Las mujeres trans torturadas y violadas por la policía durante el régimen militar en Argentina (que solo pudieron dar su testimonio 40 años después del regreso de la democracia)
ATA-Sylvia Rivera • 3 de noviembre de 2023

“En los años de la dictadura, las mujeres trans no teníamos leyes. Para el Estado, simplemente no existíamos”.
Julieta González enciende el tercer cigarrillo desde que comenzó la conversación. Pide permiso para hacerlo, aunque estamos hablando por teléfono.
En la pausa cuenta que es una tarde gris pero sin lluvia en los alrededores de su casa ubicada en el municipio de Tigre, unos 30 kilómetros al norte de Buenos Aires, la capital argentina.
González dice que le encanta fumar. Se le nota en la voz, gruesa, ronca, pedregosa de tanto humo que ha pasado hasta sus pulmones. Esa misma voz le sirvió para narrar este año ante un tribunal de justicia argentino -en un hecho inédito- cómo durante el último régimen militar que gobernó Argentina desde 1976 hasta 1983 había sido violada y sometida a torturas en uno de sus centros clandestinos de reclusión.
Aunque por más de 45 años ya se conocían las violaciones cometidas contra el colectivo travesti/trans, fue recién hace unos cuatro años que comenzaron los procesos para que sus testimonios fueran incluidos en los distintos juicios que se siguen contra los antiguos represores.
"(En el pasado) las mujeres trans no teníamos leyes, como ahora. Básicamente no existíamos, por lo que nuestro testimonio tampoco valía”, explica González.
Los testimonios de las sobrevivientes han servido para demostrar la persecución sistemática en contra de las mujeres trans.
Distintos organismos de derechos humanos señalan que cerca de 400 personas de la comunidad LGTBQ+ fueron víctimas de la represión militar.
Pero al ser detenidas, no todas sabían que eran víctimas del aparato represivo de los militares, muchas pensaron que se trataba de una redada más a las que las tenía acostumbrada la policía.
“A mí me subieron a un carro a la fuerza y me llevaron a este lugar, que solo pude reconocer muchos años después, cuando lo vi en una de las transmisiones del Juicio de las Juntas”, relata González, en referencia al proceso judicial iniciado en 1985 por orden del presidente Raúl Alfonsín contra los integrantes de tres primeras Juntas Militares.
Después de apagar el enésimo cigarrillo de esta conversación, González vuelve a mencionar un recuerdo que ha repetido a lo largo de su relato:
“La imagen que más me queda es que cuando llegué había una chica sola, como si la hubieran apaleado, en una esquina. Tenía una expresión como si la hubieran abandonado allí”.
“No teníamos otra opción que la prostitución” .
“A nosotras nos perseguían para disciplinarnos por nuestra identidad. Éramos una plaga que debían exterminar", le dijo a BBC Mundo Carla Fabiana Gutiérrez, detenida en el pozo de Banfiel en 1978.
Gutiérrez me habla en italiano. Piensa que la contacté de un medio local de Milán donde vive hace ya varios años, pero luego descubre que es en español.
Le pido hablar de lo que pasó en el Pozo de Banfield y accede de inmediato. En el idioma que sea.
“Por supuesto. Quiero hablar por todas esas personas que gritaban ‘¡Basta, por favor, no lo hagan más!’ y que se sepa lo que hicieron los torturadores que vivieron impunemente todos estos años”,
relata.
Gutiérrez había nacido en el barrio de Mataderos, en el suroeste de la capital argentina. Siempre se sintió mujer.
“Tenía 15 años cuando conocí a una mujer trans y supe que quería ser como ella”.
Aquí el relato de las sobrevivientes se une: todas debieron dedicarse a la prostitución “Porque no teníamos otra opción para conseguir dinero”.
Carla comenzó a trabajar en las noches, al igual que Julieta.
“Yo quería hacer lo que hacían las mujeres trans, que eran muy pocas y no las llamábamos así. En ese momento solo existían hombres y mujeres. Y hombres gays, pero yo no quería ser gay. Yo quería ser mujer”, relata Gutiérrez.
Entonces ocurrió el golpe de Estado de marzo de 1976.
“La policía nos perseguía todo el tiempo. Pero cuando nos agarraron en ese tiempo que (los militares) llegaron al poder fue distinto”, relata González.
“Tenía 14 o 15 años. Me sacaron los zapatos que llevaba, me dejaron media desnuda, para comer tenía que pedirle si tenían alguna sobra y para eso había que pagar. El pagar de ellos era con sexo”, recuerda Gutiérrez.
“Yo no entendía nada. Era la primera vez que alguien me pegaba. Me humillaron todo el tiempo que estuve allí y yo no sabía por qué”.
Limpiar charcos de sangre
Todas estas declaraciones ante la justicia se dieron en el pasado mes de abril.
Estas mujeres pudieron declarar en el marco del juicio de las llamadas “brigadas”, que eran los comandos de policía que manejaban los centros clandestinos de detención, tortura y exterminio conocidos como el Infierno (ubicado en Lanús, en el sur de la zona del conurbano de de Buenos Aires), Pozo de Quilmes y Pozo de Banfield (en las localidades del mismo nombre, también en el sur) – en este último estuvieron Julieta y Carla.
Los centros clandestinos de detención fueron usados por los comandos militares y de policía argentinos para retener, torturar y “desaparecer” a decenas de miles de personas (se estima que hasta unas 30.000, según las organizaciones de derechos humanos) en medio de una feroz represión.
Lo que se conoció como el Pozo de Banfield era un edificio ubicado dentro de la Brigada de Investigación de la Policía, que funcionaba en la localidad de Banfield.
González recuerda el lugar por las ventanas:
“Tenía unos ventanales enormes que nos hacían limpiar casi todos los días. No los olvido más, también porque yo veía llegar a los autos que traían personas al centro y los militares dentro de ellos”.
En conversación con BBC Mundo recuerda el infierno a la que la sometieron: “Me violaron varias veces. Escuché gente gritar, limpié charcos de sangre en los vehículos que llevaban a estos centros. Escuché bebés nacer”.
Gutiérrez recuerda que cuando se iban los altos mandos y solo quedaban los oficiales de rango medios, la sacaban de su calabozo y la obligaban a tener relaciones sexuales.
“Es horrible cuando alguien te obliga a hacer algo que no quieres. Pero no era eso. Eran los gritos, constantes. Nos dimos cuenta pronto que le estaban haciendo cosas horribles a las personas que estaban allí. Hasta hoy sigo escuchando esos gritos”.
Pudo más tarde corroborar que en ese lugar no solo se torturaba gente sino que algo más grave pasaba, cuando le ordenaron limpiar un auto que habían llevado los militares.
“Lo que me tocó limpiar fueron charcos de sangre que estaban en el suelo del auto. No eran manchas secas, la sangre era abundante y estaba fresca”,
relata
Construir memoria
Tanto González como Gutiérrez no duraron más de un mes en el centro clandestino de Banfield, pero nunca entendieron por qué las habían llevado a ese lugar.
En diciembre de 1983, Raúl Alfonsín se posesionó como presidente electo de Argentina, lo que marcó el final del régimen militar.
Además de todos los procesos de reparación y memoria que comenzaron a partir de ese momento, el colectivo travesti/trans comenzó uno en particular: crear un archivo donde se consignaran las actividades que las mujeres trans habían desarrollado a lo largo de la historia para el reconocimiento de su identidad.
Muchas lideresas históricas comenzaron a aportar documentos, fotos, testimonios de lo que habían sufrido, tanto en los gobiernos de facto y militares como en democracia.
“Hace algunos años, en medio de ese proceso, yo había contado lo que había ocurrido en el Pozo de Banfield y alguien que me había escuchado me llamó para declarar en el juicio que se hacía contra los que habían dirigido estos lugares”,
señala Gutiérrez.
El testimonio ayudó a reafirmar la identidad de los perpetradores y a establecer que en el lugar nacieron varios niños o niñas de los cuales no se volvió a saber más.
Se espera que pronto se determine una condena para los responsables.
“Pasaron muchas cosas en ese lugar y se necesita hablar de eso como lo que fue: una violación, un ataque directo a nuestra dignidad y a la de las personas que ya no están”, concluye.
FUENTE: https://www.bbc.com/mundo/articles/c6prdz42rg3o
Noticias

Ciudad de México, 11 jun (EFE).- La suprema Corte de Justicia de la Nación (SCJN) de México amparó a una mujer trans refugiada y obligó al Instituto Nacional de Migración (INM) a reconocer su identidad de género en sus documentos migratorios, informó este miércoles la Universidad Iberoamericana (UIA). En un comunicado, explicó que el martes la SCJN "resolvió un amparo indirecto en favor de una mujer refugiada trans", dicho amparo fue promovido por la Clínica Jurídica Alaide Foppa para Personas Refugiadas de la UIA en contra del INM "por carecer de procedimientos que le permitan expedir documentos migratorios que reflejen la identidad de género de personas trans". Explicó que la víctima del caso "habría padecido reiteradamente violencia transfóbica en Guatemala, lo que la habría forzado a cerrar su negocio y huir a México". Una vez en México, ella solicitó ser reconocida como refugiada ante la Comisión Mexicana de Ayuda a Refugiados (Comar) ya que temía que "de ser deportada podría ser torturada o asesinada" y tras analizar su caso, la Comar habría corroborado este riesgo y la reconocería como refugiada. El comunicado explicó que luego de ser reconocida por la Comar "la víctima se acercó al INM para que le otorgara una residencia migratoria", pero lamentablemente, la tarjeta que le otorgaron "no reflejaba el nombre o el género con el que se identificaba socialmente, lo que hizo que sufriera nuevamente muchos casos de discriminación". También notó que "cada vez que se veía obligada a mostrar sus documentos migratorios para identificarse, era identificada como mujer trans y tratada con rechazo en consecuencia". Ante ello, se acercó a la Clínica Jurídica, que presentó un amparo en su favor reclamando las violaciones a su identidad, reconocimiento de la personalidad jurídica y su derecho a la no discriminación. En la sentencia, la SCJN reconoció que "los documentos migratorios funcionan como documentos de identidad de las personas extranjeras y refugiadas" y observó que las normas que establecen los procedimientos administrativos de expedición de documentos migratorios "excluyen de su regulación las necesidades y derechos de las personas trans extranjeras". Además, la SCJN reconoció que los procedimientos del INM para la expedición de tarjetas "discriminan por excluir a las personas trans y reiteró que personas trans tienen derecho a contar documentos que reflejen su identidad, con independencia de si son nacionales o extranjeras". En consecuencia, ordenó al INM "implementar mecanismos que permitan la modificación de los datos de identidad y la ajusten conforme a la identidad de género de las personas extranjeras". (c) Agencia EFE https://es-us.noticias.yahoo.com

La autora de Harry Potter volvió a provocar un intenso debate en redes sociales, luego de ironizar sobre la identidad de género en respuesta a un comentario que la instaba a enfocarse solo en escribir. La escritora británica J.K. Rowling, autora de la saga Harry Potter, volvió a generar controversia en redes sociales luego de responder de manera sarcástica a un usuario que la instó a dejar de opinar sobre temas ajenos a la literatura. Todo comenzó cuando un internauta le escribió: “Cállate la boca y vuelve a escribir libros. A nadie le importa tu opinión sobre nada más que sobre la magia”. Lejos de ignorar el comentario, Rowling respondió con ironía: “Mi opinión sobre la magia es la misma que sobre las mujeres con pene: ninguna es real. Sin embargo, si quieres demostrarme que me equivoco, salta de un tejado en una escoba”. La frase de la autora británica reavivó las críticas que ha recibido en los últimos años por sus posturas sobre identidad de género, calificadas por muchos como transfóbicas. Rowling ha insistido en que sus opiniones responden a preocupaciones sobre los derechos de las mujeres, pero su tono en redes y sus mensajes reiterados en la materia han mantenido un alto nivel de polémica desde hace ya varios años.

El gobierno de Donald Trump continúa su batalla contra las Naciones Unidas —por crímenes de guerra, derechos humanos y el tratado climático, entre otros—, mientras también sigue profundamente dividido en cuanto a los derechos de las personas lesbianas, gais, bisexuales, trans e intersexuales (Lgbti). Estados Unidos ha tomado varias medidas, algunas por decreto ejecutivo, relacionadas con las personas trans, entre ellas la restricción del acceso a la atención sanitaria afirmativa del género, la prohibición del servicio militar a las personas trans, la revocación de las protecciones para los estudiantes trans y el fin de la financiación federal para la ideología de género. Sin embargo, en contraste, la Organización de las Naciones Unidas (ONU) reconocen a las personas trans y sus derechos, afirmando el derecho humano de las personas trans al reconocimiento legal de su identidad de género, incluido el derecho a cambiar su género en documentos oficiales como los certificados de nacimiento. La ONU también trabaja para proteger a las personas trans de la discriminación y la violencia, y aboga por su inclusión e igualdad. A medida que se acelera la campaña para que una mujer ocupe el cargo de secretaria general de la ONU, la primera semana de junio circuló por los pasillos de la ONU una propuesta para que se instara a un Estado miembro a presentar una candidata trans simbólica para el cargo. Quizás no sea una realidad política a largo plazo, pero podría ser un acto simbólico de desafío contra la administración Trump, según confió un diplomático asiático a IPS. Un reportaje de la red de televisión informativa por cable CNN de comienzos de junio recordó que junio es el «mes del Orgullo», en el que las comunidades lesbiana, gay, bisexual, transy queer celebran la libertad de ser ellas mismas. «Sin embargo, quienes se identifican como Lgbti, especialmente las personas trans, siguen luchando por el derecho a existir sin prejuicios», planteó la televisora. Por temor a represalias de los clientes de derecha y de la administración Trump, 39 % de las marcas de consumo están reduciendo sus compromisos con el Mes del Orgullo este año. El presidente Trump ha amenazado con recortar los fondos para California porque una atleta trans de secundaria participó en los campeonatos del estado de atletismo durante este mes. El Departamento de Educación ha ordenado a la Universidad de Pensilvania que prohíba a los atletas trans participar en equipos femeninos. El Pentágono está obligando a los miembros trans del ejército a abandonar las fuerzas armadas y les ha prohibido alistarse. Además, el Departamento de Salud y Servicios Humanos ha ordenado a los proveedores de atención médica que dejen de prestar asistencia sanitaria a menores para reafirmar su identidad de género, según la CNN. Mientras tanto, los conflictos entre Estados Unidos y la ONU incluyen la retirada de Estados Unidos de la Organización Mundial de la Salud (OMS) y del Consejo de Derechos Humanos. Igualmente, hay amenazas de hacer lo mismo de la Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura (Unesco), la Oficina del Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Refugiados (Acnur) y la Agencia de las Naciones Unidas para los Refugiados de Palestina (Unrwa), y es posible que se sumen más. James E. Jennings, presidente de Conscience International, dijo a IPS que «los tiranos, los autócratas y los oligarcas son siempre los que quieren quitar los derechos a las personas, prefiriendo una sociedad estratificada con ellos mismos en la cima a una igualitaria». Sin embargo, los documentos fundacionales de Estados Unidos proclaman lo contrario, afirmando la libertad y la justicia para todos y con la intención de promover el bienestar general protegiendo al individuo en lugar del Estado, afirmó. «Tenemos derecho a preguntarnos: ‘¿Cuál es la verdad? ¿Se van a democratizar realmente los derechos humanos o no?’. Si es así, podemos aprender a gestionar nuestra sociedad de forma equitativa, cuidando de todas y cada una de las personas que la componen», planteó. Jennings reconoció que las cuestiones relacionadas con las costumbres sociales y la sexualidad humana son difíciles de plasmar en un código legal, ya que las actitudes y las prácticas cambian con el tiempo, y la propia ley cambia de generación en generación. Para este experto, el principio de la libertad humana prevalece sobre Trump «y sus secuaces del Maga», la sigla de su lema de campaña «Make America Great Again (Hagamos que Estados Unidos vuelva a ser grande otra vez)». Mientras tanto, la administración Trump ha tomado varias medidas relacionadas con las personas trans, entre ellas: • Tratamiento de las personas trans en las prisiones federales: Se han establecido políticas para tratar a las personas trans en las prisiones federales según el sexo que se les asignó al nacer, lo que podría dar lugar a condiciones de alojamiento perjudiciales. • Eliminación del género de los sitios web federales: Se ha eliminado de los sitios web federales la información relacionada con la llamada «ideología de género» y, en algunos casos, se ha sustituido el término «género» por «sexo». • Denegación de los indicadores de género en los pasaportes: Se están denegando las solicitudes de pasaportes con indicadores de género distintos de masculino o femenino, así como las solicitudes de cambio de indicador de género entre masculino y femenino. Sin embargo, según informes publicados, muchas de estas políticas se han enfrentado a impugnaciones legales»: • El Tribunal Supremo ha permitido que la prohibición del servicio militar a las personas trans entre en vigor por ahora, pero el litigio sigue en curso. • Las medidas del gobierno han suscitado críticas por parte de los defensores de los derechos Lgbtiq+, que argumentan que son discriminatorias y perjudiciales. Según la ONU, las personas Lgbtiq+ son discriminadas en el mercado laboral, en las escuelas y en los hospitales, maltratadas y repudiadas por sus propias familias. Son objeto de agresiones físicas, como palizas, agresiones sexuales, torturas y asesinatos. La discriminación y la violencia motivada por el odio contra las personas Lgbtiq+ es generalizada, brutal y a menudo impune, y es aún peor para quienes pertenecen a comunidades racializadas. También son víctimas de tortura y malos tratos, incluso bajo custodia, en clínicas y hospitales. En unos 77 países, leyes discriminatorias penalizan las relaciones homosexuales privadas y consentidas, lo que expone a las personas al riesgo de ser detenidas, procesadas, encarceladas e incluso, en al menos cinco países, condenadas a muerte. Desde 2010, según la no gubernamental Comisión Internacional de Gays y Lesbianas de Derechos Humanos (Outright International), las personas trans en Estados Unidos pueden cambiar el indicador de género en sus pasaportes. En 2021, el Departamento de Estado de los Estados Unidos alineó esta política con las mejores prácticas internacionales al eliminar los requisitos de certificación médica para hacerlo, y en 2022 comenzó a ofrecer la opción de un indicador de género «X» en los pasaportes para las personas no binarias. Al revertir estas políticas, la administración Trump socava la capacidad de las personas trans, no binarias e intersexuales de que se reconozca y respete su identidad de género, lo que entra en conflicto directo con los principios de la autodeterminación y la autonomía. Exigir a las personas que lleven documentos de identidad que no reflejen su identidad de género también las expone a un mayor riesgo de violencia y restringe su libertad de circulación, un derecho protegido por el Pacto Internacional de Derechos Civiles y Políticos. La política podría suponer un riesgo inmediato para los miembros de las fuerzas armadas y otros funcionarios del gobierno de Estados Unidos que actualmente están desplegados o trabajando en el extranjero con pasaportes que reflejan su identidad de género, según Outright International. https://ipsnoticias.net

Durante junio, se conmemora en Chile y el Mundo el Mes del Orgullo, instancia en la cual se busca visibilizar las problemáticas y desafíos con la comunidad LGBTQI+. En ese sentido, uno de los problemas que persiste de forma alarmante en el país es la falta de acceso a servicios de salud mental seguros, afirmativos y culturalmente competentes para la población Las brechas en el sistema sanitario afectan directamente el bienestar emocional y físico de estas comunidades, generando un impacto profundo y, muchas veces, silenciado. Así lo señaló Jaime Méndez, psicólogo clínico Especialista en Diversidad Sexual y de Género en ADIPA. “La discriminación social actúa como una forma estructural de violencia que se inscribe en las corporalidades y subjetividades, afectando profundamente la salud mental”, dijo. “El rechazo familiar, la exclusión escolar, el acoso callejero, la precarización laboral y el discurso de odio mediático configuran un entorno que vulnera cotidianamente el bienestar psíquico y físico de las personas LGBTQIANB+”, agregó. Según la encuesta T de OTD Chile en el año 2017, más del 76% de las personas trans han sido discriminadas por su identidad de género, y más del 50% ha recurrido al auto-daño como forma de respuesta emocional. Ahora bien, según el Movimiento de Integración y Liberación Homosexual (Movilh), en su último Informe Anual de Derechos Humanos, el 80,9% de las personas LGBTQ+ ha sufrido discriminación a lo largo de su vida, y el 57,7% en el último año. Además, el 38,6% de las personas LGBTQ+ se ha autolesionado al menos una vez en su vida debido a la discriminación, y el 17,7% ha intentado suicidarse. “Este contexto se traduce en una mayor prevalencia de sintomatología ansiosa, depresiva, conductas de aislamiento e incluso ideación suicida. La discriminación social impacta directamente en la salud mental, al generar sentimientos de vergüenza, aislamiento, ansiedad y temor a la violencia. El estigma, tanto en los espacios sanitarios como en la vida cotidiana, puede internalizar y producir sufrimiento subjetivo sostenido”, manifiesta el profesional de ADIPA. Si bien Chile ha dado pasos importantes, como la Ley de Identidad de Género, aprobada en diciembre de 2018, la que reconoce y da protección al derecho a la identidad de género, y algunas iniciativas locales de atención inclusiva, aún persiste una deuda estructural profunda en materia de salud mental. La salud mental no puede seguir siendo un privilegio ni un lugar de exclusión. https://www.adnradio.cl

El gobernador republicano de Nebraska, Jim Pillen, firmó este miércoles una ley que prohíbe oficialmente a estudiantes trans participar en deportes femeninos, lo que convierte al estado en el más reciente en impedir que atletas trans puedan competir en equipos de mujeres y niñas. El líder conservador firmó la ley rodeado de atletas femeninas, una docena de legisladores y la exnadadora universitaria Riley Gaines, quien en los últimos meses se ha convertido en una de las más célebres defensoras de la prohibición de atletas trans en deportes femeninos. La medida fue aprobada la semana pasada por la Legislatura de Nebraska en una cerrada votación que se decidió por un solo voto emitido según líneas partidistas. Sin embargo, la ley fue reducida en relación con su versión inicial, la cual buscaba no solo impedir que las atletas trans pudieran competir en equipos de niñas y mujeres, sino también prohibir oficialmente a todas las estudiantes trans usar baños y vestuarios acordes con su identidad de género. Los patrocinadores de la ley aceptaron eliminar esta prohibición después de que el senador republicano de Omaha, Merv Riepe, declarara que, de lo contrario, votaría en contra de la medida. Una prohibición justificada En los últimos meses, al menos otros 24 estados en todo el país han adoptado este tipo de prohibiciones. El presidente estadounidense, Donald Trump, firmó a principios de año una orden ejecutiva destinada a dictar en qué competiciones deportivas pueden participar atletas trans, e incluso se enfrentó al estado de Maine en tribunales por permitir la participación de atletas trans en deportes femeninos. La ACLU emite una denuncia Tras la nueva ley firmada por Pillen, la Unión Americana de Libertades Civiles (ACLU) de Nebraska emitió una denuncia, con su directora, Mindy Rush Chipman, argumentando que esta prohibición cierra las puertas a muchos estudiantes trans para participar plenamente en sus comunidades escolares. “Esta prohibición solo creará problemas, no resolverá ninguno”, dijo Rush Chipman. https://voz.us

El XXIII Informe de Derechos Humanos de la Diversidad Sexual y de Género –del Movimiento de Integración y Liberación Homosexual (Movilh)– reveló que Chile registró el mayor retroceso en derechos LGBTIQ+ en 2024, desde el retorno de la democracia. En detalle, el documento arroja 2.847 casos y denuncias por discriminación. De ese total, el 39,73% afectó a la población trans, lo que significa un incremento del 462,69% en relación al año previo. Los abusos contra mujeres lesbianas aumentaron a 118, misma cifra a la del año 2023 y concentrando el 4,14% del total nacional. En tanto, los atropellos contra hombres gays registraron 195, un 41% menos que el año anterior, acumulando el 6,85% del total. “Año de la transfobia” “El 2024 pasará a la historia como el “año de la transfobia”, en tanto los derechos humanos de las personas trans, en especial de niños, niñas y adolescentes (NNA), fueron permanentemente vulnerados", señala el informe elaborado por el Movilh. Esto, añade, al “desconocerse el derecho a la identidad de género y poniéndose en jaque las conquistas del pasado que habían contribuido a mermar las desigualdades que les afectan, en particular en el acceso a la salud”. https://www.adnradio.cl

El mes del orgullo LGBTQ, celebrado en junio a nivel mundial, inició por los famosos disturbios de Stonewall, pero en específico, hubo dos mujeres involucradas que fueron las pioneras del movimiento: Marsha P. Johnson y Sylvia Rivera. El 28 de junio de 1969, la policía se detuvo en The Stonewall Inn con el fin de verificar las violaciones de la ley del alcohol y otras transgresiones, que es algo que hicieron regularmente. Lo que realmente ocurrió fue intimidación policial y demandas de pagos a cambio de no arrestar o publicitar los nombres de los clientes. Johnson, conocida por su feroz activismo y defensa de las personas queer sin hogar y las trabajadoras sexuales, fue una de las primeras en resistir la intimidación policial en el bar. También se rumorea que Sylvia Rivera arrojó la primera botella. Según los informes, los disturbios estallaron cuando la activista lesbiana Stormé DeLarverie fue atacada por la policía por decir que sus esposas estaban demasiado apretadas. Otros clientes de Stonewall arrojaron botellas, monedas y otros artículos a los oficiales mientras las tensiones aumentaban cuando la policía arrastraba a los que estaban dentro del bar. Tanto Johnson como Rivera, instrumentales en el movimiento de derechos LGBT, son acreditadas por jugar un papel importante en la reacción violenta contra la brutalidad policial en el Stonewall Inn. Haciendo énfasis en el rol de Johnson como catalizadora de los disturbios. A principios de la década de 1970, Johnson y su buena amiga Sylvia Rivera cofundaron la organización Street Transvestite Action Revolutionaries (STAR; Revolucionarias activistas travestidas callejeras); juntas eran una presencia visible en las marchas a favor de la liberación gay y otras acciones políticas radicales. En la década de 1980, Johnson continuó su activismo de la calle como organizadora respetada y marshall de ACT UP. Junto con Rivera, Johnson era «madre» de la Casa STAR, juntando ropa y comida para ayudar apoyar a las jóvenes drag queens, mujeres trans y chicos callejeros que vivían en los muelles de la calle Christopher o en su casa, en el Lower East Side de Nueva York. Actualmente hay diversos monumentos que guardan la memoria de éstas grandes activistas pioneras en el movimiento LGBTQ. Es importante saber que gracias a acciones de ellas y más personas, es que ahora podemos ser un poco más libres, y pese a que la lucha continúa, ellas y más nos han abierto el camino. ¡Feliz mes del orgullo LGBTQ! https://elclosetlgbt.com

En pleno 2025, los derechos de las mujeres trans enfrentan un retroceso alarmante, amenazados por discursos de odio, exclusiones legislativas y ataques a su visibilidad. Por eso, en esta edición de Proud Humans, cedemos el espacio a 12 mujeres trans que admiramos profundamente. Algunas han participado en este especial antes; otras se unen por primera vez. Pero todas se suman con un objetivo en común: alzan la voz para enviar un mensaje de resistencia. Porque, como reza una de las proclamas más poderosas de la marcha orgullo, “aquí está la resistencia trans”. ALEJANDRA BOGUE ACTRIZ Y CONDUCTORA @LABOGUEBO5 Mi mensaje de resistencia es que sigamos alegres, contentas, enteras. Sin olvidar quiénes somos, cómo somos y para qué somos con nosotras mismas. La verdad absoluta nadie la tiene más que la que llevas en el corazón.

Cuando muchos nacen, además de la huella digital que los hace únicos, hay prefijos, palabras y adjetivos que los acompañarán en la aventura de vivir y que determinarán sus destinos. Moria Casán es de esos seres que nació bajo el signo “trans”. Para ella, no remite sólo al término abreviado que se utiliza para referirse a personas transgénero o transexuales. En el caso de la diva, se emparenta con palabras como “transformación”, “transición” y “transmutación”. "Soy trans desde que nací", dice. Y no resulta rara la declaración. Como veremos, la existencia de la multifacética artista estuvo y está signada por causalidades “trans” que le permiten reinventarse y evolucionar. Mientras realiza los últimos ensayos de su nueva obra teatral llamada Cuestión de género (se estrenó el 30 de mayo en el Teatro Metropolitan), Moria Casán recibe a Clarín con su intacto carisma. Posa luminosa para las fotos y se entrega a la charla entusiasmada por su presente. En esta comedia francesa de Jade-Rose Parker que se convirtió en un fenómeno en París (con Victoria Abril como estrella), Casán comparte protagónico con Jorge Marrale, bajo la dirección de Nelson Valente y la producción general de Pablo Kompel, Tomás Rottemberg y Ricardo Hornos. El elenco se completa con Paula Kohan y Ariel Pérez de María. No es novedad que a sus 78 años, Moria proyecta emociones, ideas y sentimientos que trascienden la edad. Su energía es atemporal, siempre nueva y renovada. Ahora la metamorfosis artística la lleva a ponerse en la piel de Jade, una diseñadora que recibe el resultado negativo en un examen médico de rutina. Al comunicárselo a Francisco (Jorge Marrale), su esposo desde hace 30 años, aprovecha para revelarle un secreto que oculta desde el inicio del matrimonio. Dice Moria: “El tema de la obra es muy actual, habla de una transición de género, con todo lo que conlleva. Se refiere al bullying; a todo lo que debe atravesar una persona para ser libre. Y a quien se encuentra con que el otro nunca le dijo lo que pasaba y se siente engañado. Es un guión que propone una montaña rusa emocional, porque entendés a uno, y después te ponés de parte del otro, y comprendés a los dos”.

En Estados Unidos, los datos sobre la aceptación social hacia la comunidad LGBTQ+ muestran claras diferencias, especialmente en la percepción de las personas trans frente a lesbianas y gays. Una reciente encuesta del Pew Research Center reveló que aproximadamente el 60% de los adultos LGBTQ+ se sienten aceptados como gay o lesbiana, mientras que solo un 10% reportó una aceptación similar para personas no binarias y trans. Giovonni Santiago, un hombre trans de 39 años y veterano de la Fuerza Aérea radicado en el noreste de Ohio, observó que la aceptación hacia las personas trans ha disminuido considerablemente, correlacionándose con el aumento de legislaciones en varios estados que restringen los derechos y el acceso a atención sanitaria para menores trans. Estas leyes incluyen regulaciones sobre el uso de baños y la participación en deportes. Santiago expresó su preocupación por cómo la estigmatización de las personas trans ha comenzado a extenderse, señalando que este fenómeno ha perdurado en el tiempo. "Eran como la anomalía de la ignorancia y el odio, especialmente hacia las personas trans. Pero ahora vemos que, desafortunadamente, se está extendiendo por todo el país", afirmó. A pesar de la falta de aceptación social general, Santiago indicó que no teme por su propia seguridad, en contraste con muchas personas trans, quienes reportan temor constante por su integridad personal. "No lo siento tanto porque vivo una vida donde la mayoría de las personas no saben que soy trans a menos que lo diga específicamente", comentó. El estudio, realizado en enero entre 3.959 adultos LGBTQ+, se llevó a cabo tras la elección de Donald Trump y justo antes de que implementara políticas que afectaron negativamente a este grupo. La encuesta también reveló que la percepción sobre la aceptación familiar varía significativamente: cerca de la mitad de los gays y lesbianas dicen que sus padres los aceptan, mientras que solo un tercio de las personas trans reporta un nivel similar de aceptación en sus familias. Opiniones diversas y un futuro incierto En otro ámbito, una encuesta realizada por The Associated Press y el Centro NORC reveló que cerca de la mitad de los adultos en el país aprueban las decisiones de Trump en cuanto a temas trans. La situación legal en torno a las personas trans todavía es compleja, ya que la Corte Suprema está a punto de decidir sobre legislaciones que podrían restringir más los derechos de las personas trans en Tennessee, que incluyen prohibiciones sobre el acceso a la atención de afirmación de género para menores. Finalmente, la encuesta también mostró un vínculo entre el reconocimiento legal de las parejas del mismo sexo y el aumento en la aceptación social de la comunidad LGBTQ+. Un 66% de los encuestados afirmaron que la legalización del matrimonio entre personas del mismo sexo en EE.UU. hace 10 años mejoró la aceptación social. Aubrey Campos, una mujer trans que dirige un camión de tacos en Texas, expresó que aunque tuvo el apoyo de sus padres, otros jóvenes trans con los que trabaja enfrentan situaciones más complicadas, incluso el rechazo familiar y la expulsión del hogar. "Ahora, los tiempos son un poco oscuros. Este es un momento en el que debemos unirnos y lograr que sean más brillantes y hacer saber que no vamos simplemente a desaparecer", concluyó. https://www.cadena3.com