El legado de Laura Weinstein para la población trans en Colombia

ATA - Sylvia Rivera • 12 de enero de 2021

La activista murió el 2 de enero. Su trabajo fue clave en el reconocimiento de identidades trans.

“La invitación es a amar la diversidad, a reconocer la capacidad que tenemos las personas trans para transformar el mundo, porque somos la señal de que esto puede ser de otra forma. Si somos capaces de transformar algo que muchos creen que no debería ser así (...), también cualquier forma de violencia, discriminación e injusticia se puede transformar . De verdad, les invito a que nos pensemos lo que significan las vidas de las personas trans”.

Esas fueron las palabras de la activista y defensora de derechos humanos Laura Weinstein en medio de un acto conmemorativo en noviembre pasado por el Día Internacional de la Memoria Trans.

Weinstein fue una de las personas que más trabajó por el reconocimiento de las identidades trans en Colombia. Lo hizo principalmente desde la Fundación GAAT (Grupo de Acción y Apoyo Trans), organización que dirigió desde 2010 y desde la cual lideró iniciativas sociales, legislativas e institucionales a favor de los derechos de las personas trans, como el voto trans, la política pública LGBT, el apoyo a la infancia trans, el rechazo a los transfeminicidios, entre otras.

La madre Laura, como le llamaban de cariño, falleció el 2 de enero por complicaciones respiratorias no relacionadas con el covid-19 . Llevaba varios días hospitalizada. Ella misma lo compartió en sus redes sociales: “Esto de no poder respirar es algo que nunca le desearía a nadie”.

Su muerte tomó por sorpresa a un país en el cual, según el conteo de La Red Comunitaria Trans, al menos 31 personas trans fueron asesinadas en 2020 y en donde aún falta un largo camino para conseguir la plena igualdad y dignidad de esta población, como tanto insistía Laura.

Ella, historiadora con estudios en Trabajo Social, narró decenas de veces, y en todo tipo de escenarios, las distintas violencias que se ejercen sobre la población trans y las escasas garantías de seguridad con las que cuenta: discriminación en centros de salud, pedradas en las calles, violencia policial, linchamiento social y un extenso etcétera.

En 2017, en una entrevista con Sentiido , un portal web dedicado a hablar de diversidad sexual y de género, contó que su primera actividad como directora del GAAT consistió en llevar a un grupo de mujeres trans al Museo de Arte del Banco de la República, en Bogotá, a ver ‘Habeas corpus: que tengas [un] cuerpo [para exponer] , una exposición sobre el cuerpo humano.

Laura conocía de cerca la realidad de las trabajadoras sexuales y quería que sus compañeras, como las llamaba, reflexionaran al respecto y salieran de sus rutinas.

Ellas, entusiasmadas, accedieron. Para muchas, de hecho, era la primera visita a un museo. Pero durante el ingreso—le contó Laura a ese portal web—, los detectores de metal empezaron a pitar. Todas se miraban entre sí. Nadie entendía qué pasaba. Les pidieron abrir sus bolsos y el equipo de seguridad encontró variedad de cuchillos y navajas.

Ese día dimensionó a lo que se enfrentaba.

“Ellas no salen sin eso (las armas) para defender sus vidas. Eso nos hizo prender las alarmas. Nos dimos cuenta de la necesidad de comenzar a trabajar en herramientas de denuncia con las que ellas entendieran que no podíamos seguir así”.

Laura Weinstein empezó a trabajar en la defensa de los derechos de la población trans desde mucho antes de emprender su propia transición. Sus primeros pasos los dio por medio de activismo digital, de manera individual y espontánea. Un día, por ejemplo, decidió crear 'Travestis Bogotá', un grupo en Yahoo! en el que se planteaban discusiones sobre identidades diversas.

Pronto, su lucha se trasladó a las calles, ese escenario hostil donde tantas veces, desde muy pequeña, fue testigo de cómo las personas trans eran víctimas de discriminación. Desarrolló entonces una vocación de servicio: acogía a trabajadoras sexuales golpeadas por policías, acompañaba a mujeres trans a centros de salud y en más de una ocasión encaró a las autoridades para reclamar lo que consideraba justo.

Batallaba en solitario, pero con el tiempo organizaciones la contactaron y se fue involucrando en procesos colectivos. Así, y ya con su transición en curso, fue vocera de la Mesa LGBT de Bogotá, donde lideró la creación de la escuela de formación para líderes LGBT y promovió la alianza con otros sectores de la sociedad.

Más adelante, creó la Fundación Transrevolucionando Géneros y, al poco tiempo, en 2009, llegó al GAAT, donde asumió la dirección ejecutiva un año después. En 2011 le fue otorgado el premio León Zuleta por la visibilidad trans.

Su trayectoria en la defensa de los derechos de las personas trans es extensa y ampliamente reconocida: fue funcionaria de la alcaldía de Bogotá en el Centro de Diversidad, orientando servicios a personas trans en el Distrito; impulsó la expedición del decreto 1227, el cual permite el cambio de sexo en el documento de identidad ; colaboró en la formación de fiscales para avanzar en temas de justicia e investigación de casos de violencia y crímenes hacia personas LGBT; sentó el debate sobre la libreta militar para hombres trans, y priorizó la atención a personas viviendo con VIH, particularmente mujeres trans trabajadoras sexuales.

Además, varias veces pisó escenarios internacionales. Participó, por ejemplo, en asambleas de la sociedad civil en la OEA con la creación y socialización de informes sobre la situación de mujeres LBT (Lesbianas, bisexuales y trans) ante la CEDAW, así como en diálogos en las Naciones Unidas, el Congreso Judío Mundial LGBTI para el hemisferio occidental, entre otros.

En los últimos años, a través del GAAT, se dedicó a trabajar con niños y niñas trans y sus familias para apoyarles en el proceso al cual denominó "un tránsito seguro y autónomo". Y desde 2019 se desempeñaba como consejera consultiva LGBT en Bogotá, cargo de interlocución entre las organizaciones sociales y la administración Distrital.

Aportes concretos

Su trabajo era incesante. Uno de sus aportes más recientes fue una victoria trascendental en relación a la política pública para la población LGBT en Colombia , la cual fue expedida por orden de la Corte Constitucional en 2018, durante el gobierno de Juan Manuel Santos, pero que aún no ha sido implementada por la administración de Iván Duque.

Esta política es clave para que las personas con orientaciones sexuales, identidades y/o expresiones de género diversas obtengan mejores condiciones de vida, así como para prevenir casos de violencia. Laura era consciente de esa importancia, y por eso, a través del GAAT, interpuso una acción de tutela en junio de 2020 en contra del Ministerio del Interior para que se atendiera esa implementación.

Un juez de Bogotá falló a su favor y le ordenó a esa cartera iniciar las gestiones administrativas para expedir el Plan de Acción de la Política Pública Nacional LGBT, así como crear un grupo técnico que se encargue del cumplimiento de las obligaciones. Además, le ordenó elaborar un programa y cronograma de trabajo con fechas claras.

Redes desde la empatía y puentes desde la conciliación

“Ella entendía que sentarse a dialogar con el gobierno requería reconocer que hay límites, limitantes, procesos y temporalidades, pero no negociaba principios ni derechos; negociaba las formas, aceptando sabiamente que Estados y gobiernos tienen formas propias , y lo que la sociedad civil veía como un impedimento, ella lo visualizaba como una posibilidad”, dijo en un comunicado Caribe Afirmativo, otra organización LGBT del país.

Precisamente, en septiembre pasado, Weinstein presentó junto a esa organización y la Misión de Observación Electoral (MOE) una propuesta ante el Consejo Nacional Electoral (CNE) para la construcción de un protocolo que promoviera medidas que garanticen el derecho al voto de las personas trans en igualdad de condiciones y libre de discriminación.

En noviembre, la iniciativa fue acogida en su totalidad, y así Colombia se convirtió en el segundo país en América Latina en aprobar un protocolo de este tipo, después de México .

"Sus aportes permitieron que avanzáramos como sociedad", resaltó la Oficina en Colombia del Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Derechos Humanos.

Laura, nacida en Bogotá en el seno de una familia de tradición judía, se sobrepuso a la transfobia —el rechazo de cercanos, la negligencia de médicos y psicólogos, el no reconocimiento de su identidad en todo tipo de entornos públicos— y tomó la vocería del movimiento de una población que históricamente ha sido marginada.

Nunca abandonó su liderazgo, ni siquiera en 2017, cuando recibió amenazas de muerte por parte de desconocidos. De hecho, en esa ocasión, además de denunciar, convirtió lo ocurrido en una oportunidad: se asoció con otras mujeres para escribir una cartilla que hoy ayuda a lideresas a enfrentar amenazas e incidir frente al Estado para conseguir la garantía de su ejercicio político como defensoras de derechos humanos.

Con su laboral, le apostó al trabajo colectivo, a construir redes desde la empatía y puentes desde la conciliación , y siempre lo hizo ondeando con orgullo la bandera azul, blanca y rosada, que representa a las identidades trans.

Activistas, organizaciones y colectivos LGBT, distintas entidades y cientos de ciudadanos hoy lamentan su muerte, pero coinciden en que su trabajo fue valioso para las vidas de las personas trans en Colombia. En palabras del GAAT: “Que su legado nos inspire y guíe en la lucha por una sociedad más justa”.

La ‘parcera’ de las personas trans

EL TIEMPO reproduce a continuación un fragmento de 'Derechos en clave trans', una entrevista que William Moreno Hernández le hizo a Laura Weinstein para la antología 'Voces de resistencia. Entrevistas a líderes sociales y activistas', publicada en 2019 como un trabajo de grado.

Hace poco leí una entrevista en la usted dice que, antes de activista, usted es ‘parcera’ de las personas trans, ¿Qué quiere decir eso?

El GAAT va a cumplir once años trabajando por la reivindicación de los derechos de las personas trans. Yo llevo vinculada más o menos diez, pero hasta hace poco vine a darme cuenta de que lo que yo hacía se reconocía como activismo. Yo empecé en esto porque me di cuenta de que había muchas cosas que eran injustas en las vidas de nosotras las personas trans. Entonces, más allá de la figura de la activista, me gusta decir que soy la parcera porque me gusta sentarme y preguntarles por sus vidas, sus problemas, sus familias y, sobre todo, por sus sueños.

El proyecto más reciente del GAAT es trabajar con familias de niños y niñas trans, ¿por qué?

Fue una apuesta más personal, una reivindicación para decir que los niños y las niñas trans sí existen y que todas las personas trans merecen familias que las amen. Para mí no fue fácil la infancia. Fue una época llena de dificultades, de mucha soledad. Ningún niño ni ninguna niña deben pasar por lo mismo que yo viví, entonces creí que había una deuda histórica con ese ‘niño’ que fue discriminado. Ese ‘niño’ que no solo es mi experiencia de vida sino seguramente la de muchas otras personas. Necesitamos, entonces, involucrar a las familias porque cuando una persona trans logra que su familia la acompañe en este proceso, que reconozca su tránsito y le brinden apoyo, su vida es otra; tiene el 90 por ciento de su vida asegurada porque no va a caer en entornos de violencia y criminalización.


¿En qué consiste ese trabajo con las familias?

Nosotros tenemos varios programas institucionales de encuentro y formación. Uno de ellos es el Grupo de Apoyo, en el que acompañamos los tránsitos y el proceso identitario de mujeres y hombres trans, pero también a las personas que las rodean, como familiares, amigos e incluso parejas. Por lo general, nos reunimos una vez cada semana. Tenemos un grupo para adultos y otro para niños y niñas trans y sus papás. Hacemos acompañamiento, construimos redes de solidaridad y compartimos vivencias que nos atraviesan cotidianamente.

¿Qué otras líneas de trabajo tiene la fundación?

Tenemos la ‘Patrulla Trans’, que se encarga de atender casos de violaciones de derechos humanos. Entonces, hacemos seguimiento a casos de asesinatos, desplazamientos forzados, golpizas, expulsiones de colegios y de trabajos y todo tipo de barreras al momento de acceder al sistema de salud o para cambiar documentación. El problema es que a la fundación siempre llegan casos, pero no hay recursos para enfrentarlos.

Ahora nos interesa también capacitar y concientizar a las personas trans sobre sus derechos y empoderarlas, entonces hemos organizado talleres para resolver dudas o atender reclamos relacionados con sus derechos y ahí les mostramos opciones para mejorar su calidad de vida. Ese proyecto se llama ‘Cinco derechos en clave trans’ y nació en 2016.

¿Y por qué ‘cinco derechos’?

Por los cinco derechos que consideramos más vulnerados en la comunidad trans: movilidad, educación, trabajo, vivienda y salud.

"Las personas trans, en cambio, vivimos en un partido que nos jugamos todos los días de nuestras vidas porque tenemos que ir por todos lados explicando quiénes somos, y encima de todo reafirmarlo."

Las cifras de violencia en contra de la población LGBT en general son alarmantes, pero las personas trans son especialmente vulnerables. ¿Por qué?

Aquí primero habría que decir que hay un problema inicial y es que se acostumbra a meternos a todas las personas LGBT en una misma bolsa, ignorando que cada grupo poblacional tiene unas necesidades específicas. En el caso de las personas trans, todo parte de una falta de reconocimiento. Si tú eres una persona homosexual o bisexual ni siquiera tienes que decirlo. Las personas trans, en cambio, vivimos en un partido que nos jugamos todos los días de nuestras vidas porque tenemos que ir por todos lados explicando quiénes somos, y encima de todo reafirmarlo. Eso es muy violento y puede llegar a generar discriminación.

También es cierto que muchas personas trans están inmersas en entornos violentos y de alta criminalización como la prostitución, entonces son más vulnerables a ataques por ser quienes son, por su identidad.

¿Y por qué llegan a esos entornos de alta criminalización?

La gran mayoría de las personas trans no tiene un trabajo formal. Eso, sumado a la falta de educación –que también ocurre por la discriminación–, lleva a que muchas, sobre todo las mujeres, acaben en entornos laborales que son absolutamente precarios y muy criminalizados. No es que ellas quieran estar en esos lugares sino que es lo que hay, y tenemos que sobrevivir con eso. En el GAAT hemos calculado que cerca del 70 por ciento de las mujeres trans y el 50 por ciento de los hombres trans encuentran en el servicio sexual su principal actividad profesional.

El informe más reciente de Colombia Diversa sobre estos casos señala que los crímenes en contra de personas trans tienden a ser “justificados” por los atacantes, incluso por las mismas autoridades, porque se cree que las víctimas se dedicaban a robar o estaban vinculadas a redes de microtráfico.

Claro, hay una violación en el proceso de las diligencias porque, de entrada, se asume que las personas trans son delincuentes. Eso genera un estereotipo que limita el acceso a la justicia en casos de violaciones de derechos humanos. Pero además esa estigmatización es estructural. La gente tiene unos imaginarios incorrectos sobre la realidad de las personas trans. Nos ven como personas peligrosas, escandalosas, conflictivas, como personas con las que hay que tener cuidado. Por eso, cada espacio que logramos conquistar es un logro. Pero no es fácil. Muchas personas nos siguen viendo como si fuéramos un mito, negando que somos toda una realidad, que existimos.

Sobre el acceso a trabajo hay un marco jurídico. La Corte Constitucional, por ejemplo, se pronunció en 2007 sobre la discriminación de personas trans en ese ámbito. ¿Qué ocurre en ese caso?

Analicemos cuántas personas trans hay en Colombia en cargos decisorios de empresas o entidades. Ninguna. En la discriminación laboral ocurre algo particular y es que no solo se trata de que se ofrezca trabajo a las personas trans sino que, cuando tenemos acceso, nos obligan a trabajar más por ser personas trans. De alguna manera, nos obligan a demostrar que somos “buenos trabajadores” a pesar de lo que somos. A mí me pasó cuando trabajé en la institucionalidad. En algún momento me dijeron que yo era “una acción afirmativa”, pero me di cuenta de que mis compañeros y compañeras ganaban más que yo, aun cuando yo trabaja igual o más que muchos de ellos. Esos espacios siguen siendo violentos. No estamos en igualdad.

Otro ámbito en el que se manifiesta con mucha frecuencia la discriminación hacia las
personas trans es la salud, ¿Qué pasa ahí?

El sistema de salud todavía no entiende las construcciones identitarias de las personas trans, entonces a veces es muy complejo. Muchas veces somos nosotras y nosotros quienes tenemos que decirle al médico qué se podría hacer porque ellos no tienen ni la mínima idea. Pero este problema va mucho más allá. El acceso a la salud es muy complicado para las personas trans porque a veces ni siquiera hay una forma de obtener una afiliación en salud.

Muchas veces las personas trans no tienen un documento que se ajuste a su identidad. Y no tienen ese documento por distintas razones, porque decidieron no sacarlo o porque, al perderlo, decidieron no lidiar de nuevo con el proceso, en fin. El problema es que para acceder al sistema de salud necesitas ese documento –la cédula–, que para cualquiera puede ser lo más común del mundo pero para las personas trans es todo un proceso.

Y ahí no termina la historia. Para acceder a salud, tenemos que estar afiliadas, pero también tenemos que encontrarnos al vigilante en la puerta, anunciarnos con la recepcionista y enfrentar un trato inapropiado por parte del médico en el consultorio. En todos esos espacios, por lo general, no se reconoce nuestra identidad, entonces te tratan como hombre si eres mujer trans y viceversa. Es un sistema que continuamente es violento.

¿Esas ‘trabas’ en el acceso a la salud ocurren únicamente cuando se quiere adelantar la transición o también se manifiestan en procedimientos comunes?

Ocurren todo el tiempo. Ahora mismo, por ejemplo, yo tengo cáncer —que esa es otra reivindicación por la que hoy trabajo— y me he sentido discriminada varias veces por ser una mujer trans. Me preguntan que qué soy, que por qué y, de hecho, cuando comencé a enfermarme, lo primero que me dijo el médico, sin haberme examinado, es que seguramente se trataba de una enfermedad venérea. La discriminación y la violencia son constantes. Este sistema de salud es perverso.

"La gente tiene unos imaginarios incorrectos sobre la realidad de las personas trans. Nos ven como personas peligrosas, conflictivas. Por eso, cada espacio que logramos conquistar es un logro."

En informes sobre violencia hacia población LGBT se suele advertir sobe el número de casos que son cometidos por parte de integrantes de la fuerza pública. ¿Es la fuerza pública un actor discriminador?

Ahí pasa algo paradójico y es que, a pesar de que el nuevo Código de Policía incluye sanciones por discriminación hacia personas LGBT, son los mismos miembros de la Policía quienes violentan nuestros derechos. En el caso de las personas trans, las agresiones se producen en las zonas de trabajo sexual, que, como te digo, son lugares criminalizados.

En estos casos, lo que hay que hacer es comenzar a humanizar a los miembros de la Policía porque sensibilizar ya no funciona. El abuso policial es un problema que las personas trans enfrentamos a diario, pero nos quedamos en la charla, en el taller. No, hay que ir más allá y decir: ‘Venga, señor Policía, y nos sentamos a conversar sobre nuestras realidades y lo que tenemos que soportar a diario’. Por ahí empieza la transformación.

En las cifras de discriminación hacia personas trans llama la atención que las mujeres son más vulnerables. ¿Por qué?

Sí, la verdad es que las realidades de los hombres trans y las mujeres trans son completamente diferentes. Las mujeres trans somos más visibles y, aparte, los estereotipos que se nos imponen con relación a la feminidad son más fuertes. Un chico trans tiene una transición que muchas veces ni siquiera se nota, mientras que a las mujeres, ya sea por su contextura u otras cuestiones, se nos nota más, y ahí empieza la discriminación. Es más, uno podría hablar de una ‘doble discriminación’: una por ser mujer y otra por ser mujer trans.

A propósito de esa ‘doble discriminación’, hace unos meses, por primera vez en la historia, se tipificó el homicidio de una mujer trans como feminicidio. ¿Cómo recibieron ustedes esa decisión?

Ese fallo es histórico y muy importante porque, por primera vez, somos reconocidas como mujeres. Sin embargo, no creemos que sea prudente regularizar como feminicidio sino se va a quedar ahí, en feminicidio. Es decir, nuestra preocupación es que los asesinatos de mujeres trans sumen a las estadísticas de feminicidio sin la claridad de que fueron cometidos contra una mujer trans. En nuestro caso, los asesinatos no solo son por el hecho de ser mujer sino también por nuestras construcciones identitarias. En ese campo sí creemos que le hace falta mucho al sistema judicial.

¿Y las mujeres trans no encuentran garantías en el sistema judicial?

No, por lo general, cuando vas a ir a denunciar te preguntan si estás diciendo la verdad. Sin contar que todos los casos quedan en la impunidad. Yo, por ejemplo, recibí amenazas por mi trabajo en el GAAT. Cuando me acerqué a denunciar, me preguntaban que si estaba segura de que no había sido uno de mis novios, que si no se trata de alguien que yo conocía o que si de verdad yo estaba segura de que se trataba de una amenaza. Entonces, nos ignoran o no nos creen. Incluso, a la fundación han llegado casos de mujeres trans a quienes, al momento de intentar presentar una denuncia, les piden el documento para indagar primero si tienen antecedentes o denuncias en su contra, reforzando esa idea de que somos peligrosas.

¿Quién la amenazó?

No sabemos. Me amenazaron a mí y a varios integrantes del GAAT, pero la investigación no avanzó. Se quedó en etapa preliminar. Son amenazas por ser personas LGBT y trabajar por esto.

En los últimos años, las personas trans han ganado visibilidad en los medios de comunicación. ¿Cómo cree que los medios están hablando sobre las personas trans?

De un tiempo para acá hemos tenido unos avances importantes porque se habla de las personas trans, sí, pero muchas veces, creo, no se hace de la manera adecuada. Muchos comunicadores no están formados para hablar. No se trata solamente de querer hablar de estos temas sino hacerlo de manera asertiva. Cuando se informa, creo yo, debe hacerse siempre con respeto y conocimiento. De lo contrario, se está desinformando. Entonces, ahí es cuando propongo unir fuerzas: ¿por qué no unimos el conocimiento que yo tengo sobre este tema con sus habilidades para informar? Eso ayudaría muchísimo a cambiar los imaginarios sociales acerca de las personas trans.

Una despedida digna para Laura.

La Fundación GAAT abrió una iniciativa digital con el fin de recaudar fondos que serán destinados a una despedida a Laura Weinstein. " Hoy todas las personas que recibimos sus enseñanzas y su amor nos unimos para darle una despedida digna. Luchadora y guerrera incansable hasta el fin de sus días", manifestaron.


https://www.eltiempo.com

WILLIAM MORENO HERNÁNDEZ

Periodista de ELTIEMPO.COM
En Twitter: @ williammoher

Noticias

Por ATA - Sylvia Rivera 29 de julio de 2025
La Audiencia Provincial de Huelva ha condenado a seis meses de prisión y al pago de una indemnización de 2.000 euros a una mujer por insultar, amenazar y agredir durante meses a la que era la pareja sentimental de su hija por su identidad, persona trans, a la que llegó a definir como "feto mal hecho" o "demonio". La sentencia la considera responsable de un delito cometido con ocasión del ejercicio de los derechos fundamentales y libertades públicas reconocidos en la Constitución en su modalidad de lesión de la dignidad por motivos discriminatorios. Además de la pena de cárcel, le impone el pago de una multa de 1.100 euros, inhabilitación especial para profesión u oficio educativos en el ámbito docente, deportivo y de tiempo libre durante el plazo de tres años y medio y la prohibición de aproximarse a menos de 250 metros a dicha persona o comunicarse con ella por un periodo de dos años. Asimismo, la condena por un delito de amenazas al pago de 360 euros, que se unen a los 2.000 que deberá abonar por responsabilidad civil en concepto de daño moral. Se le concede el beneficio de la suspensión de la pena de cárcel por dos años condicionada a que no vuelva a delinquir durante el plazo de suspensión fijado y a que abone la responsabilidad civil, así como a la realización de un programa formativo en materia de igualdad de trato y no discriminación. Se considera probado que la acusada, entre el año 2021 y marzo de 2023, actuando con ánimo intimidatorio y con el deliberado propósito de menoscabar la integridad moral ajena motivada por la identidad, persona trans, de la pareja sentimental de su hija, se dirigió a él a través de llamadas telefónicas, de forma reiterada, en las que lo insultaba y lo amenazaba. Asimismo en una ocasión, la acusada, actuando con ánimo de menoscabar la integridad física ajena y con el mismo propósito discriminatorio anterior, tras proferirle de nuevo insultos y amenazas, le propinó una bofetada en la cara. Los insultos y calificativos peyorativos también se los realizó a la madre de esta persona. Según la sentencia, la acusada utilizaba todos los términos para referirse a la pareja de su hija con carácter peyorativo por razón de su identidad sexual o de género, siendo ese sentimiento de rechazo el que le impulsó a protagonizar episodios de manera sistemática y continuada de dirigirse con burla y despectivamente a la víctima. El fallo judicial señala que la extensión temporal de esta manera de proceder hirió a la víctima "en el amor propio, menoscabando su dignidad". https://www.huelvainformacion.es
Por ATA - Sylvia Rivera 28 de julio de 2025
El certamen Miss Universo Ecuador 2025 ya está en marcha y, entre las candidatas oficiales, destaca una figura que marca un hito en la historia del concurso: Kenia Bonilla, la primera mujer trans en competir por la corona nacional. Un hito para el Ecuador Nacida en Santo Domingo de los Tsáchilas y de padres esmeraldeños, Kenia tiene 29 años y es modelo profesional. En 2024 representó a Ecuador en el Miss International Queen en Tailandia, uno de los certámenes más importantes para mujeres trans en el mundo. Ahora, su presencia en esta edición de Miss Universo fue celebrada como un acto de valentía y transformación social, abriendo espacio para nuevas formas de representación en escenarios donde históricamente se han impuesto estándares rígidos. Kenia es una mujer trans, su inclusión no solo visibiliza las diversidades sexuales y de género, sino que inspira a muchas personas a vivir con autenticidad y orgullo. Este paso hacia la inclusión ha sido posible gracias a los cambios impulsados por el Concurso Nacional de Belleza (CNB Ecuador), que desde 2024 eliminó restricciones de edad, estado civil o maternidad, permitiendo una mayor amplitud de perfiles entre las candidatas. Estos ajustes han enriquecido el certamen, sin disminuir las exigencias de preparación, disciplina y vocación social, como lo demostró Mara Topic, la actual Miss Ecuador, quien destacó en Miss Universo 2024. https://www.ecuavisa.com
Por ATA - Sylvia Rivera 28 de julio de 2025
Son datos del Observatorio Nacional de Crímenes de Odio LGBTI. Los mayores porcentajes se concentran en provincia de Buenos Aires y CABA, aunque los bajos índices de algunas provincias se relacionan con un problema de subregistro. Los crímenes de odio contra personas LGTBI aumentaron 70% en la primera mitad de 2025 al comparar la cifra con el año pasado, hasta llegar a 102 hechos de violencia y 17 muertes, según un informe del Observatorio Nacional de Crímenes de Odio LGBTI. En la primera mitad de 2024 los crímenes de este tipo habían sido solo 60, y además llegaron al 72% de la cifra alcanzada en todo el año pasado. El 70,6% de los casos (72) los sufrieron mujeres trans, el 16,7% (17) fueron contra varones gay cis y en el 6,9% (7) de los episodios, mujeres lesbianas, fueron objeto de violencia. De acuerdo a los cálculos del Observatorio, realizados a nivel nacional entre el 1 de enero y el 30 de junio de 2025, 17 personas de la diversidad sexual murieron como consecuencia de “acciones u omisiones basadas en el odio hacia su orientación sexual, identidad y/o expresión de género”, y otras 85 sufrieron lesiones a su integridad física. Entre las 17 muertes, el informe desglosa un 23,5% (3 varones gay cis y 1 mujer lesbiana) como asesinatos, incluyendo aquellos perpetrados por agentes estatales. El 58,8% (8 de mujeres trans, 1 de un varón trans y 1 de una persona no binaria) son muertes por violencia estructural, concepto que se refiere a decesos en los que “la vulneración sistemática e histórica de derechos generó condiciones materiales de precariedad que hicieron evitables esas muertes”. El 17,6% restante (2 de varones gay cis y 1 de una mujer trans) está constituido por casos de suicidios. En cuanto a la distribución geográfica, el número más alto de crímenes se concentró en la provincia de Buenos Aires, con el 60,8% (62 casos) del total, seguido por la ciudad Autónoma de Buenos Aires, con el 23,5% (24 casos). Al respecto, el Observatorio agrega: “Es importante aclarar que en aquellas provincias donde los porcentajes son más bajos —o incluso donde no se registran casos en este período— no necesariamente hay menos crímenes de odio, sino que persiste un problema estructural de subregistro (…) La ausencia de registros no debe interpretarse como ausencia de violencia”. En sus conclusiones finales, el Observatorio define el resultado del estudio como una prueba manifiesta de la “práctica sistemática de persecución sostenida a través de discursos de odio que vemos cómo actualmente se despliega y repite desde distintos ámbitos; algunas veces desde el anonimato, y otras veces con la voz impune y legitimada de autoridades del propio Gobierno nacional y/o gobiernos locales”. https://www.cuarto.com.ar
Por ATA - Sylvia Rivera 25 de julio de 2025
El gobierno de Nueva Zelanda decidió suprimir sus directivas sobre la inclusión de las personas trans en las competiciones deportivas. "Los hombres biológicos no tienen su lugar en el deporte femenino", sentenció el jueves el ministro de Relaciones Exteriores del país, Winston Peters, que calificó de "woke" esos principios. "Se trata únicamente de garantizar la seguridad y la protección de las chicas y mujeres en los deportes que practican, en todos los niveles", añadió. Recientemente, el Comité Olímpico de Estados Unidos y la Federación Inglesa de Fútbol vetaron el acceso de las mujeres trans a las competiciones femeninas. Nueva Zelanda era considerado desde hace años un país pionero en la inclusión de deportistas trans. En 2021, la halterófila Laurel Hubbard se convirtió en la primera mujer abiertamente trans en participar en los Juegos Olímpicos, en Tokio, en la categoría femenina de +87 kg. No pudo levantar ninguna de las barras y fue eliminada de manera prematura en aquella cita en Japón. En 2022, la agencia pública neozelandesa Sport NZ había elaborado unos "principios de dirección para la inclusión de las personas trans en el deporte". Esos principios ahora retirados se referían principalmente a la seguridad, el bienestar y la lucha contra la discriminación y el acoso. Recomendaban además que hubiera espacios privados en los vestuarios y la utilización del lenguaje inclusivo. "Las personas trans pueden tomar parte en los deportes dentro del género con el que se identifiquen", se indicaba en esas directrices, según Radio New Zealand. La directora general de Sport NZ, Raelene Castle, confirmó la decisión de las autoridades. "El gobierno pidió a Sport NZ que cese todo trabajo sobre los principios directores para la inclusión de las personas trans en el deporte y que los retiráramos de nuestra página web", afirmó. "Las organizaciones deportivas continuarán tomando sus propias decisiones sobre la participación de las personas trans", puntualizó. En un comunicado, la Asociación Profesional para la Salud de las Personas Trans de Aotearoa (nombre maorí de Nueva Zelanda) dijo estar "profundamente decepcionada" y estimó que la decisión del gobierno agravará "una cultura poco acogedora y aislante para las personas trans y no binarias en el deporte". https://www.barrons.com
Por ATA - Sylvia Rivera 24 de julio de 2025
La justicia belga dio la razón a una ciclista trans que se enfrentó a la Unión Ciclista Internacional (UCI) luego de que le fuera rechazada la entrega de licencia para participar en competiciones femeninas, según el auto de medidas provisionales comunicado el martes. El litigio, tratado este mes por el tribunal civil de Bruselas, se remonta a 2023, cuando a esta ciclista se le retiró su licencia y se le comunicó su exclusión de competiciones femeninas basándose en un nuevo reglamento de la UCI. En aquel momento, la UCI se cuestionaba la supuesta ventaja de las mujeres trans en las competiciones por el hecho de haber superado la barrera de la pubertad "como hombre". La organización impuso en julio de 2023 que para competir en la categoría femenina, las deportistas trans debían poder probar haber "iniciado su transición antes de la pubertad o, en todo caso, antes de los 12 años". Además se mantenía la obligación de mostrar una tasa de testosterona muy baja. ¿Cómo fue el caso? La denunciante inició su transición de género en la cuarentena. Estimó que esa medida, que derivaba en su exclusión, constituía una discriminación. En un auto del 10 de julio el tribunal le da la razón valorando como admisible y fundada su acción contra la UCI. Ese capítulo del reglamento médico de la UCI sobre las "reglas de elegibilidad para deportistas transgénero" instaura "una discriminación inédita" para la legislación belga, de conformidad con un decreto relativo a la igualdad entre hombres y mujeres de diciembre de 2008, valoró el tribunal. En consecuencia, esas reglas son declaradas "nulas", y la UCI no tiene ninguna justificación para rechazar a la denunciante su participación en una competición femenina de ciclismo, se destaca en una copia del auto comunicada a la prensa. Interrogada por la AFP, la Unión Ciclista Internacional dijo que había "tomado nota" de la decisión. "El análisis está en curso y la UCI decidirá a su debido tiempo qué medidas tomar, incluido un posible recurso", añadió el servicio de prensa de la organización. El auto es "directamente ejecutorio" y hace jurisprudencia en Bélgica, se alegró el Instituto para la Igualdad de Hombres y Mujeres, que era parte civil en este caso. La ciclista, que cumplió 50 años el año pasado, puede ahora participar en pruebas nacionales e internacionales en la categoría que elija (Élite o Master). Por su parte, la Federación Belga de Ciclismo declaró haber iniciado conversaciones con la UCI "sobre la futura aplicación del reglamento". La federación, Belgian Cycling, también estaba citada en la denuncia por el rechazo a renovar la licencia. Esta institución no fue condenada ya que el tribunal valoró que se limitó a aplicar las reglas de la UCI. https://www.si.com
Por ATA - Sylvia Rivera 23 de julio de 2025
Las mujeres trans ya no podrán competir por Estados Unidos en los Juegos Olímpicos o Paralímpicos en categoría femenina, tras un reciente cambio de política del Comité Olímpico y Paralímpico de Estados Unidos (USOPC, por sus siglas en inglés). El comité citó la orden ejecutiva de febrero del presidente Donald Trump, titulada "Manteniendo a los hombres fuera de los deportes femeninos", que ordena la aplicación inmediata, incluso contra las escuelas y asociaciones atléticas que "niegan a las mujeres deportes de un solo sexo y vestuarios de un solo sexo", según el documento, y ordena a los fiscales generales estatales que identifiquen las mejores prácticas para hacer cumplir el mandato. En un comunicado dirigido a la comunidad del Team USA el martes, obtenido por ABC News, el presidente del USOPC, Gene Sykes, y la directora ejecutiva, Sarah Hirshland, hicieron referencia a la orden ejecutiva de Trump y dijeron: "Como organización autorizada por el gobierno federal, tenemos la obligación de cumplir con las expectativas federales". El USOPC se encarga de apoyar, inscribir y supervisar a los equipos estadounidenses en los Juegos Olímpicos y Paralímpicos, así como en eventos deportivos para todas las edades, desde competiciones juveniles hasta másteres. En una actualización de su "política de seguridad de los atletas", sin utilizar la palabra trans por su nombre, el USOPC dijo que su política revisada "hace énfasis en la importancia de garantizar entornos de competición justos y seguros para las mujeres". "USOPC se compromete a proteger las oportunidades de los atletas que participan en el deporte. USOPC continuará colaborando con diversas partes interesadas con responsabilidades de supervisión, por ejemplo, COI, IPC, NGBs, para asegurar que las mujeres tengan un ambiente de competición justo y seguro consistente con la Orden Ejecutiva 14201 y la Ley Ted Stevens de Deportes Olímpicos y Aficionados", dice la política revisada en el sitio web de USOPC. La Ley Ted Stevens de Deportes Olímpicos y Aficionados establece un procedimiento para resolver las disputas sobre la elegibilidad para cada deporte olímpico y la participación en competiciones atléticas de aficionados. Fue patrocinada por el senador de Alaska Ted Stevens y se aprobó en 1998. La política revisada de USOPC tampoco explica cómo funcionará la prohibición ni si la misma decisión se aplicará a los deportes masculinos. ABC News se ha puesto en contacto con USOPC para obtener más información, pero no ha recibido ninguna respuesta inmediata. Siguiendo la política revisada, USA Fencing actualizó sus directrices de elegibilidad de género, que entrarán en vigor el 1 de agosto. Las mujeres trans, los atletas no binarios, los hombres trans y atletas intersexuales competirán exclusivamente en competiciones masculinas, según la política. https://abc7.com
Por Mar Cambrollé Jurado 22 de julio de 2025
Los Mossos d’Esquadra han arrestado a cinco personas relacionadas con una agresión tránsfoba que tuvo lugar a finales de junio en el barrio de Sant Antoni. Según ha explicado la policía catalana en un comunicado, la Unidad Central de Delitos de Odio y Discriminación de la Comisaría General de Información (CGI) ha detenido a tres mujeres y dos hombres, todos de edades comprendidas entre los 20 y los 34 años, por haber agredido a la víctima. Están acusados de un delito contra el ejercicio de los derechos fundamentales y las libertades públicas en una actuación motivada por razones tránsfobas. Los agentes que respondieron al aviso activaron el servicio de intérpretes de la lengua de signos, ya que tanto la víctima como los agresores tienen una discapacidad auditiva. Los hechos tuvieron lugar el pasado 25 de junio en Sant Antoni. “La víctima, que conocía previamente a los agresores, se citó con una de las autoras”, explican desde los Mossos. “Poco después de llegar, aparecieron cuatro personas más que, abusando de su superioridad, la agredieron violentamente con puñetazos y patadas, además de arrastrarla por el suelo tirándole del cabello”. Dos de las agresoras lo grabaron todo con los móviles para subirlo a las redes y “mostrar la naturaleza de persona transsexual de la víctima”. La investigación ha permitido identificar a los cinco autores y detenerlos el 16 de julio en Barcelona, Sabadell y Ripollet. Los cinco pasaron a disposición judicial al día siguiente. Una vez tuvieron conocimiento de la agresión, los Mossos activaron el protocolo del Grupo de Atención a la Víctima para hacer seguimiento y acompañarla. La víctima, que no era la primera vez que sufría ataques por parte de los detenidos, “sufre una grave situación emocional y requiere apoyo psicológico continuado”, según informa la policía catalana. https://www.totbarcelona.cat
Por ATA - Sylvia Rivera 21 de julio de 2025
Año de persecución y hostigamiento Según la sentencia del Juzgado de Menores número 4 de Valencia, los cuatro acusados –todos menores de edad– participaron activamente en un acoso persistente desde abril de 2023 hasta abril de 2024. La víctima, un chico trans nacido en 2008, sufrió un “continuo menoscabo y menosprecio” motivado exclusivamente por su identidad de género, como reconoce el fallo judicial. Los hechos incluyeron insultos constantes, persecuciones por la calle, y en al menos una ocasión, una agresión física directa en el contexto de una pelea entre dos grupos juveniles. La víctima vivía atemorizada en su entorno cotidiano, hasta el punto de que sus progenitores decidieron cambiarlo de instituto y trasladarse a otro municipio para garantizar su seguridad y estabilidad emocional. Reconocimiento legal: delito de odio El caso se enmarca dentro de la legislación española sobre delitos de odio, que penaliza las agresiones motivadas por la orientación sexual o la identidad de género. La sentencia considera que los condenados actuaron movidos por prejuicios transfóbicos, lo que agrava los hechos cometidos y justifica la tipificación delictiva. Aunque el juzgado no ha hecho públicas las medidas exactas impuestas, como ocurre en los procedimientos de jurisdicción de menores, la condena incluye medidas reeducativas y de seguimiento para los cuatro agresores, quienes ya han reconocido los hechos ante el tribunal mediante un acuerdo de conformidad. Una realidad persistente El caso refleja una realidad preocupante: el aumento de agresiones contra personas LGTBIQ+ en entornos escolares y juveniles. Diversas organizaciones han alertado en los últimos años del repunte de los casos de transfobia en centros educativos, a menudo invisibilizados o banalizados por parte de la comunidad educativa o institucional. El acoso escolar por identidad de género no es solo una cuestión de violencia física o verbal. Sus consecuencias incluyen estrés postraumático, abandono escolar, aislamiento social e incluso riesgo de suicidio, según numerosos estudios en el ámbito de la psicología adolescente. Reacciones y peticiones Desde colectivos LGTBI valencianos han celebrado la condena como un paso importante en la visibilización del odio hacia las personas trans y la necesidad de que los agresores enfrenten consecuencias. No obstante, también reclaman una mayor formación de docentes, planes de inclusión activa en los centros escolares y un seguimiento real a las víctimas de acoso por razón de identidad o expresión de género. https://noticiasciudadanas.com
Por ATA - Sylvia Rivera 18 de julio de 2025
Puerto Rico se suma a la lista de jurisdicciones estadounidenses que prohíben la terapia hormonal y las cirugías de reafirmación de género en menores de 21 años. El gobernador firmó una ley que establece duras sanciones tanto económicas como penales para quienes la infrinjan. Según el texto legal, quien viole la norma enfrenta hasta 15 años de prisión, una multa de 50.000 dólares y la revocación de todas las licencias y permisos profesionales. Además, la disposición prohíbe el uso de fondos públicos para costear estos servicios médicos. La legislación argumenta que “los menores, al no haber alcanzado la madurez emocional, cognitiva y física necesaria, son particularmente vulnerables a tomar decisiones que pueden tener consecuencias irreversibles. Por tanto, corresponde al Estado velar por su bienestar integral”. La Federación LGBTIQ+ de Puerto Rico expresó su rechazo a la ley. Justin Jesús Santiago, director de la organización, afirmó: “No quepa duda: iremos a los tribunales para impugnar la constitucionalidad de la cruel e inhumana firma del gobernador, que criminaliza a profesionales de la salud por atender a menores trans”.
Por ATA - Sylvia Rivera 17 de julio de 2025
Estocolmo. Jenny Leonor Werner lleva cuatro años esperando para cambiar legalmente su género. Ahora, la joven de 22 años ve la luz al final del túnel gracias a una nueva ley implementada en Suecia desde el 1 de julio. El país aprobó hace más de 50 años una ley entonces pionera en el mundo para permitir el cambio de género, aunque mediante un farragoso proceso de varios años que seguía vigente hasta ahora. Pero desde el 1 de julio, muchas de las restricciones implementadas en ese texto de 1972 se eliminaron y solo es necesario presentar un certificado médico que declare que la identidad de género del solicitante no se corresponde a la de su certificado de nacimiento. "Contacté con mi clínica el primer día que entró en vigor la ley", afirma entusiasmada Werner a la Afp. No fue la única. La agencia nacional de salud y servicios sociales registró 106 solicitudes en esta línea en la primera semana de implementación de la nueva ley. Esta estipula que el médico debe certificar que el cambio de género se corresponde mejor a la identidad de género del solicitante y debe garantizar que la persona vivirá con esta identidad de forma duradera. También rebaja de 18 a 16 años la edad mínima para iniciar este proceso aunque, en el caso de los menores, será necesario la autorización de los padres. Antes, las personas que querían cambiar de género tenían que someterse a un largo proceso de evaluación para obtener un diagnóstico de "transexualismo". Jenny Leonor Werner consiguió este diagnóstico en 2024 después de cuatro años de trámites y técnicamente ya podía pedir el cambio de género. Pero el personal médico le recomendó "esperar a la nueva ley porque el procedimiento debería ser más rápido". Sin embargo, cuando contactó con su clínica juvenil el 1 de julio, "no parecían estar al corriente de la nueva ley", explica. "Pero me prometieron informarse y contactarme", agrega. https://www.jornada.com.mx