre la identidad de género en respuesta a un comentario que la instaba a enfocarse solo en escribir. La escritora británica J.K. Rowling, autora de la saga Harry Potter, volvió a generar controversia en redes sociales luego de responder de manera sarcástica a un usuario que la instó a dejar de opinar sobre temas ajenos a la literatura. Todo comenzó cuando un internauta le escribió: “Cállate la boca y vuelve a escribir libros. A nadie le importa tu opinión sobre nada más que sobre la magia”. Lejos de ignorar el comentario, Rowling respondió con ironía: “Mi opinión sobre la magia es la misma que sobre las mujeres con pene: ninguna es real. Sin embargo, si quieres demostrarme que me equivoco, salta de un tejado en una escoba”. La frase de la autora británica reavivó las críticas que ha recibido en los últimos años por sus posturas sobre identidad de género, calificadas por muchos como transfóbicas. Rowling ha insistido en que sus opiniones responden a preocupaciones sobre los derechos de las mujeres, pero su tono en redes y sus mensajes reiterados en la materia han mantenido un alto nivel de polémica desde hace ya varios años.

El gobierno de Donald Trump continúa su batalla contra las Naciones Unidas —por crímenes de guerra, derechos humanos y el tratado climático, entre otros—, mientras también sigue profundamente dividido en cuanto a los derechos de las personas lesbianas, gais, bisexuales, trans e intersexuales (Lgbti). Estados Unidos ha tomado varias medidas, algunas por decreto ejecutivo, relacionadas con las personas trans, entre ellas la restricción del acceso a la atención sanitaria afirmativa del género, la prohibición del servicio militar a las personas trans, la revocación de las protecciones para los estudiantes trans y el fin de la financiación federal para la ideología de género. Sin embargo, en contraste, la Organización de las Naciones Unidas (ONU) reconocen a las personas trans y sus derechos, afirmando el derecho humano de las personas trans al reconocimiento legal de su identidad de género, incluido el derecho a cambiar su género en documentos oficiales como los certificados de nacimiento. La ONU también trabaja para proteger a las personas trans de la discriminación y la violencia, y aboga por su inclusión e igualdad. A medida que se acelera la campaña para que una mujer ocupe el cargo de secretaria general de la ONU, la primera semana de junio circuló por los pasillos de la ONU una propuesta para que se instara a un Estado miembro a presentar una candidata trans simbólica para el cargo. Quizás no sea una realidad política a largo plazo, pero podría ser un acto simbólico de desafío contra la administración Trump, según confió un diplomático asiático a IPS. Un reportaje de la red de televisión informativa por cable CNN de comienzos de junio recordó que junio es el «mes del Orgullo», en el que las comunidades lesbiana, gay, bisexual, transy queer celebran la libertad de ser ellas mismas. «Sin embargo, quienes se identifican como Lgbti, especialmente las personas trans, siguen luchando por el derecho a existir sin prejuicios», planteó la televisora. Por temor a represalias de los clientes de derecha y de la administración Trump, 39 % de las marcas de consumo están reduciendo sus compromisos con el Mes del Orgullo este año. El presidente Trump ha amenazado con recortar los fondos para California porque una atleta trans de secundaria participó en los campeonatos del estado de atletismo durante este mes. El Departamento de Educación ha ordenado a la Universidad de Pensilvania que prohíba a los atletas trans participar en equipos femeninos. El Pentágono está obligando a los miembros trans del ejército a abandonar las fuerzas armadas y les ha prohibido alistarse. Además, el Departamento de Salud y Servicios Humanos ha ordenado a los proveedores de atención médica que dejen de prestar asistencia sanitaria a menores para reafirmar su identidad de género, según la CNN. Mientras tanto, los conflictos entre Estados Unidos y la ONU incluyen la retirada de Estados Unidos de la Organización Mundial de la Salud (OMS) y del Consejo de Derechos Humanos. Igualmente, hay amenazas de hacer lo mismo de la Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura (Unesco), la Oficina del Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Refugiados (Acnur) y la Agencia de las Naciones Unidas para los Refugiados de Palestina (Unrwa), y es posible que se sumen más. James E. Jennings, presidente de Conscience International, dijo a IPS que «los tiranos, los autócratas y los oligarcas son siempre los que quieren quitar los derechos a las personas, prefiriendo una sociedad estratificada con ellos mismos en la cima a una igualitaria». Sin embargo, los documentos fundacionales de Estados Unidos proclaman lo contrario, afirmando la libertad y la justicia para todos y con la intención de promover el bienestar general protegiendo al individuo en lugar del Estado, afirmó. «Tenemos derecho a preguntarnos: ‘¿Cuál es la verdad? ¿Se van a democratizar realmente los derechos humanos o no?’. Si es así, podemos aprender a gestionar nuestra sociedad de forma equitativa, cuidando de todas y cada una de las personas que la componen», planteó. Jennings reconoció que las cuestiones relacionadas con las costumbres sociales y la sexualidad humana son difíciles de plasmar en un código legal, ya que las actitudes y las prácticas cambian con el tiempo, y la propia ley cambia de generación en generación. Para este experto, el principio de la libertad humana prevalece sobre Trump «y sus secuaces del Maga», la sigla de su lema de campaña «Make America Great Again (Hagamos que Estados Unidos vuelva a ser grande otra vez)». Mientras tanto, la administración Trump ha tomado varias medidas relacionadas con las personas trans, entre ellas: • Tratamiento de las personas trans en las prisiones federales: Se han establecido políticas para tratar a las personas trans en las prisiones federales según el sexo que se les asignó al nacer, lo que podría dar lugar a condiciones de alojamiento perjudiciales. • Eliminación del género de los sitios web federales: Se ha eliminado de los sitios web federales la información relacionada con la llamada «ideología de género» y, en algunos casos, se ha sustituido el término «género» por «sexo». • Denegación de los indicadores de género en los pasaportes: Se están denegando las solicitudes de pasaportes con indicadores de género distintos de masculino o femenino, así como las solicitudes de cambio de indicador de género entre masculino y femenino. Sin embargo, según informes publicados, muchas de estas políticas se han enfrentado a impugnaciones legales»: • El Tribunal Supremo ha permitido que la prohibición del servicio militar a las personas trans entre en vigor por ahora, pero el litigio sigue en curso. • Las medidas del gobierno han suscitado críticas por parte de los defensores de los derechos Lgbtiq+, que argumentan que son discriminatorias y perjudiciales. Según la ONU, las personas Lgbtiq+ son discriminadas en el mercado laboral, en las escuelas y en los hospitales, maltratadas y repudiadas por sus propias familias. Son objeto de agresiones físicas, como palizas, agresiones sexuales, torturas y asesinatos. La discriminación y la violencia motivada por el odio contra las personas Lgbtiq+ es generalizada, brutal y a menudo impune, y es aún peor para quienes pertenecen a comunidades racializadas. También son víctimas de tortura y malos tratos, incluso bajo custodia, en clínicas y hospitales. En unos 77 países, leyes discriminatorias penalizan las relaciones homosexuales privadas y consentidas, lo que expone a las personas al riesgo de ser detenidas, procesadas, encarceladas e incluso, en al menos cinco países, condenadas a muerte. Desde 2010, según la no gubernamental Comisión Internacional de Gays y Lesbianas de Derechos Humanos (Outright International), las personas trans en Estados Unidos pueden cambiar el indicador de género en sus pasaportes. En 2021, el Departamento de Estado de los Estados Unidos alineó esta política con las mejores prácticas internacionales al eliminar los requisitos de certificación médica para hacerlo, y en 2022 comenzó a ofrecer la opción de un indicador de género «X» en los pasaportes para las personas no binarias. Al revertir estas políticas, la administración Trump socava la capacidad de las personas trans, no binarias e intersexuales de que se reconozca y respete su identidad de género, lo que entra en conflicto directo con los principios de la autodeterminación y la autonomía. Exigir a las personas que lleven documentos de identidad que no reflejen su identidad de género también las expone a un mayor riesgo de violencia y restringe su libertad de circulación, un derecho protegido por el Pacto Internacional de Derechos Civiles y Políticos. La política podría suponer un riesgo inmediato para los miembros de las fuerzas armadas y otros funcionarios del gobierno de Estados Unidos que actualmente están desplegados o trabajando en el extranjero con pasaportes que reflejan su identidad de género, según Outright International. https://ipsnoticias.net

Durante junio, se conmemora en Chile y el Mundo el Mes del Orgullo, instancia en la cual se busca visibilizar las problemáticas y desafíos con la comunidad LGBTQI+. En ese sentido, uno de los problemas que persiste de forma alarmante en el país es la falta de acceso a servicios de salud mental seguros, afirmativos y culturalmente competentes para la población Las brechas en el sistema sanitario afectan directamente el bienestar emocional y físico de estas comunidades, generando un impacto profundo y, muchas veces, silenciado. Así lo señaló Jaime Méndez, psicólogo clínico Especialista en Diversidad Sexual y de Género en ADIPA. “La discriminación social actúa como una forma estructural de violencia que se inscribe en las corporalidades y subjetividades, afectando profundamente la salud mental”, dijo. “El rechazo familiar, la exclusión escolar, el acoso callejero, la precarización laboral y el discurso de odio mediático configuran un entorno que vulnera cotidianamente el bienestar psíquico y físico de las personas LGBTQIANB+”, agregó. Según la encuesta T de OTD Chile en el año 2017, más del 76% de las personas trans han sido discriminadas por su identidad de género, y más del 50% ha recurrido al auto-daño como forma de respuesta emocional. Ahora bien, según el Movimiento de Integración y Liberación Homosexual (Movilh), en su último Informe Anual de Derechos Humanos, el 80,9% de las personas LGBTQ+ ha sufrido discriminación a lo largo de su vida, y el 57,7% en el último año. Además, el 38,6% de las personas LGBTQ+ se ha autolesionado al menos una vez en su vida debido a la discriminación, y el 17,7% ha intentado suicidarse. “Este contexto se traduce en una mayor prevalencia de sintomatología ansiosa, depresiva, conductas de aislamiento e incluso ideación suicida. La discriminación social impacta directamente en la salud mental, al generar sentimientos de vergüenza, aislamiento, ansiedad y temor a la violencia. El estigma, tanto en los espacios sanitarios como en la vida cotidiana, puede internalizar y producir sufrimiento subjetivo sostenido”, manifiesta el profesional de ADIPA. Si bien Chile ha dado pasos importantes, como la Ley de Identidad de Género, aprobada en diciembre de 2018, la que reconoce y da protección al derecho a la identidad de género, y algunas iniciativas locales de atención inclusiva, aún persiste una deuda estructural profunda en materia de salud mental. La salud mental no puede seguir siendo un privilegio ni un lugar de exclusión. https://www.adnradio.cl

El gobernador republicano de Nebraska, Jim Pillen, firmó este miércoles una ley que prohíbe oficialmente a estudiantes trans participar en deportes femeninos, lo que convierte al estado en el más reciente en impedir que atletas trans puedan competir en equipos de mujeres y niñas. El líder conservador firmó la ley rodeado de atletas femeninas, una docena de legisladores y la exnadadora universitaria Riley Gaines, quien en los últimos meses se ha convertido en una de las más célebres defensoras de la prohibición de atletas trans en deportes femeninos. La medida fue aprobada la semana pasada por la Legislatura de Nebraska en una cerrada votación que se decidió por un solo voto emitido según líneas partidistas. Sin embargo, la ley fue reducida en relación con su versión inicial, la cual buscaba no solo impedir que las atletas trans pudieran competir en equipos de niñas y mujeres, sino también prohibir oficialmente a todas las estudiantes trans usar baños y vestuarios acordes con su identidad de género. Los patrocinadores de la ley aceptaron eliminar esta prohibición después de que el senador republicano de Omaha, Merv Riepe, declarara que, de lo contrario, votaría en contra de la medida. Una prohibición justificada En los últimos meses, al menos otros 24 estados en todo el país han adoptado este tipo de prohibiciones. El presidente estadounidense, Donald Trump, firmó a principios de año una orden ejecutiva destinada a dictar en qué competiciones deportivas pueden participar atletas trans, e incluso se enfrentó al estado de Maine en tribunales por permitir la participación de atletas trans en deportes femeninos. La ACLU emite una denuncia Tras la nueva ley firmada por Pillen, la Unión Americana de Libertades Civiles (ACLU) de Nebraska emitió una denuncia, con su directora, Mindy Rush Chipman, argumentando que esta prohibición cierra las puertas a muchos estudiantes trans para participar plenamente en sus comunidades escolares. “Esta prohibición solo creará problemas, no resolverá ninguno”, dijo Rush Chipman. https://voz.us

El XXIII Informe de Derechos Humanos de la Diversidad Sexual y de Género –del Movimiento de Integración y Liberación Homosexual (Movilh)– reveló que Chile registró el mayor retroceso en derechos LGBTIQ+ en 2024, desde el retorno de la democracia. En detalle, el documento arroja 2.847 casos y denuncias por discriminación. De ese total, el 39,73% afectó a la población trans, lo que significa un incremento del 462,69% en relación al año previo. Los abusos contra mujeres lesbianas aumentaron a 118, misma cifra a la del año 2023 y concentrando el 4,14% del total nacional. En tanto, los atropellos contra hombres gays registraron 195, un 41% menos que el año anterior, acumulando el 6,85% del total. “Año de la transfobia” “El 2024 pasará a la historia como el “año de la transfobia”, en tanto los derechos humanos de las personas trans, en especial de niños, niñas y adolescentes (NNA), fueron permanentemente vulnerados", señala el informe elaborado por el Movilh. Esto, añade, al “desconocerse el derecho a la identidad de género y poniéndose en jaque las conquistas del pasado que habían contribuido a mermar las desigualdades que les afectan, en particular en el acceso a la salud”. https://www.adnradio.cl

El mes del orgullo LGBTQ, celebrado en junio a nivel mundial, inició por los famosos disturbios de Stonewall, pero en específico, hubo dos mujeres involucradas que fueron las pioneras del movimiento: Marsha P. Johnson y Sylvia Rivera. El 28 de junio de 1969, la policía se detuvo en The Stonewall Inn con el fin de verificar las violaciones de la ley del alcohol y otras transgresiones, que es algo que hicieron regularmente. Lo que realmente ocurrió fue intimidación policial y demandas de pagos a cambio de no arrestar o publicitar los nombres de los clientes. Johnson, conocida por su feroz activismo y defensa de las personas queer sin hogar y las trabajadoras sexuales, fue una de las primeras en resistir la intimidación policial en el bar. También se rumorea que Sylvia Rivera arrojó la primera botella. Según los informes, los disturbios estallaron cuando la activista lesbiana Stormé DeLarverie fue atacada por la policía por decir que sus esposas estaban demasiado apretadas. Otros clientes de Stonewall arrojaron botellas, monedas y otros artículos a los oficiales mientras las tensiones aumentaban cuando la policía arrastraba a los que estaban dentro del bar. Tanto Johnson como Rivera, instrumentales en el movimiento de derechos LGBT, son acreditadas por jugar un papel importante en la reacción violenta contra la brutalidad policial en el Stonewall Inn. Haciendo énfasis en el rol de Johnson como catalizadora de los disturbios. A principios de la década de 1970, Johnson y su buena amiga Sylvia Rivera cofundaron la organización Street Transvestite Action Revolutionaries (STAR; Revolucionarias activistas travestidas callejeras); juntas eran una presencia visible en las marchas a favor de la liberación gay y otras acciones políticas radicales. En la década de 1980, Johnson continuó su activismo de la calle como organizadora respetada y marshall de ACT UP. Junto con Rivera, Johnson era «madre» de la Casa STAR, juntando ropa y comida para ayudar apoyar a las jóvenes drag queens, mujeres trans y chicos callejeros que vivían en los muelles de la calle Christopher o en su casa, en el Lower East Side de Nueva York. Actualmente hay diversos monumentos que guardan la memoria de éstas grandes activistas pioneras en el movimiento LGBTQ. Es importante saber que gracias a acciones de ellas y más personas, es que ahora podemos ser un poco más libres, y pese a que la lucha continúa, ellas y más nos han abierto el camino. ¡Feliz mes del orgullo LGBTQ! https://elclosetlgbt.com

En pleno 2025, los derechos de las mujeres trans enfrentan un retroceso alarmante, amenazados por discursos de odio, exclusiones legislativas y ataques a su visibilidad. Por eso, en esta edición de Proud Humans, cedemos el espacio a 12 mujeres trans que admiramos profundamente. Algunas han participado en este especial antes; otras se unen por primera vez. Pero todas se suman con un objetivo en común: alzan la voz para enviar un mensaje de resistencia. Porque, como reza una de las proclamas más poderosas de la marcha orgullo, “aquí está la resistencia trans”. ALEJANDRA BOGUE ACTRIZ Y CONDUCTORA @LABOGUEBO5 Mi mensaje de resistencia es que sigamos alegres, contentas, enteras. Sin olvidar quiénes somos, cómo somos y para qué somos con nosotras mismas. La verdad absoluta nadie la tiene más que la que llevas en el corazón.

Cuando muchos nacen, además de la huella digital que los hace únicos, hay prefijos, palabras y adjetivos que los acompañarán en la aventura de vivir y que determinarán sus destinos. Moria Casán es de esos seres que nació bajo el signo “trans”. Para ella, no remite sólo al término abreviado que se utiliza para referirse a personas transgénero o transexuales. En el caso de la diva, se emparenta con palabras como “transformación”, “transición” y “transmutación”. "Soy trans desde que nací", dice. Y no resulta rara la declaración. Como veremos, la existencia de la multifacética artista estuvo y está signada por causalidades “trans” que le permiten reinventarse y evolucionar. Mientras realiza los últimos ensayos de su nueva obra teatral llamada Cuestión de género (se estrenó el 30 de mayo en el Teatro Metropolitan), Moria Casán recibe a Clarín con su intacto carisma. Posa luminosa para las fotos y se entrega a la charla entusiasmada por su presente. En esta comedia francesa de Jade-Rose Parker que se convirtió en un fenómeno en París (con Victoria Abril como estrella), Casán comparte protagónico con Jorge Marrale, bajo la dirección de Nelson Valente y la producción general de Pablo Kompel, Tomás Rottemberg y Ricardo Hornos. El elenco se completa con Paula Kohan y Ariel Pérez de María. No es novedad que a sus 78 años, Moria proyecta emociones, ideas y sentimientos que trascienden la edad. Su energía es atemporal, siempre nueva y renovada. Ahora la metamorfosis artística la lleva a ponerse en la piel de Jade, una diseñadora que recibe el resultado negativo en un examen médico de rutina. Al comunicárselo a Francisco (Jorge Marrale), su esposo desde hace 30 años, aprovecha para revelarle un secreto que oculta desde el inicio del matrimonio. Dice Moria: “El tema de la obra es muy actual, habla de una transición de género, con todo lo que conlleva. Se refiere al bullying; a todo lo que debe atravesar una persona para ser libre. Y a quien se encuentra con que el otro nunca le dijo lo que pasaba y se siente engañado. Es un guión que propone una montaña rusa emocional, porque entendés a uno, y después te ponés de parte del otro, y comprendés a los dos”.

En Estados Unidos, los datos sobre la aceptación social hacia la comunidad LGBTQ+ muestran claras diferencias, especialmente en la percepción de las personas trans frente a lesbianas y gays. Una reciente encuesta del Pew Research Center reveló que aproximadamente el 60% de los adultos LGBTQ+ se sienten aceptados como gay o lesbiana, mientras que solo un 10% reportó una aceptación similar para personas no binarias y trans. Giovonni Santiago, un hombre trans de 39 años y veterano de la Fuerza Aérea radicado en el noreste de Ohio, observó que la aceptación hacia las personas trans ha disminuido considerablemente, correlacionándose con el aumento de legislaciones en varios estados que restringen los derechos y el acceso a atención sanitaria para menores trans. Estas leyes incluyen regulaciones sobre el uso de baños y la participación en deportes. Santiago expresó su preocupación por cómo la estigmatización de las personas trans ha comenzado a extenderse, señalando que este fenómeno ha perdurado en el tiempo. "Eran como la anomalía de la ignorancia y el odio, especialmente hacia las personas trans. Pero ahora vemos que, desafortunadamente, se está extendiendo por todo el país", afirmó. A pesar de la falta de aceptación social general, Santiago indicó que no teme por su propia seguridad, en contraste con muchas personas trans, quienes reportan temor constante por su integridad personal. "No lo siento tanto porque vivo una vida donde la mayoría de las personas no saben que soy trans a menos que lo diga específicamente", comentó. El estudio, realizado en enero entre 3.959 adultos LGBTQ+, se llevó a cabo tras la elección de Donald Trump y justo antes de que implementara políticas que afectaron negativamente a este grupo. La encuesta también reveló que la percepción sobre la aceptación familiar varía significativamente: cerca de la mitad de los gays y lesbianas dicen que sus padres los aceptan, mientras que solo un tercio de las personas trans reporta un nivel similar de aceptación en sus familias. Opiniones diversas y un futuro incierto En otro ámbito, una encuesta realizada por The Associated Press y el Centro NORC reveló que cerca de la mitad de los adultos en el país aprueban las decisiones de Trump en cuanto a temas trans. La situación legal en torno a las personas trans todavía es compleja, ya que la Corte Suprema está a punto de decidir sobre legislaciones que podrían restringir más los derechos de las personas trans en Tennessee, que incluyen prohibiciones sobre el acceso a la atención de afirmación de género para menores. Finalmente, la encuesta también mostró un vínculo entre el reconocimiento legal de las parejas del mismo sexo y el aumento en la aceptación social de la comunidad LGBTQ+. Un 66% de los encuestados afirmaron que la legalización del matrimonio entre personas del mismo sexo en EE.UU. hace 10 años mejoró la aceptación social. Aubrey Campos, una mujer trans que dirige un camión de tacos en Texas, expresó que aunque tuvo el apoyo de sus padres, otros jóvenes trans con los que trabaja enfrentan situaciones más complicadas, incluso el rechazo familiar y la expulsión del hogar. "Ahora, los tiempos son un poco oscuros. Este es un momento en el que debemos unirnos y lograr que sean más brillantes y hacer saber que no vamos simplemente a desaparecer", concluyó. https://www.cadena3.com