Kattalin Miner y Moio, su amigo trans que se quitó la vida: “Hay quien no conoce la realidad trans y los deshumaniza”
ATA-Sylvia Rivera • 30 de abril de 2024
“Es muy violento y doloroso que los ataques tránsfobos se hagan en nombre del feminismo o de la izquierda. Nadie puede considerarse eso si busca la opresión, la no existencia o la vulneración de derechos de otras”, reconoce la escritora

La periodista y escritora Kattalin Miner, autora de 'Moio'
Han pasado 17 años desde que Aimar Elosegi, también conocido por sus amigas como Moio, se quitó la vida un 23 de abril de 2007 en Hernani (Gipuzkoa). Como él mismo escribió en una carta de despedida, por los “problemas” que le producía no poder ser “un chico normal”. “A lo largo de mi vida he tenido muchos problemas, y sé que nunca seré como soy realmente. Sé que para muchos, esta no es la solución, pero para mi sí, porque nunca seré como quiero ser y como debería ser. Nunca seré un chico normal”, detalló Moio en la última carta que escribió ante una sociedad incapaz de entender, por aquel entonces, que era un chico trans.
En el décimo aniversario de su muerte, una de sus amigas, la periodista y escritora Kattalin Miner, recogió su historia en euskera partiendo de entrevistas con familiares y amigos. Ahora, 17 años más tarde de lo ocurrido, la historia de Moio ha sido traducida, con ese mismo título, al castellano. 'Moio' (ed. Libros del K.O) cuenta con la traducción de Irati Iturritza y se trata de una versión adaptada del libro original en euskera publicado en 2017. El objetivo de Miner, según confiesa a este periódico, es que la lucha de su amigo, como él mismo pidió, no quede en el olvido. “Me di cuenta de que ya nadie hablaba sobre Moio, que el tema había quedado en silencio. Ese silencio es lo que me empujó a querer escribir”, reconoce la escritora, que describe 'Moio' como un libro que “mueve, agita y al mismo tiempo sana la memoria y la herida de un pueblo y de una familia”.
¿Quién es Moio?
A estas alturas, para mí Moio son muchas cosas. Es mi amigo, aquel chaval de 21 años que se suicidó en 2007 porque era trans, entre otras cosas, pero porque era trans, pero hoy en día, también se ha convertido en una persona que está llena de simbolismos tras su muerte, que se ha convertido en libro y que lo ha compartido muchísima gente. Para mí son dos Moios diferentes, está el que era mi amigo y el que comparte su historia.
¿En qué momento siente que debe escribir este libro?
En el décimo aniversario de su muerte sentí que ya no había tanto dolor o que el duelo había pasado a otra fase y noté cierta tranquilidad. Hasta que empecé a encontrarme mal porque me di cuenta de que ya nadie hablaba sobre Moio, que el tema había quedado en silencio. Ese silencio es lo que me empujó a querer escribir, reflexionando mucho conmigo misma, pero también hablando con mucha gente para saber cómo lo llevaban, cómo habían vivido la muerte de Moio y cómo lo recordaban. Al pasar tanto tiempo veía que podía llegar a olvidarse. Ver que fue una muerte tan pública y social y que, de repente, haya sido relegada al plano íntimo y al silencio me activó para escribir.
En 2007 no sabíamos lo que suponía ser trans. Los referentes que teníamos eran poquísimos, muy fetichizados y venían desde la farándula
En el libro recoge distintas voces, entre ellas la del hermano de Moio o la de sus amigas. Hablar del suicidio siempre es complicado, pero ¿en un caso como este lo es más?
Paradójicamente, cuando empecé el libro me cruzaba mucho el tema del suicidio y pensaba mucho en ello. Cuando te toca cerca es algo que te mueve, mueve todos tus cimientos, pero lo que me encontré cuando entrevisté a las personas que participan en el libro es que aunque es cierto que el tema del suicidio era un tabú, más lo era el hecho de que Moio fuera trans. Eso lo dice el hermano de Moio, Ander, que cuenta que a él no le costaba decir que su hermano se había suicidado, que lo que le cuesta es explicar por qué. Entonces vi que el mayor nudo que se le había quedado a la gente y por lo que guardaban más silencio no era por el suicidio, sino por lo trans.
¿Y por qué cree que ocurre eso?
Porque en 2007 no teníamos ni idea, no sabíamos lo que suponía ser trans. Los referentes que teníamos eran poquísimos, muy fetichizados y venían desde la farándula así que eran muy lejanos para nosotros. Esto lo explican las amigas y el hermano. El silencio que guardaron durante años no era un silencio parado, era de sanación, por una parte, pero de seguir aprendiendo y entendiendo, por otra. Maialen Lujanbio también lo cuenta en el libro cuando dedica unos 'bertsos' a una persona trans en 2017 y dice que hay un momento en el que la sociedad te empieza a entender, pero si los hubiera cantado antes, nadie hubiera empatizado. Cuando empecé a escribir el libro ya era ese momento en el que nosotras podíamos hablar de lo que ya conocíamos, ya habíamos reflexionado sobre ello y la gente lo podía recibir también.
¿Por qué cree que cuesta tanto entender la realidad trans?
Lo trans lo que nos deja en evidencia no es tanto la existencia de personas que tienen una incongruencia respecto al género que se les ha asignado al nacer, sino que, lo que nos muestra, es que tenemos una sociedad montada en un binomio hombre-mujer súper rígido y que oprime mucho. La existencia de las personas trans cuestiona la misma existencia de las personas cis. Nos mueve de nuestro sitio. Eso genera mucha incomodidad porque quien cumple 'la norma' más o menos bien, no se quiere mover de ahí. Esa es una de las razones, pero hay otra y es el desconocimiento. Se trata de una realidad muy lejana para muchas personas y hay gente que me ha dicho que su primer contacto con la realidad trans ha sido a través de este libro y que les ha valido para cambiar su punto de vista. La gente que no tiene contacto con esta realidad tiende a deshumanizarla, pero a la mínima que se acerca y la conoce, su concienciación y sensibilización aumenta muchísimo.
¿Duele más cuando los ataques tránsfobos vienen de colectivos o mujeres que se consideran de izquierdas o feministas?
Para mí es muy violento y doloroso que los ataques tránsfobos se hagan en nombre de un feminismo o de la izquierda. Yo no creo que así sea. No creo que ninguna persona de izquierdas o feminista pueda considerarse a sí misma eso si busca la opresión, la no existencia o la vulneración de derechos de otras. Una cosa es que ellas se denominen así y otra es que validemos la autodeterminación de las feministas transexcluyentes. Para mí es un oxímoron de por sí. De todas formas, me gustaría destacar que esa es una parte muy pequeña, aunque hace ruido y mucho daño, no le niego la capacidad que tiene porque también ha venido aupada por la extrema derecha. Aun así hay una gran parte del feminismo que considera que las personas trans son feministas, son parte del movimiento y que todas somos primas hermanas.
A Moio le diría que la lucha que él empezó no se está escondiendo, que se está repartiendo a los cuatro vientos
También recoge en el libro la voz de Brayan, un chico trans de Hernani que vive una realidad distinta a la de Moio. ¿La situación está mejorando?
Sí y creo que hay que subrayar que las cosas están mejorando, aunque con todas las precauciones. La entrevista de Brayan hace ver claramente que la situación en 2005 o 2007 es muy distinta a la de 2017 o 2020, afortunadamente. Ha cambiado que a día de hoy existen los referentes trans, que hay leyes, aunque estén incompletas, pero que están blindando derechos y que hay mas conciencia. Queda mucho por hacer, la transfobia sigue muy vigente, pero me gusta que el final que le da Brayan al libro porque después de entrevistas delicadas, densas y dolorosas, él habla con una ligereza y cuenta una transición totalmente diferente a la que vivió Moio. Le da un final esperanzador al libro.
¿Cuál es su objetivo con este libro?
El padre de Moio, cuando le dije que quería escribir un libro me dijo que con que ese libro le valiera a una sola persona, a él le valdría. Y creo que han sido muchas más, muchísima gente lo ha leído y lo recomienda porque le ha servido para acercarse a este tema, para entenderlo y replantearse las cosas. Es un libro que mueve, agita y al mismo tiempo sana la memoria y la herida de un pueblo y de una familia.
¿Qué le diría hoy a Moio?
Han pasado 17 años desde que Moio se suicidó y él se quedó siempre como ese chaval de 21 años, pero yo ya no soy esa chavala. Yo cada vez me veo más adulta mientras que a él le veo más niño. Le diría, sin duda que la lucha que él empezó y dejó por escrito pidiendo que no se escondiera, no se está escondiendo, que se está repartiendo a los cuatro vientos.
FUENTE: https://www.eldiario.es/euskadi/kattalin-miner-moio-amigo-trans-quito-vida-hay-no-conoce-realidad-trans-deshumaniza_128_11322497.html
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A pesar de que el nombre de Paris Lee sea muy poco conocido en España, la realidad es que ha sido una de las figuras más importantes dentro del colectivo LGTBI en Reino Unido los últimos años. La activista trans ha sido una de las caras más visibles de la lucha por los derechos de las personas trans en el país anglosajón, algo a lo que ha contribuido a través de artículos, trabajos con ONG y con sus memorias, What It Feels Like for a Girl, que ahora han sido adaptadas por la BBC. La serie se estrenó este verano en BBC Three, y consta de ocho episodios de unos cincuenta minutos. Ha sido creada, producida y parcialmente escrita por la propia Paris Lee, mientras que Ellis Howard (Catalina la Grande) ha sido el encargado de dar vida a la periodista y activista en el proyecto. Tres meses después de ver la luz en Reino Unido, What It Feels Like for a Girl llega a España de la mano de una plataforma de streaming.

La estadounidense Midori Monet ha ganado este sábado el título de Miss Reina Internacional (Miss International Queen), el mayor certamen de belleza de este tipo, que ha celebrado su edición número 21 en la ciudad de Pattaya, Tailandia. La joven agradeció el título y lanzó un dardo a Donald Trump: "Las personas trans estamos aquí, hemos estado aquí desde antes de Trump y estaremos aquí después", sostuvo. Tailandia, un referente mundial en las cirugías de reasignación de sexo, acoge esta competición un mes antes de que se celebre en el país uno de los mayores concursos de belleza femenina, el Miss Grand Internacional, que no acepta mujeres trans. Además, el país será en noviembre la sede del Miss Universo, cuya primera edición con una participante trans tuvo lugar en Bangkok en 2018, cuando la española Ángela Ponce se convirtió en la primera mujer trans en competir en este certamen, que desde entonces ha flexibilizado reglas, admitiendo ahora a mujeres casadas o divorciadas y sin límites de edad. Aunque Tailandia protege más que la mayoría de países vecinos los derechos del colectivo LGTBI+ y en enero de este año se convirtió en el tercer lugar de Asia y la primera nación del Sudeste Asiático en permitir el matrimonio igualitario, los activistas advierten que aún queda mucho camino para acabar con todas las discriminaciones. https://www.telecinco.es

El 42% de las personas intersexuales en España ha sufrido violencia física o sexual por ser una personaLGTBIQ+, el segundo porcentaje más alto entre los 30 países analizados en un informe que presentó este miércoles la Agencia de Derechos Fundamentales (FRA) de la Unión Europea (UE). Sólo en Austria, con un 45%, hay más personas que han sufrido episodios de violencia, según ese informe basado en entrevistas a 1.920 personas intersexuales. La media en la UE es del 32%. El elevado desconocimiento social sobre las personas intersexuales las convierte en un grupo muy vulnerable, objeto de un odio creciente y a menudo sometidas sin su consentimiento informado a cirugías y terapias de ‘conversión’, según alerta la UE. Las personas intersexuales nacen con variaciones que ocurren de manera natural en las características sexuales -como los genitales, la anatomía, los niveles de hormonas o los cromosomas- que no se ajustan al binarismo dominante. La FRA estima que el 0,02% de la población de la UE tienen esas variaciones innatas, aproximadamente unas 90.000 personas. Aumento de la intolerancia contra las personas LGTBIQ+ En su reporte, la FRA indica que España está entre los países con las legislaciones más avanzadas contra la elevada discriminación y violencia que sufren las personas intersexuales, la más alta entre todo el colectivo LGTBIQ+. Es uno de los cinco países de la UE que prohíben las modificaciones médicas genitales no consentidas a menores, y está entre los siete que incluye las protección de las características sexuales en su legislación antidiscriminación. También es uno de los ocho que prohíbe las terapias de conversión que buscan modificar la orientación sexual o la identidad de género. Pese a esas leyes, el 51% de las personas intersexuales encuestadas en España opinaron que la intolerancia y los prejuicios contra las personas LGTBIQ+ han aumentado en el país en los últimos cinco años, frente al 35% de media comunitaria. El principal motivo para ese aumento en España radica, según el 86% de las personas encuestados, en los discursos negativos de políticos y partidos, frente al 69% que así lo opina en el conjunto de los 27. Sólo el 24 % opina que se debe a cambios legales negativos (en contraste con el 37 % de media en la UE). Menos denuncias

La Cámara Contencioso Administrativo Federal N°5 ordenó la reincorporación de cinco trabajadorxs trans que habían sido despedidos del Instituto Nacional de Cine y Artes Audiovisuales (INCAA) y exigió al Gobierno cumplir con la Ley de Cupo laboral Travesti Trans (27.636). La decisión judicial había sido firmada a mediados de mayo, pero fue necesario que exigir su cumplimiento e intimar al presidente del INCAA, Carlos Pirovano, para que dé cumplimiento al fallo judicial. Con ese objetivo, el viernes pasado sectores de estatales, referentes de la cultura y del cine, acompañaron a los trabajadores con un "abrazo colectivo" al edificio del instituto del cine. "En el INCAA el ajuste del Gobierno y Carlos Pirovano dejaron tierra arrasada con los despidos masivos", denunciaron desde la Asociación de Trabajadores del Estado. Desde el inicio del gobierno de Javier Milei, el colectivo trans-travesti representó el 10 por ciento de los trabajadores estatales despedidos por la administración nacional, a pesar de la vigencia de la Ley 27.636. Por su parte, el colectivo de documentalistas argentinos DOCA denunció que el Poder Ejecutivo está desviando los fondos del Fondo de Fomento Cinematográfico a inversiones especulativas y pidió la destitución del presidente del INCAA, Carlos Pirovano. En un breve video, los documentalistas recuperaron las declaraciones del jefe de Gabinete, Guillermo Francos, en su exposición ante la Cámara de Diputados en la que confirmó que el fondo del INCAA tiene superávit y que un total de 37 mil millones de pesos fueron colocados en bonos y plazos fijos. https://www.pagina12.com.ar

Vivian Wilson, la hija de Elon Musk, ha debutado en la Semana de la Moda de Nueva York. La joven de 21 años no solo desfiló, sino que también aprovechó la pasarela para criticar las políticas agresivas de la administración Trump, especialmente aquellas que limitan los derechos de la comunidad trans. Debut Tras aparecer en varias portadas, Vivian debutó en la Semana de la Moda de Nueva York. Para el desfile de Alexis Bittar, lució un vestido rojo acompañado de una cinta brillante con la inscripción “Miss South Carolina”. El desfile El diseñador recuperó el estilo de los concursos de belleza de los años noventa, incorporando un giro surrealista y una crítica a los estereotipos de género. Inspirado en películas como Terciopelo azul, Carrie y Las vírgenes suicidas, el desfile buscaba criticar la misoginia, los depredadores descontrolados y la cosificación, al mismo tiempo que defendía los derechos de las personas transgéneros, según explicó el diseñador en Instagram. Además de Carolina del Norte, el desfile incluyó representaciones de Virginia Occidental, Florida, Utah, Tennessee, Alabama y Luisiana. «Elegí deliberadamente a cada candidata para representar a un estado norteamericano en el que los derechos de las personas trans están amenazados», dijo el diseñador. Vivian Wilson La estudiante neoyorquina, ya había expresado su interés por incursionar en el mundo de la moda. “Me ponía muy nerviosa que me malinterpretaran o que pensaran que no valía para esto”, declaró a The Cut tras su sesión de fotos para Teen Vogue. En junio, cumplió otro de sus sueños al participar en el espectáculo drag benéfico de Pattie Gonia bajo el nombre artístico de Vivllainous. Desde 2022, cuando solicitó legalmente su cambio de nombre e identidad de género tras iniciar su transición a los 16 años con el apoyo de su madre, Vivian se ha distanciado de su padre. Actualmente, vive en Los Ángeles, en un piso compartido y asegura no recibir ayuda económica del empresario. Con su debut en la Semana de la Moda de Nueva York, Vivian Wilson reafirma su compromiso con la moda y los derechos de la comunidad trans, demostrando que su camino va más allá de su apellido. https://www.elliberal.cat

Psicólogo, análisis de sangre, visitas al endocrino, hormonas, pruebas y cirugías. Estos son todos los pasos por los que tienen que pasar las personas trans que opten por completar su cambio físico en la sanidad pública española. Este colectivo tiene que superar una serie de barreras hasta lograr su transición deseada debido a que soportan amplias listas de espera. Aunque los tiempos varían mucho entre comunidades autónomas, los relatos de varias personas trans a este periódico arrojan que de media esperan para una cirugía de vaginoplastia o una faloplastia hasta tres años. Y la hormonación no se queda atrás. Desde que una persona solicita una cita hasta que consigue los medicamentos puede pasar hasta un año. De hecho, en algunos casos sólo conseguir una cita con el endocrino puede llevarles un tiempo de espera de hasta más de un año. Antón (Galicia) tiene 20 años y ha vivido las eternas listas de espera para completar su transición. De hecho, aún lo vive. Con 18 decidió dar el paso y empezar el cambio. Lo primero fue el registro civil, donde, con la nueva ley, tardó ocho meses en hacer todo el proceso y cambiar su documento nacional de identidad (DNI). Después de eso, solicitó el cambio de nombre en los centros de estudio, la seguridad social, el banco o la tarjeta de médico. Y aunque no fue fácil, explica a este periódico que todo lo peor vino después. Ha estado hasta dos años esperando para poder recibir la hormonación. Una depresión, causada por no sentirse bien consigo mismo, hizo que se retrasara aún más ese proceso. Además, aclara que ve al endocrino sólo una vez al año. Cuando debería ser necesario, al menos una, cada tres meses. "Fui varias veces al médico a insistir si podían ponerme la cita, pero se ve que las personas trans no somos prioridad. Estamos al fondo en las listas", cuenta. La primera cita con el endocrino llegó con 19 años, es decir, esperó 365 días para ver por primera vez a este especialista. Luego, se hizo los primeros análisis de sangre y hasta un año después no volvió a verlo para conseguir la hormonación. Retraso en la hormonación Unas pruebas que no sirvieron de nada, ya que tras retrasar el tiempo de hormomación tuvo que volver a repetirlas. "No me querían dar las hormonas porque afectaban a la depresión y a mis cambios de humor. Pero yo repetí y repetí que tenía esa enfermedad mental causada por no verme bien a mí mismo. Y quería cuanto antes tomar la medicación", relata el momento. Así que hasta que no pasó un tiempo no pudo. Ya con 20, tuvo la segunda cita con el endocrino. "Esto ha sido en marzo de este 2025, porque tuve que volver a hacerme otros análisis de sangre y esperar cinco meses hasta que empecé al fin a hormonarme", cuenta. Como relata a este periódico, una vez que una persona trans empieza tomar la medicación para comenzar con su cambio, debe visitar al endocrino, al menos, cada dos o tres meses para ver si tu cuerpo está aceptando correctamente las hormonas. Sin embargo, desde que Antón las recibió no ha vuelto a pisar el endocrino desde entonces. "Se supone que estoy en lista de espera, sólo para que me den la cita, es decir, llevo desde abril con hormonas y siguen sin dármela". Para completar su cambio le gustaría hacerse la mastectomía, pero ya se da por vencido para hacerse la cirugía por la sanidad pública. Optará por el área privada, porque no quiere esperar cinco años (el tiempo de espera medio que hay en su zona) para sentirse bien consigo mismo. Años para la cirugía Amanda (nombre ficticio) tiene también 20 años y está en lista de espera para realizarse una vaginoplastia. Su camino tampoco ha sido fácil. Ella vive en Madrid y en la capital, las listas de espera para cambiarse el nombre y hacer una simple visita al endocrino son todo un calvario. En un primer momento, para visitar el endocrino le dieron cita para un año. "Quieren estar seguros de si quieres hacer el cambio, por eso no eres la prioridad. Pero mis padres insistieron y, en lugar del año que me daban, tuve que esperar tres meses para ver por primera al endocrino", cuenta. Y cuando llegó al endocrino, al igual que Antón, tuvo que esperar para luego tener que volver a esperar, ya que primero se tenía que hacer unos análisis de sangre. "En total tardé un año y medio hasta recibir por primera vez la medicación", añade. Ahora, se encuentra en lista de espera para poder hacerse una vaginoplastia. Y es necesario pasar por varios procesos para la cirugía. Entre ellos, hay varias fases en la que los especialistas se ponen en contacto con la persona para que confirme si está segura de realizarse esta operación. "Cuando llevas un año con hormonas, te derivan a una cita para hacerte las operaciones. En mi caso, he tenido que hacerme previamente una colonoscopia antes de la cirugía. Para esto pasaron seis meses y ahora me han dicho que tengo que esperar, al menos, tres años más", relata. Aunque está siendo un proceso lento, Amanda cuenta que uno de los procesos más duros fue el cambio de nombre. Empezó con la anterior ley y, cuando ya estaba casi todo listo en el registro civil, entró la nueva norma (en marzo de 2023). El proceso se ralentizó. "Me dijeron que tenían que volver a empezar y al final tardé más de ocho meses sólo en hacer el cambio", termina. Por otro lado, la joven denuncia a este medio el desconocimiento que hay por parte de la sanidad pública del colectivo trans. "Cuando le conté todo por primera vez a mi médica de cabecera, me dijo que no sabía qué hacer: 'Me leeré unos papeles y te digo algo la semana que viene'. Es increíble". Transición con 57 años Juana empezó su transición con 57. Y aunque el tiempo de espera también ha sido largo, reconoce que por su edad se ha acelerado el proceso. Tardó unos cinco meses para visitar por primera vez el endocrino. Ella vive en Canarias, y allí las revisiones con el especialista las hace cada seis meses. "Al principio, solicité sólo una extirpación de testículos porque creía que con eso ya me iba a ver bien. Pero luego, al mirarme al espejo por las mañanas, me di cuenta de que no: necesitaba la vaginoplastia completa. Ahora, estoy en lista de espera para ella y me han dicho que como mínimo tengo que estar tres años de espera porque aquí en Canarias no se hace esta cirugía", cuenta. Para ella, lo más duro de su transición ha sido que tuvo que dejar, por un tiempo, el tratamiento de hormonación debido a que le encontraron un bulto en una de sus mamas. "Al final, todo se quedó en un susto. Fue una ginecomastia (crecen los pechos) por el aumento de fármacos hormonales. Pero para mí esos meses fueron una montaña rusa de emociones. Porque yo tenía antecedentes en la familia de cáncer y pensaba que tenía que dejarlo definitivamente", continúa. Después de todo lo que ha pasado y, aunque, la espera no está siendo fácil. Reconoce que para ella fue mucho más duro tener que estar 57 años atrapada en una identidad que no le correspondía. "No era yo. Después de tanto, ahora estoy empezando a disfrutar de mí misma", concluye. https://www.elespanol.com

La árbitra israelí Sapir Berman sonríe radiante al recordar el momento en el que su "sueño se hizo realidad", cuando se convirtió este año en la primera mujer trans en dirigir un partido de fútbol internacional. "Siempre quise ser una mujer y siempre quise ser árbitra de fútbol, y ambas cosas llegaron juntas y se fusionaron en un solo sueño que detonó con alegría", confesó a la AFP la mujer de 31 años. "Es una sensación inspiradora y poderosa: sentir que estoy haciendo lo correcto, que me estoy eligiendo a mí misma, que estoy mostrando al mundo que es posible". "Desde que tenía cinco años recuerdo que quería ser mujer, que quería ser una niña. Y cuando empecé a jugar a fútbol me di cuenta de que el sueño de ser mujer y jugar a fútbol no iban de la mano", relata. "Así que decidí esconder quien era y seguir jugando a fútbol. Me escondí a mí misma durante casi 26 años". Berman creció en medio de una familia amante del fútbol. Jugó como defensa en su infancia y juventud, pero cuando se dio cuenta de que nunca llegaría a ser profesional, se unió a la asociación de árbitros y trabajó hasta oficiar en partidos de la Premier League masculina de Israel. Pero Berman sentía que estaba ocultando su secreto más íntimo. Fue durante la pandemia de covid-19, en medio del confinamiento, cuando Berman comenzó a reflexionar sobre su futuro. "Me pregunté: ¿esto es vida? ¿es éste el camino?", recuerda. "Decidí revelarme a mi misma". Berman temió inicialmente que su carrera hubiese concluido, pero su hermano le convenció para que tratase de continuar. La inglesa Lucy Clark se convirtió en la primera mujer trans en el mundo en arbitrar un partido, en 2018 en la semiprofesional English league, pero nunca dirigió un partido internacional. Cuando Berman arbitró el partido de clasificación para la Eurocopa femenina sub-17 entre Irlanda del Norte y Montenegro en Belfast en marzo de este año, fue un hecho inédito, según la UEFA. Berman asegura que el camino no siempre fue fácil a pesar del gran apoyo que recibió de la asociación de árbitros de Israel. "Hubo muchas preguntas y muchos momentos en los que me decían que no sabían qué hacer. Yo tampoco sabía qué esperar o cómo acabaría el proceso". Berman comentó que cuando comenzó con la terapia hormonal como parte de su transición, al principio se sintió frustrada y resentida con su cuerpo. "Fuera del terreno de juego me sentía fantástica, dentro sentía que había destruido mi carrera". No pasó las pruebas físicas y descendió de categoría, pero con la ayuda de un psicólogo deportivo y con muchos "intentos y errores", logró regresar. Berman se convirtió en árbitra internacional a comienzos de este año y sueña con dirigir un partido de Liga de Campeones, de la Eurocopa o del Mundial. Apoyo de jugadores y aficionados La participación de las personas trans se ha convertido en un tema de actualidad a medida que los diferentes deportes tratan de conjugar la inclusión con la equidad competitiva. A comienzos de este año, la Federación Inglesa (FA) anunció que las mujeres trans no pueden jugar en el fútbol femenino. Berman espera que las instancias deportivas encuentren la manera de "integrar, unir, diversificar" y recordó que el rendimiento de un deportista también puede verse afectado por factores emocionales, económicos, geográficos o familiares. Berman afirma haber recibido muestras de apoyo tanto de jugadores como de aficionados. "Los aficionados siguen insultándome, sólo que ahora lo hacen en femenino", sonríe, añadiendo que para ella supone "un sello de aprobación, de que me ven exactamente como soy". Y en la calle, jóvenes le han contado que su historia les ha dado esperanza. "Eso me llena, me da muchísima fuerza para seguir adelante y hacer lo que hago, porque a fin de cuentas, me elegí a mí misma". https://www.t13.cl

En la primera mitad del año se registraron 102 delitos de odio, un 70% más que en 2024. Hubo 17 personas que murieron a causa de su orientación sexual o identidad y 85 sufrieron lesiones a su integridad física. Durante el primer semestre de 2025 se registraron 102 crímenes de odio contra personas LGBT+. Es un indicador preocupante ya que implica un 70% más que los delitos cometidos durante el 2024 (60 casos) y muestra un aumento de actos homofóbicos, lesbofóbicos y transfóbicos, según el informe semestral 2025, del Observatorio de Crímenes de Odio LGBT+, motivados por discriminación, orientación sexual, expresión e identidad de género. “Esta cifra es alarmante no solo por su magnitud, sino por su carácter histórico: representa un aumento del 70% en comparación con el mismo período del año anterior, en el que se habían contabilizado 60 casos. Pero, además, en tan solo seis meses, se alcanzó el 72% del total registrado durante todo el año 2024, que cerró con 140 casos. La evolución histórica refuerza esta tendencia: en todo 2023 se registraron 133 casos, en 2022 la cifra fue similar, y en 2021 se habían contabilizado 129”, enmarca el Observatorio.

J.K. Rowling, TERF declarada, impulsa boicot contra M&S por una empleada trans que ayudó a una menor
La polémica comenzó cuando una trabajadora trans de una tienda Marks & Spencer (M&S) en el Reino Unido ofreció ayudar a una chica de 14 años en la sección de lencería. Un gesto cotidiano que, según la madre de la menor, resultó molesto para su hija. M&S respondió con una disculpa y ofreció que fuera atendida por una empleada cis si lo preferían. La situación fue corregida. Un portavoz de Marks & Spencer en una entrevista para un medio de comunicación explicó que: «Queremos que nuestras tiendas sean lugares inclusivos y acogedores para nuestros colegas y clientes». La marca defiende la inclusividad y asegura que los clientes pueden elegir ser atendidos por el empleado que deseen. El boicot impulsado por una ideología excluyente J.K. Rowling, conocida por su postura TERF (feminismo radical excluyente), aprovechó el episodio para llamar a un boicot público contra M&S. En su mensaje en redes escribió: “Es hora de que las mujeres voten con su cartera” y sugirió que boicotear a la empresa era “apropiado” si continuaba permitiendo que mujeres trans accedieran a espacios para mujeres. La respuesta de M&S