El legado de Laura Weinstein para la población trans en Colombia

ATA - Sylvia Rivera • 12 de enero de 2021

La activista murió el 2 de enero. Su trabajo fue clave en el reconocimiento de identidades trans.

“La invitación es a amar la diversidad, a reconocer la capacidad que tenemos las personas trans para transformar el mundo, porque somos la señal de que esto puede ser de otra forma. Si somos capaces de transformar algo que muchos creen que no debería ser así (...), también cualquier forma de violencia, discriminación e injusticia se puede transformar . De verdad, les invito a que nos pensemos lo que significan las vidas de las personas trans”.

Esas fueron las palabras de la activista y defensora de derechos humanos Laura Weinstein en medio de un acto conmemorativo en noviembre pasado por el Día Internacional de la Memoria Trans.

Weinstein fue una de las personas que más trabajó por el reconocimiento de las identidades trans en Colombia. Lo hizo principalmente desde la Fundación GAAT (Grupo de Acción y Apoyo Trans), organización que dirigió desde 2010 y desde la cual lideró iniciativas sociales, legislativas e institucionales a favor de los derechos de las personas trans, como el voto trans, la política pública LGBT, el apoyo a la infancia trans, el rechazo a los transfeminicidios, entre otras.

La madre Laura, como le llamaban de cariño, falleció el 2 de enero por complicaciones respiratorias no relacionadas con el covid-19 . Llevaba varios días hospitalizada. Ella misma lo compartió en sus redes sociales: “Esto de no poder respirar es algo que nunca le desearía a nadie”.

Su muerte tomó por sorpresa a un país en el cual, según el conteo de La Red Comunitaria Trans, al menos 31 personas trans fueron asesinadas en 2020 y en donde aún falta un largo camino para conseguir la plena igualdad y dignidad de esta población, como tanto insistía Laura.

Ella, historiadora con estudios en Trabajo Social, narró decenas de veces, y en todo tipo de escenarios, las distintas violencias que se ejercen sobre la población trans y las escasas garantías de seguridad con las que cuenta: discriminación en centros de salud, pedradas en las calles, violencia policial, linchamiento social y un extenso etcétera.

En 2017, en una entrevista con Sentiido , un portal web dedicado a hablar de diversidad sexual y de género, contó que su primera actividad como directora del GAAT consistió en llevar a un grupo de mujeres trans al Museo de Arte del Banco de la República, en Bogotá, a ver ‘Habeas corpus: que tengas [un] cuerpo [para exponer] , una exposición sobre el cuerpo humano.

Laura conocía de cerca la realidad de las trabajadoras sexuales y quería que sus compañeras, como las llamaba, reflexionaran al respecto y salieran de sus rutinas.

Ellas, entusiasmadas, accedieron. Para muchas, de hecho, era la primera visita a un museo. Pero durante el ingreso—le contó Laura a ese portal web—, los detectores de metal empezaron a pitar. Todas se miraban entre sí. Nadie entendía qué pasaba. Les pidieron abrir sus bolsos y el equipo de seguridad encontró variedad de cuchillos y navajas.

Ese día dimensionó a lo que se enfrentaba.

“Ellas no salen sin eso (las armas) para defender sus vidas. Eso nos hizo prender las alarmas. Nos dimos cuenta de la necesidad de comenzar a trabajar en herramientas de denuncia con las que ellas entendieran que no podíamos seguir así”.

Laura Weinstein empezó a trabajar en la defensa de los derechos de la población trans desde mucho antes de emprender su propia transición. Sus primeros pasos los dio por medio de activismo digital, de manera individual y espontánea. Un día, por ejemplo, decidió crear 'Travestis Bogotá', un grupo en Yahoo! en el que se planteaban discusiones sobre identidades diversas.

Pronto, su lucha se trasladó a las calles, ese escenario hostil donde tantas veces, desde muy pequeña, fue testigo de cómo las personas trans eran víctimas de discriminación. Desarrolló entonces una vocación de servicio: acogía a trabajadoras sexuales golpeadas por policías, acompañaba a mujeres trans a centros de salud y en más de una ocasión encaró a las autoridades para reclamar lo que consideraba justo.

Batallaba en solitario, pero con el tiempo organizaciones la contactaron y se fue involucrando en procesos colectivos. Así, y ya con su transición en curso, fue vocera de la Mesa LGBT de Bogotá, donde lideró la creación de la escuela de formación para líderes LGBT y promovió la alianza con otros sectores de la sociedad.

Más adelante, creó la Fundación Transrevolucionando Géneros y, al poco tiempo, en 2009, llegó al GAAT, donde asumió la dirección ejecutiva un año después. En 2011 le fue otorgado el premio León Zuleta por la visibilidad trans.

Su trayectoria en la defensa de los derechos de las personas trans es extensa y ampliamente reconocida: fue funcionaria de la alcaldía de Bogotá en el Centro de Diversidad, orientando servicios a personas trans en el Distrito; impulsó la expedición del decreto 1227, el cual permite el cambio de sexo en el documento de identidad ; colaboró en la formación de fiscales para avanzar en temas de justicia e investigación de casos de violencia y crímenes hacia personas LGBT; sentó el debate sobre la libreta militar para hombres trans, y priorizó la atención a personas viviendo con VIH, particularmente mujeres trans trabajadoras sexuales.

Además, varias veces pisó escenarios internacionales. Participó, por ejemplo, en asambleas de la sociedad civil en la OEA con la creación y socialización de informes sobre la situación de mujeres LBT (Lesbianas, bisexuales y trans) ante la CEDAW, así como en diálogos en las Naciones Unidas, el Congreso Judío Mundial LGBTI para el hemisferio occidental, entre otros.

En los últimos años, a través del GAAT, se dedicó a trabajar con niños y niñas trans y sus familias para apoyarles en el proceso al cual denominó "un tránsito seguro y autónomo". Y desde 2019 se desempeñaba como consejera consultiva LGBT en Bogotá, cargo de interlocución entre las organizaciones sociales y la administración Distrital.

Aportes concretos

Su trabajo era incesante. Uno de sus aportes más recientes fue una victoria trascendental en relación a la política pública para la población LGBT en Colombia , la cual fue expedida por orden de la Corte Constitucional en 2018, durante el gobierno de Juan Manuel Santos, pero que aún no ha sido implementada por la administración de Iván Duque.

Esta política es clave para que las personas con orientaciones sexuales, identidades y/o expresiones de género diversas obtengan mejores condiciones de vida, así como para prevenir casos de violencia. Laura era consciente de esa importancia, y por eso, a través del GAAT, interpuso una acción de tutela en junio de 2020 en contra del Ministerio del Interior para que se atendiera esa implementación.

Un juez de Bogotá falló a su favor y le ordenó a esa cartera iniciar las gestiones administrativas para expedir el Plan de Acción de la Política Pública Nacional LGBT, así como crear un grupo técnico que se encargue del cumplimiento de las obligaciones. Además, le ordenó elaborar un programa y cronograma de trabajo con fechas claras.

Redes desde la empatía y puentes desde la conciliación

“Ella entendía que sentarse a dialogar con el gobierno requería reconocer que hay límites, limitantes, procesos y temporalidades, pero no negociaba principios ni derechos; negociaba las formas, aceptando sabiamente que Estados y gobiernos tienen formas propias , y lo que la sociedad civil veía como un impedimento, ella lo visualizaba como una posibilidad”, dijo en un comunicado Caribe Afirmativo, otra organización LGBT del país.

Precisamente, en septiembre pasado, Weinstein presentó junto a esa organización y la Misión de Observación Electoral (MOE) una propuesta ante el Consejo Nacional Electoral (CNE) para la construcción de un protocolo que promoviera medidas que garanticen el derecho al voto de las personas trans en igualdad de condiciones y libre de discriminación.

En noviembre, la iniciativa fue acogida en su totalidad, y así Colombia se convirtió en el segundo país en América Latina en aprobar un protocolo de este tipo, después de México .

"Sus aportes permitieron que avanzáramos como sociedad", resaltó la Oficina en Colombia del Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Derechos Humanos.

Laura, nacida en Bogotá en el seno de una familia de tradición judía, se sobrepuso a la transfobia —el rechazo de cercanos, la negligencia de médicos y psicólogos, el no reconocimiento de su identidad en todo tipo de entornos públicos— y tomó la vocería del movimiento de una población que históricamente ha sido marginada.

Nunca abandonó su liderazgo, ni siquiera en 2017, cuando recibió amenazas de muerte por parte de desconocidos. De hecho, en esa ocasión, además de denunciar, convirtió lo ocurrido en una oportunidad: se asoció con otras mujeres para escribir una cartilla que hoy ayuda a lideresas a enfrentar amenazas e incidir frente al Estado para conseguir la garantía de su ejercicio político como defensoras de derechos humanos.

Con su laboral, le apostó al trabajo colectivo, a construir redes desde la empatía y puentes desde la conciliación , y siempre lo hizo ondeando con orgullo la bandera azul, blanca y rosada, que representa a las identidades trans.

Activistas, organizaciones y colectivos LGBT, distintas entidades y cientos de ciudadanos hoy lamentan su muerte, pero coinciden en que su trabajo fue valioso para las vidas de las personas trans en Colombia. En palabras del GAAT: “Que su legado nos inspire y guíe en la lucha por una sociedad más justa”.

La ‘parcera’ de las personas trans

EL TIEMPO reproduce a continuación un fragmento de 'Derechos en clave trans', una entrevista que William Moreno Hernández le hizo a Laura Weinstein para la antología 'Voces de resistencia. Entrevistas a líderes sociales y activistas', publicada en 2019 como un trabajo de grado.

Hace poco leí una entrevista en la usted dice que, antes de activista, usted es ‘parcera’ de las personas trans, ¿Qué quiere decir eso?

El GAAT va a cumplir once años trabajando por la reivindicación de los derechos de las personas trans. Yo llevo vinculada más o menos diez, pero hasta hace poco vine a darme cuenta de que lo que yo hacía se reconocía como activismo. Yo empecé en esto porque me di cuenta de que había muchas cosas que eran injustas en las vidas de nosotras las personas trans. Entonces, más allá de la figura de la activista, me gusta decir que soy la parcera porque me gusta sentarme y preguntarles por sus vidas, sus problemas, sus familias y, sobre todo, por sus sueños.

El proyecto más reciente del GAAT es trabajar con familias de niños y niñas trans, ¿por qué?

Fue una apuesta más personal, una reivindicación para decir que los niños y las niñas trans sí existen y que todas las personas trans merecen familias que las amen. Para mí no fue fácil la infancia. Fue una época llena de dificultades, de mucha soledad. Ningún niño ni ninguna niña deben pasar por lo mismo que yo viví, entonces creí que había una deuda histórica con ese ‘niño’ que fue discriminado. Ese ‘niño’ que no solo es mi experiencia de vida sino seguramente la de muchas otras personas. Necesitamos, entonces, involucrar a las familias porque cuando una persona trans logra que su familia la acompañe en este proceso, que reconozca su tránsito y le brinden apoyo, su vida es otra; tiene el 90 por ciento de su vida asegurada porque no va a caer en entornos de violencia y criminalización.


¿En qué consiste ese trabajo con las familias?

Nosotros tenemos varios programas institucionales de encuentro y formación. Uno de ellos es el Grupo de Apoyo, en el que acompañamos los tránsitos y el proceso identitario de mujeres y hombres trans, pero también a las personas que las rodean, como familiares, amigos e incluso parejas. Por lo general, nos reunimos una vez cada semana. Tenemos un grupo para adultos y otro para niños y niñas trans y sus papás. Hacemos acompañamiento, construimos redes de solidaridad y compartimos vivencias que nos atraviesan cotidianamente.

¿Qué otras líneas de trabajo tiene la fundación?

Tenemos la ‘Patrulla Trans’, que se encarga de atender casos de violaciones de derechos humanos. Entonces, hacemos seguimiento a casos de asesinatos, desplazamientos forzados, golpizas, expulsiones de colegios y de trabajos y todo tipo de barreras al momento de acceder al sistema de salud o para cambiar documentación. El problema es que a la fundación siempre llegan casos, pero no hay recursos para enfrentarlos.

Ahora nos interesa también capacitar y concientizar a las personas trans sobre sus derechos y empoderarlas, entonces hemos organizado talleres para resolver dudas o atender reclamos relacionados con sus derechos y ahí les mostramos opciones para mejorar su calidad de vida. Ese proyecto se llama ‘Cinco derechos en clave trans’ y nació en 2016.

¿Y por qué ‘cinco derechos’?

Por los cinco derechos que consideramos más vulnerados en la comunidad trans: movilidad, educación, trabajo, vivienda y salud.

"Las personas trans, en cambio, vivimos en un partido que nos jugamos todos los días de nuestras vidas porque tenemos que ir por todos lados explicando quiénes somos, y encima de todo reafirmarlo."

Las cifras de violencia en contra de la población LGBT en general son alarmantes, pero las personas trans son especialmente vulnerables. ¿Por qué?

Aquí primero habría que decir que hay un problema inicial y es que se acostumbra a meternos a todas las personas LGBT en una misma bolsa, ignorando que cada grupo poblacional tiene unas necesidades específicas. En el caso de las personas trans, todo parte de una falta de reconocimiento. Si tú eres una persona homosexual o bisexual ni siquiera tienes que decirlo. Las personas trans, en cambio, vivimos en un partido que nos jugamos todos los días de nuestras vidas porque tenemos que ir por todos lados explicando quiénes somos, y encima de todo reafirmarlo. Eso es muy violento y puede llegar a generar discriminación.

También es cierto que muchas personas trans están inmersas en entornos violentos y de alta criminalización como la prostitución, entonces son más vulnerables a ataques por ser quienes son, por su identidad.

¿Y por qué llegan a esos entornos de alta criminalización?

La gran mayoría de las personas trans no tiene un trabajo formal. Eso, sumado a la falta de educación –que también ocurre por la discriminación–, lleva a que muchas, sobre todo las mujeres, acaben en entornos laborales que son absolutamente precarios y muy criminalizados. No es que ellas quieran estar en esos lugares sino que es lo que hay, y tenemos que sobrevivir con eso. En el GAAT hemos calculado que cerca del 70 por ciento de las mujeres trans y el 50 por ciento de los hombres trans encuentran en el servicio sexual su principal actividad profesional.

El informe más reciente de Colombia Diversa sobre estos casos señala que los crímenes en contra de personas trans tienden a ser “justificados” por los atacantes, incluso por las mismas autoridades, porque se cree que las víctimas se dedicaban a robar o estaban vinculadas a redes de microtráfico.

Claro, hay una violación en el proceso de las diligencias porque, de entrada, se asume que las personas trans son delincuentes. Eso genera un estereotipo que limita el acceso a la justicia en casos de violaciones de derechos humanos. Pero además esa estigmatización es estructural. La gente tiene unos imaginarios incorrectos sobre la realidad de las personas trans. Nos ven como personas peligrosas, escandalosas, conflictivas, como personas con las que hay que tener cuidado. Por eso, cada espacio que logramos conquistar es un logro. Pero no es fácil. Muchas personas nos siguen viendo como si fuéramos un mito, negando que somos toda una realidad, que existimos.

Sobre el acceso a trabajo hay un marco jurídico. La Corte Constitucional, por ejemplo, se pronunció en 2007 sobre la discriminación de personas trans en ese ámbito. ¿Qué ocurre en ese caso?

Analicemos cuántas personas trans hay en Colombia en cargos decisorios de empresas o entidades. Ninguna. En la discriminación laboral ocurre algo particular y es que no solo se trata de que se ofrezca trabajo a las personas trans sino que, cuando tenemos acceso, nos obligan a trabajar más por ser personas trans. De alguna manera, nos obligan a demostrar que somos “buenos trabajadores” a pesar de lo que somos. A mí me pasó cuando trabajé en la institucionalidad. En algún momento me dijeron que yo era “una acción afirmativa”, pero me di cuenta de que mis compañeros y compañeras ganaban más que yo, aun cuando yo trabaja igual o más que muchos de ellos. Esos espacios siguen siendo violentos. No estamos en igualdad.

Otro ámbito en el que se manifiesta con mucha frecuencia la discriminación hacia las
personas trans es la salud, ¿Qué pasa ahí?

El sistema de salud todavía no entiende las construcciones identitarias de las personas trans, entonces a veces es muy complejo. Muchas veces somos nosotras y nosotros quienes tenemos que decirle al médico qué se podría hacer porque ellos no tienen ni la mínima idea. Pero este problema va mucho más allá. El acceso a la salud es muy complicado para las personas trans porque a veces ni siquiera hay una forma de obtener una afiliación en salud.

Muchas veces las personas trans no tienen un documento que se ajuste a su identidad. Y no tienen ese documento por distintas razones, porque decidieron no sacarlo o porque, al perderlo, decidieron no lidiar de nuevo con el proceso, en fin. El problema es que para acceder al sistema de salud necesitas ese documento –la cédula–, que para cualquiera puede ser lo más común del mundo pero para las personas trans es todo un proceso.

Y ahí no termina la historia. Para acceder a salud, tenemos que estar afiliadas, pero también tenemos que encontrarnos al vigilante en la puerta, anunciarnos con la recepcionista y enfrentar un trato inapropiado por parte del médico en el consultorio. En todos esos espacios, por lo general, no se reconoce nuestra identidad, entonces te tratan como hombre si eres mujer trans y viceversa. Es un sistema que continuamente es violento.

¿Esas ‘trabas’ en el acceso a la salud ocurren únicamente cuando se quiere adelantar la transición o también se manifiestan en procedimientos comunes?

Ocurren todo el tiempo. Ahora mismo, por ejemplo, yo tengo cáncer —que esa es otra reivindicación por la que hoy trabajo— y me he sentido discriminada varias veces por ser una mujer trans. Me preguntan que qué soy, que por qué y, de hecho, cuando comencé a enfermarme, lo primero que me dijo el médico, sin haberme examinado, es que seguramente se trataba de una enfermedad venérea. La discriminación y la violencia son constantes. Este sistema de salud es perverso.

"La gente tiene unos imaginarios incorrectos sobre la realidad de las personas trans. Nos ven como personas peligrosas, conflictivas. Por eso, cada espacio que logramos conquistar es un logro."

En informes sobre violencia hacia población LGBT se suele advertir sobe el número de casos que son cometidos por parte de integrantes de la fuerza pública. ¿Es la fuerza pública un actor discriminador?

Ahí pasa algo paradójico y es que, a pesar de que el nuevo Código de Policía incluye sanciones por discriminación hacia personas LGBT, son los mismos miembros de la Policía quienes violentan nuestros derechos. En el caso de las personas trans, las agresiones se producen en las zonas de trabajo sexual, que, como te digo, son lugares criminalizados.

En estos casos, lo que hay que hacer es comenzar a humanizar a los miembros de la Policía porque sensibilizar ya no funciona. El abuso policial es un problema que las personas trans enfrentamos a diario, pero nos quedamos en la charla, en el taller. No, hay que ir más allá y decir: ‘Venga, señor Policía, y nos sentamos a conversar sobre nuestras realidades y lo que tenemos que soportar a diario’. Por ahí empieza la transformación.

En las cifras de discriminación hacia personas trans llama la atención que las mujeres son más vulnerables. ¿Por qué?

Sí, la verdad es que las realidades de los hombres trans y las mujeres trans son completamente diferentes. Las mujeres trans somos más visibles y, aparte, los estereotipos que se nos imponen con relación a la feminidad son más fuertes. Un chico trans tiene una transición que muchas veces ni siquiera se nota, mientras que a las mujeres, ya sea por su contextura u otras cuestiones, se nos nota más, y ahí empieza la discriminación. Es más, uno podría hablar de una ‘doble discriminación’: una por ser mujer y otra por ser mujer trans.

A propósito de esa ‘doble discriminación’, hace unos meses, por primera vez en la historia, se tipificó el homicidio de una mujer trans como feminicidio. ¿Cómo recibieron ustedes esa decisión?

Ese fallo es histórico y muy importante porque, por primera vez, somos reconocidas como mujeres. Sin embargo, no creemos que sea prudente regularizar como feminicidio sino se va a quedar ahí, en feminicidio. Es decir, nuestra preocupación es que los asesinatos de mujeres trans sumen a las estadísticas de feminicidio sin la claridad de que fueron cometidos contra una mujer trans. En nuestro caso, los asesinatos no solo son por el hecho de ser mujer sino también por nuestras construcciones identitarias. En ese campo sí creemos que le hace falta mucho al sistema judicial.

¿Y las mujeres trans no encuentran garantías en el sistema judicial?

No, por lo general, cuando vas a ir a denunciar te preguntan si estás diciendo la verdad. Sin contar que todos los casos quedan en la impunidad. Yo, por ejemplo, recibí amenazas por mi trabajo en el GAAT. Cuando me acerqué a denunciar, me preguntaban que si estaba segura de que no había sido uno de mis novios, que si no se trata de alguien que yo conocía o que si de verdad yo estaba segura de que se trataba de una amenaza. Entonces, nos ignoran o no nos creen. Incluso, a la fundación han llegado casos de mujeres trans a quienes, al momento de intentar presentar una denuncia, les piden el documento para indagar primero si tienen antecedentes o denuncias en su contra, reforzando esa idea de que somos peligrosas.

¿Quién la amenazó?

No sabemos. Me amenazaron a mí y a varios integrantes del GAAT, pero la investigación no avanzó. Se quedó en etapa preliminar. Son amenazas por ser personas LGBT y trabajar por esto.

En los últimos años, las personas trans han ganado visibilidad en los medios de comunicación. ¿Cómo cree que los medios están hablando sobre las personas trans?

De un tiempo para acá hemos tenido unos avances importantes porque se habla de las personas trans, sí, pero muchas veces, creo, no se hace de la manera adecuada. Muchos comunicadores no están formados para hablar. No se trata solamente de querer hablar de estos temas sino hacerlo de manera asertiva. Cuando se informa, creo yo, debe hacerse siempre con respeto y conocimiento. De lo contrario, se está desinformando. Entonces, ahí es cuando propongo unir fuerzas: ¿por qué no unimos el conocimiento que yo tengo sobre este tema con sus habilidades para informar? Eso ayudaría muchísimo a cambiar los imaginarios sociales acerca de las personas trans.

Una despedida digna para Laura.

La Fundación GAAT abrió una iniciativa digital con el fin de recaudar fondos que serán destinados a una despedida a Laura Weinstein. " Hoy todas las personas que recibimos sus enseñanzas y su amor nos unimos para darle una despedida digna. Luchadora y guerrera incansable hasta el fin de sus días", manifestaron.


https://www.eltiempo.com

WILLIAM MORENO HERNÁNDEZ

Periodista de ELTIEMPO.COM
En Twitter: @ williammoher

Noticias

Por ATA - Sylvia Rivera 13 de junio de 2025
Ciudad de México, 11 jun (EFE).- La suprema Corte de Justicia de la Nación (SCJN) de México amparó a una mujer trans refugiada y obligó al Instituto Nacional de Migración (INM) a reconocer su identidad de género en sus documentos migratorios, informó este miércoles la Universidad Iberoamericana (UIA). En un comunicado, explicó que el martes la SCJN "resolvió un amparo indirecto en favor de una mujer refugiada trans", dicho amparo fue promovido por la Clínica Jurídica Alaide Foppa para Personas Refugiadas de la UIA en contra del INM "por carecer de procedimientos que le permitan expedir documentos migratorios que reflejen la identidad de género de personas trans". Explicó que la víctima del caso "habría padecido reiteradamente violencia transfóbica en Guatemala, lo que la habría forzado a cerrar su negocio y huir a México". Una vez en México, ella solicitó ser reconocida como refugiada ante la Comisión Mexicana de Ayuda a Refugiados (Comar) ya que temía que "de ser deportada podría ser torturada o asesinada" y tras analizar su caso, la Comar habría corroborado este riesgo y la reconocería como refugiada. El comunicado explicó que luego de ser reconocida por la Comar "la víctima se acercó al INM para que le otorgara una residencia migratoria", pero lamentablemente, la tarjeta que le otorgaron "no reflejaba el nombre o el género con el que se identificaba socialmente, lo que hizo que sufriera nuevamente muchos casos de discriminación". También notó que "cada vez que se veía obligada a mostrar sus documentos migratorios para identificarse, era identificada como mujer trans y tratada con rechazo en consecuencia". Ante ello, se acercó a la Clínica Jurídica, que presentó un amparo en su favor reclamando las violaciones a su identidad, reconocimiento de la personalidad jurídica y su derecho a la no discriminación. En la sentencia, la SCJN reconoció que "los documentos migratorios funcionan como documentos de identidad de las personas extranjeras y refugiadas" y observó que las normas que establecen los procedimientos administrativos de expedición de documentos migratorios "excluyen de su regulación las necesidades y derechos de las personas trans extranjeras". Además, la SCJN reconoció que los procedimientos del INM para la expedición de tarjetas "discriminan por excluir a las personas trans y reiteró que personas trans tienen derecho a contar documentos que reflejen su identidad, con independencia de si son nacionales o extranjeras". En consecuencia, ordenó al INM "implementar mecanismos que permitan la modificación de los datos de identidad y la ajusten conforme a la identidad de género de las personas extranjeras". (c) Agencia EFE https://es-us.noticias.yahoo.com
Por ATA - Sylvia Rivera 12 de junio de 2025
La autora de Harry Potter volvió a provocar un intenso debate en redes sociales, luego de ironizar sobre la identidad de género en respuesta a un comentario que la instaba a enfocarse solo en escribir. La escritora británica J.K. Rowling, autora de la saga Harry Potter, volvió a generar controversia en redes sociales luego de responder de manera sarcástica a un usuario que la instó a dejar de opinar sobre temas ajenos a la literatura. Todo comenzó cuando un internauta le escribió: “Cállate la boca y vuelve a escribir libros. A nadie le importa tu opinión sobre nada más que sobre la magia”. Lejos de ignorar el comentario, Rowling respondió con ironía: “Mi opinión sobre la magia es la misma que sobre las mujeres con pene: ninguna es real. Sin embargo, si quieres demostrarme que me equivoco, salta de un tejado en una escoba”. La frase de la autora británica reavivó las críticas que ha recibido en los últimos años por sus posturas sobre identidad de género, calificadas por muchos como transfóbicas. Rowling ha insistido en que sus opiniones responden a preocupaciones sobre los derechos de las mujeres, pero su tono en redes y sus mensajes reiterados en la materia han mantenido un alto nivel de polémica desde hace ya varios años.
Por ATA - Sylvia Rivera 11 de junio de 2025
El gobierno de Donald Trump continúa su batalla contra las Naciones Unidas —por crímenes de guerra, derechos humanos y el tratado climático, entre otros—, mientras también sigue profundamente dividido en cuanto a los derechos de las personas lesbianas, gais, bisexuales, trans e intersexuales (Lgbti). Estados Unidos ha tomado varias medidas, algunas por decreto ejecutivo, relacionadas con las personas trans, entre ellas la restricción del acceso a la atención sanitaria afirmativa del género, la prohibición del servicio militar a las personas trans, la revocación de las protecciones para los estudiantes trans y el fin de la financiación federal para la ideología de género. Sin embargo, en contraste, la Organización de las Naciones Unidas (ONU) reconocen a las personas trans y sus derechos, afirmando el derecho humano de las personas trans al reconocimiento legal de su identidad de género, incluido el derecho a cambiar su género en documentos oficiales como los certificados de nacimiento. La ONU también trabaja para proteger a las personas trans de la discriminación y la violencia, y aboga por su inclusión e igualdad. A medida que se acelera la campaña para que una mujer ocupe el cargo de secretaria general de la ONU, la primera semana de junio circuló por los pasillos de la ONU una propuesta para que se instara a un Estado miembro a presentar una candidata trans simbólica para el cargo. Quizás no sea una realidad política a largo plazo, pero podría ser un acto simbólico de desafío contra la administración Trump, según confió un diplomático asiático a IPS. Un reportaje de la red de televisión informativa por cable CNN de comienzos de junio recordó que junio es el «mes del Orgullo», en el que las comunidades lesbiana, gay, bisexual, transy queer celebran la libertad de ser ellas mismas. «Sin embargo, quienes se identifican como Lgbti, especialmente las personas trans, siguen luchando por el derecho a existir sin prejuicios», planteó la televisora. Por temor a represalias de los clientes de derecha y de la administración Trump, 39 % de las marcas de consumo están reduciendo sus compromisos con el Mes del Orgullo este año. El presidente Trump ha amenazado con recortar los fondos para California porque una atleta trans de secundaria participó en los campeonatos del estado de atletismo durante este mes. El Departamento de Educación ha ordenado a la Universidad de Pensilvania que prohíba a los atletas trans participar en equipos femeninos. El Pentágono está obligando a los miembros trans del ejército a abandonar las fuerzas armadas y les ha prohibido alistarse. Además, el Departamento de Salud y Servicios Humanos ha ordenado a los proveedores de atención médica que dejen de prestar asistencia sanitaria a menores para reafirmar su identidad de género, según la CNN. Mientras tanto, los conflictos entre Estados Unidos y la ONU incluyen la retirada de Estados Unidos de la Organización Mundial de la Salud (OMS) y del Consejo de Derechos Humanos. Igualmente, hay amenazas de hacer lo mismo de la Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura (Unesco), la Oficina del Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Refugiados (Acnur) y la Agencia de las Naciones Unidas para los Refugiados de Palestina (Unrwa), y es posible que se sumen más. James E. Jennings, presidente de Conscience International, dijo a IPS que «los tiranos, los autócratas y los oligarcas son siempre los que quieren quitar los derechos a las personas, prefiriendo una sociedad estratificada con ellos mismos en la cima a una igualitaria». Sin embargo, los documentos fundacionales de Estados Unidos proclaman lo contrario, afirmando la libertad y la justicia para todos y con la intención de promover el bienestar general protegiendo al individuo en lugar del Estado, afirmó. «Tenemos derecho a preguntarnos: ‘¿Cuál es la verdad? ¿Se van a democratizar realmente los derechos humanos o no?’. Si es así, podemos aprender a gestionar nuestra sociedad de forma equitativa, cuidando de todas y cada una de las personas que la componen», planteó. Jennings reconoció que las cuestiones relacionadas con las costumbres sociales y la sexualidad humana son difíciles de plasmar en un código legal, ya que las actitudes y las prácticas cambian con el tiempo, y la propia ley cambia de generación en generación. Para este experto, el principio de la libertad humana prevalece sobre Trump «y sus secuaces del Maga», la sigla de su lema de campaña «Make America Great Again (Hagamos que Estados Unidos vuelva a ser grande otra vez)». Mientras tanto, la administración Trump ha tomado varias medidas relacionadas con las personas trans, entre ellas: • Tratamiento de las personas trans en las prisiones federales: Se han establecido políticas para tratar a las personas trans en las prisiones federales según el sexo que se les asignó al nacer, lo que podría dar lugar a condiciones de alojamiento perjudiciales. • Eliminación del género de los sitios web federales: Se ha eliminado de los sitios web federales la información relacionada con la llamada «ideología de género» y, en algunos casos, se ha sustituido el término «género» por «sexo». • Denegación de los indicadores de género en los pasaportes: Se están denegando las solicitudes de pasaportes con indicadores de género distintos de masculino o femenino, así como las solicitudes de cambio de indicador de género entre masculino y femenino. Sin embargo, según informes publicados, muchas de estas políticas se han enfrentado a impugnaciones legales»: • El Tribunal Supremo ha permitido que la prohibición del servicio militar a las personas trans entre en vigor por ahora, pero el litigio sigue en curso. • Las medidas del gobierno han suscitado críticas por parte de los defensores de los derechos Lgbtiq+, que argumentan que son discriminatorias y perjudiciales. Según la ONU, las personas Lgbtiq+ son discriminadas en el mercado laboral, en las escuelas y en los hospitales, maltratadas y repudiadas por sus propias familias. Son objeto de agresiones físicas, como palizas, agresiones sexuales, torturas y asesinatos. La discriminación y la violencia motivada por el odio contra las personas Lgbtiq+ es generalizada, brutal y a menudo impune, y es aún peor para quienes pertenecen a comunidades racializadas. También son víctimas de tortura y malos tratos, incluso bajo custodia, en clínicas y hospitales. En unos 77 países, leyes discriminatorias penalizan las relaciones homosexuales privadas y consentidas, lo que expone a las personas al riesgo de ser detenidas, procesadas, encarceladas e incluso, en al menos cinco países, condenadas a muerte. Desde 2010, según la no gubernamental Comisión Internacional de Gays y Lesbianas de Derechos Humanos (Outright International), las personas trans en Estados Unidos pueden cambiar el indicador de género en sus pasaportes. En 2021, el Departamento de Estado de los Estados Unidos alineó esta política con las mejores prácticas internacionales al eliminar los requisitos de certificación médica para hacerlo, y en 2022 comenzó a ofrecer la opción de un indicador de género «X» en los pasaportes para las personas no binarias. Al revertir estas políticas, la administración Trump socava la capacidad de las personas trans, no binarias e intersexuales de que se reconozca y respete su identidad de género, lo que entra en conflicto directo con los principios de la autodeterminación y la autonomía. Exigir a las personas que lleven documentos de identidad que no reflejen su identidad de género también las expone a un mayor riesgo de violencia y restringe su libertad de circulación, un derecho protegido por el Pacto Internacional de Derechos Civiles y Políticos. La política podría suponer un riesgo inmediato para los miembros de las fuerzas armadas y otros funcionarios del gobierno de Estados Unidos que actualmente están desplegados o trabajando en el extranjero con pasaportes que reflejan su identidad de género, según Outright International. https://ipsnoticias.net
Por ATA - Sylvia Rivera 10 de junio de 2025
Durante junio, se conmemora en Chile y el Mundo el Mes del Orgullo, instancia en la cual se busca visibilizar las problemáticas y desafíos con la comunidad LGBTQI+. En ese sentido, uno de los problemas que persiste de forma alarmante en el país es la falta de acceso a servicios de salud mental seguros, afirmativos y culturalmente competentes para la población Las brechas en el sistema sanitario afectan directamente el bienestar emocional y físico de estas comunidades, generando un impacto profundo y, muchas veces, silenciado. Así lo señaló Jaime Méndez, psicólogo clínico Especialista en Diversidad Sexual y de Género en ADIPA. “La discriminación social actúa como una forma estructural de violencia que se inscribe en las corporalidades y subjetividades, afectando profundamente la salud mental”, dijo. “El rechazo familiar, la exclusión escolar, el acoso callejero, la precarización laboral y el discurso de odio mediático configuran un entorno que vulnera cotidianamente el bienestar psíquico y físico de las personas LGBTQIANB+”, agregó. Según la encuesta T de OTD Chile en el año 2017, más del 76% de las personas trans han sido discriminadas por su identidad de género, y más del 50% ha recurrido al auto-daño como forma de respuesta emocional. Ahora bien, según el Movimiento de Integración y Liberación Homosexual (Movilh), en su último Informe Anual de Derechos Humanos, el 80,9% de las personas LGBTQ+ ha sufrido discriminación a lo largo de su vida, y el 57,7% en el último año. Además, el 38,6% de las personas LGBTQ+ se ha autolesionado al menos una vez en su vida debido a la discriminación, y el 17,7% ha intentado suicidarse. “Este contexto se traduce en una mayor prevalencia de sintomatología ansiosa, depresiva, conductas de aislamiento e incluso ideación suicida. La discriminación social impacta directamente en la salud mental, al generar sentimientos de vergüenza, aislamiento, ansiedad y temor a la violencia. El estigma, tanto en los espacios sanitarios como en la vida cotidiana, puede internalizar y producir sufrimiento subjetivo sostenido”, manifiesta el profesional de ADIPA. Si bien Chile ha dado pasos importantes, como la Ley de Identidad de Género, aprobada en diciembre de 2018, la que reconoce y da protección al derecho a la identidad de género, y algunas iniciativas locales de atención inclusiva, aún persiste una deuda estructural profunda en materia de salud mental. La salud mental no puede seguir siendo un privilegio ni un lugar de exclusión. https://www.adnradio.cl
Por ATA - Sylvia Rivera 6 de junio de 2025
El gobernador republicano de Nebraska, Jim Pillen, firmó este miércoles una ley que prohíbe oficialmente a estudiantes trans participar en deportes femeninos, lo que convierte al estado en el más reciente en impedir que atletas trans puedan competir en equipos de mujeres y niñas. El líder conservador firmó la ley rodeado de atletas femeninas, una docena de legisladores y la exnadadora universitaria Riley Gaines, quien en los últimos meses se ha convertido en una de las más célebres defensoras de la prohibición de atletas trans en deportes femeninos. La medida fue aprobada la semana pasada por la Legislatura de Nebraska en una cerrada votación que se decidió por un solo voto emitido según líneas partidistas. Sin embargo, la ley fue reducida en relación con su versión inicial, la cual buscaba no solo impedir que las atletas trans pudieran competir en equipos de niñas y mujeres, sino también prohibir oficialmente a todas las estudiantes trans usar baños y vestuarios acordes con su identidad de género. Los patrocinadores de la ley aceptaron eliminar esta prohibición después de que el senador republicano de Omaha, Merv Riepe, declarara que, de lo contrario, votaría en contra de la medida. Una prohibición justificada En los últimos meses, al menos otros 24 estados en todo el país han adoptado este tipo de prohibiciones. El presidente estadounidense, Donald Trump, firmó a principios de año una orden ejecutiva destinada a dictar en qué competiciones deportivas pueden participar atletas trans, e incluso se enfrentó al estado de Maine en tribunales por permitir la participación de atletas trans en deportes femeninos. La ACLU emite una denuncia Tras la nueva ley firmada por Pillen, la Unión Americana de Libertades Civiles (ACLU) de Nebraska emitió una denuncia, con su directora, Mindy Rush Chipman, argumentando que esta prohibición cierra las puertas a muchos estudiantes trans para participar plenamente en sus comunidades escolares. “Esta prohibición solo creará problemas, no resolverá ninguno”, dijo Rush Chipman. https://voz.us
Por ATA - Sylvia Rivera 5 de junio de 2025
El XXIII Informe de Derechos Humanos de la Diversidad Sexual y de Género –del Movimiento de Integración y Liberación Homosexual (Movilh)– reveló que Chile registró el mayor retroceso en derechos LGBTIQ+ en 2024, desde el retorno de la democracia. En detalle, el documento arroja 2.847 casos y denuncias por discriminación. De ese total, el 39,73% afectó a la población trans, lo que significa un incremento del 462,69% en relación al año previo. Los abusos contra mujeres lesbianas aumentaron a 118, misma cifra a la del año 2023 y concentrando el 4,14% del total nacional. En tanto, los atropellos contra hombres gays registraron 195, un 41% menos que el año anterior, acumulando el 6,85% del total. “Año de la transfobia” “El 2024 pasará a la historia como el “año de la transfobia”, en tanto los derechos humanos de las personas trans, en especial de niños, niñas y adolescentes (NNA), fueron permanentemente vulnerados", señala el informe elaborado por el Movilh. Esto, añade, al “desconocerse el derecho a la identidad de género y poniéndose en jaque las conquistas del pasado que habían contribuido a mermar las desigualdades que les afectan, en particular en el acceso a la salud”. https://www.adnradio.cl
Por ATA - Sylvia Rivera 4 de junio de 2025
El mes del orgullo LGBTQ, celebrado en junio a nivel mundial, inició por los famosos disturbios de Stonewall, pero en específico, hubo dos mujeres involucradas que fueron las pioneras del movimiento: Marsha P. Johnson y Sylvia Rivera. El 28 de junio de 1969, la policía se detuvo en The Stonewall Inn con el fin de verificar las violaciones de la ley del alcohol y otras transgresiones, que es algo que hicieron regularmente. Lo que realmente ocurrió fue intimidación policial y demandas de pagos a cambio de no arrestar o publicitar los nombres de los clientes. Johnson, conocida por su feroz activismo y defensa de las personas queer sin hogar y las trabajadoras sexuales, fue una de las primeras en resistir la intimidación policial en el bar. También se rumorea que Sylvia Rivera arrojó la primera botella. Según los informes, los disturbios estallaron cuando la activista lesbiana Stormé DeLarverie fue atacada por la policía por decir que sus esposas estaban demasiado apretadas. Otros clientes de Stonewall arrojaron botellas, monedas y otros artículos a los oficiales mientras las tensiones aumentaban cuando la policía arrastraba a los que estaban dentro del bar. Tanto Johnson como Rivera, instrumentales en el movimiento de derechos LGBT, son acreditadas por jugar un papel importante en la reacción violenta contra la brutalidad policial en el Stonewall Inn. Haciendo énfasis en el rol de Johnson como catalizadora de los disturbios. A principios de la década de 1970, Johnson y su buena amiga Sylvia Rivera cofundaron la organización Street Transvestite Action Revolutionaries (STAR; Revolucionarias activistas travestidas callejeras); juntas eran una presencia visible en las marchas a favor de la liberación gay y otras acciones políticas radicales. En la década de 1980, Johnson continuó su activismo de la calle como organizadora respetada y marshall de ACT UP. Junto con Rivera, Johnson era «madre» de la Casa STAR, juntando ropa y comida para ayudar apoyar a las jóvenes drag queens, mujeres trans y chicos callejeros que vivían en los muelles de la calle Christopher o en su casa, en el Lower East Side de Nueva York. Actualmente hay diversos monumentos que guardan la memoria de éstas grandes activistas pioneras en el movimiento LGBTQ. Es importante saber que gracias a acciones de ellas y más personas, es que ahora podemos ser un poco más libres, y pese a que la lucha continúa, ellas y más nos han abierto el camino. ¡Feliz mes del orgullo LGBTQ! https://elclosetlgbt.com
Por ATA - Sylvia Rivera 3 de junio de 2025
En pleno 2025, los derechos de las mujeres trans enfrentan un retroceso alarmante, amenazados por discursos de odio, exclusiones legislativas y ataques a su visibilidad. Por eso, en esta edición de Proud Humans, cedemos el espacio a 12 mujeres trans que admiramos profundamente. Algunas han participado en este especial antes; otras se unen por primera vez. Pero todas se suman con un objetivo en común: alzan la voz para enviar un mensaje de resistencia. Porque, como reza una de las proclamas más poderosas de la marcha orgullo, “aquí está la resistencia trans”. ALEJANDRA BOGUE ACTRIZ Y CONDUCTORA @LABOGUEBO5 Mi mensaje de resistencia es que sigamos alegres, contentas, enteras. Sin olvidar quiénes somos, cómo somos y para qué somos con nosotras mismas. La verdad absoluta nadie la tiene más que la que llevas en el corazón.
Por ATA - Sylvia Rivera 2 de junio de 2025
Cuando muchos nacen, además de la huella digital que los hace únicos, hay prefijos, palabras y adjetivos que los acompañarán en la aventura de vivir y que determinarán sus destinos. Moria Casán es de esos seres que nació bajo el signo “trans”. Para ella, no remite sólo al término abreviado que se utiliza para referirse a personas transgénero o transexuales. En el caso de la diva, se emparenta con palabras como “transformación”, “transición” y “transmutación”. "Soy trans desde que nací", dice. Y no resulta rara la declaración. Como veremos, la existencia de la multifacética artista estuvo y está signada por causalidades “trans” que le permiten reinventarse y evolucionar. Mientras realiza los últimos ensayos de su nueva obra teatral llamada Cuestión de género (se estrenó el 30 de mayo en el Teatro Metropolitan), Moria Casán recibe a Clarín con su intacto carisma. Posa luminosa para las fotos y se entrega a la charla entusiasmada por su presente. En esta comedia francesa de Jade-Rose Parker que se convirtió en un fenómeno en París (con Victoria Abril como estrella), Casán comparte protagónico con Jorge Marrale, bajo la dirección de Nelson Valente y la producción general de Pablo Kompel, Tomás Rottemberg y Ricardo Hornos. El elenco se completa con Paula Kohan y Ariel Pérez de María. No es novedad que a sus 78 años, Moria proyecta emociones, ideas y sentimientos que trascienden la edad. Su energía es atemporal, siempre nueva y renovada. Ahora la metamorfosis artística la lleva a ponerse en la piel de Jade, una diseñadora que recibe el resultado negativo en un examen médico de rutina. Al comunicárselo a Francisco (Jorge Marrale), su esposo desde hace 30 años, aprovecha para revelarle un secreto que oculta desde el inicio del matrimonio. Dice Moria: “El tema de la obra es muy actual, habla de una transición de género, con todo lo que conlleva. Se refiere al bullying; a todo lo que debe atravesar una persona para ser libre. Y a quien se encuentra con que el otro nunca le dijo lo que pasaba y se siente engañado. Es un guión que propone una montaña rusa emocional, porque entendés a uno, y después te ponés de parte del otro, y comprendés a los dos”.
Por ATA - Sylvia Rivera 30 de mayo de 2025
En Estados Unidos, los datos sobre la aceptación social hacia la comunidad LGBTQ+ muestran claras diferencias, especialmente en la percepción de las personas trans frente a lesbianas y gays. Una reciente encuesta del Pew Research Center reveló que aproximadamente el 60% de los adultos LGBTQ+ se sienten aceptados como gay o lesbiana, mientras que solo un 10% reportó una aceptación similar para personas no binarias y trans. Giovonni Santiago, un hombre trans de 39 años y veterano de la Fuerza Aérea radicado en el noreste de Ohio, observó que la aceptación hacia las personas trans ha disminuido considerablemente, correlacionándose con el aumento de legislaciones en varios estados que restringen los derechos y el acceso a atención sanitaria para menores trans. Estas leyes incluyen regulaciones sobre el uso de baños y la participación en deportes. Santiago expresó su preocupación por cómo la estigmatización de las personas trans ha comenzado a extenderse, señalando que este fenómeno ha perdurado en el tiempo. "Eran como la anomalía de la ignorancia y el odio, especialmente hacia las personas trans. Pero ahora vemos que, desafortunadamente, se está extendiendo por todo el país", afirmó. A pesar de la falta de aceptación social general, Santiago indicó que no teme por su propia seguridad, en contraste con muchas personas trans, quienes reportan temor constante por su integridad personal. "No lo siento tanto porque vivo una vida donde la mayoría de las personas no saben que soy trans a menos que lo diga específicamente", comentó. El estudio, realizado en enero entre 3.959 adultos LGBTQ+, se llevó a cabo tras la elección de Donald Trump y justo antes de que implementara políticas que afectaron negativamente a este grupo. La encuesta también reveló que la percepción sobre la aceptación familiar varía significativamente: cerca de la mitad de los gays y lesbianas dicen que sus padres los aceptan, mientras que solo un tercio de las personas trans reporta un nivel similar de aceptación en sus familias. Opiniones diversas y un futuro incierto En otro ámbito, una encuesta realizada por The Associated Press y el Centro NORC reveló que cerca de la mitad de los adultos en el país aprueban las decisiones de Trump en cuanto a temas trans. La situación legal en torno a las personas trans todavía es compleja, ya que la Corte Suprema está a punto de decidir sobre legislaciones que podrían restringir más los derechos de las personas trans en Tennessee, que incluyen prohibiciones sobre el acceso a la atención de afirmación de género para menores. Finalmente, la encuesta también mostró un vínculo entre el reconocimiento legal de las parejas del mismo sexo y el aumento en la aceptación social de la comunidad LGBTQ+. Un 66% de los encuestados afirmaron que la legalización del matrimonio entre personas del mismo sexo en EE.UU. hace 10 años mejoró la aceptación social. Aubrey Campos, una mujer trans que dirige un camión de tacos en Texas, expresó que aunque tuvo el apoyo de sus padres, otros jóvenes trans con los que trabaja enfrentan situaciones más complicadas, incluso el rechazo familiar y la expulsión del hogar. "Ahora, los tiempos son un poco oscuros. Este es un momento en el que debemos unirnos y lograr que sean más brillantes y hacer saber que no vamos simplemente a desaparecer", concluyó. https://www.cadena3.com
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