El legado de Laura Weinstein para la población trans en Colombia

ATA - Sylvia Rivera • 12 de enero de 2021

La activista murió el 2 de enero. Su trabajo fue clave en el reconocimiento de identidades trans.

“La invitación es a amar la diversidad, a reconocer la capacidad que tenemos las personas trans para transformar el mundo, porque somos la señal de que esto puede ser de otra forma. Si somos capaces de transformar algo que muchos creen que no debería ser así (...), también cualquier forma de violencia, discriminación e injusticia se puede transformar . De verdad, les invito a que nos pensemos lo que significan las vidas de las personas trans”.

Esas fueron las palabras de la activista y defensora de derechos humanos Laura Weinstein en medio de un acto conmemorativo en noviembre pasado por el Día Internacional de la Memoria Trans.

Weinstein fue una de las personas que más trabajó por el reconocimiento de las identidades trans en Colombia. Lo hizo principalmente desde la Fundación GAAT (Grupo de Acción y Apoyo Trans), organización que dirigió desde 2010 y desde la cual lideró iniciativas sociales, legislativas e institucionales a favor de los derechos de las personas trans, como el voto trans, la política pública LGBT, el apoyo a la infancia trans, el rechazo a los transfeminicidios, entre otras.

La madre Laura, como le llamaban de cariño, falleció el 2 de enero por complicaciones respiratorias no relacionadas con el covid-19 . Llevaba varios días hospitalizada. Ella misma lo compartió en sus redes sociales: “Esto de no poder respirar es algo que nunca le desearía a nadie”.

Su muerte tomó por sorpresa a un país en el cual, según el conteo de La Red Comunitaria Trans, al menos 31 personas trans fueron asesinadas en 2020 y en donde aún falta un largo camino para conseguir la plena igualdad y dignidad de esta población, como tanto insistía Laura.

Ella, historiadora con estudios en Trabajo Social, narró decenas de veces, y en todo tipo de escenarios, las distintas violencias que se ejercen sobre la población trans y las escasas garantías de seguridad con las que cuenta: discriminación en centros de salud, pedradas en las calles, violencia policial, linchamiento social y un extenso etcétera.

En 2017, en una entrevista con Sentiido , un portal web dedicado a hablar de diversidad sexual y de género, contó que su primera actividad como directora del GAAT consistió en llevar a un grupo de mujeres trans al Museo de Arte del Banco de la República, en Bogotá, a ver ‘Habeas corpus: que tengas [un] cuerpo [para exponer] , una exposición sobre el cuerpo humano.

Laura conocía de cerca la realidad de las trabajadoras sexuales y quería que sus compañeras, como las llamaba, reflexionaran al respecto y salieran de sus rutinas.

Ellas, entusiasmadas, accedieron. Para muchas, de hecho, era la primera visita a un museo. Pero durante el ingreso—le contó Laura a ese portal web—, los detectores de metal empezaron a pitar. Todas se miraban entre sí. Nadie entendía qué pasaba. Les pidieron abrir sus bolsos y el equipo de seguridad encontró variedad de cuchillos y navajas.

Ese día dimensionó a lo que se enfrentaba.

“Ellas no salen sin eso (las armas) para defender sus vidas. Eso nos hizo prender las alarmas. Nos dimos cuenta de la necesidad de comenzar a trabajar en herramientas de denuncia con las que ellas entendieran que no podíamos seguir así”.

Laura Weinstein empezó a trabajar en la defensa de los derechos de la población trans desde mucho antes de emprender su propia transición. Sus primeros pasos los dio por medio de activismo digital, de manera individual y espontánea. Un día, por ejemplo, decidió crear 'Travestis Bogotá', un grupo en Yahoo! en el que se planteaban discusiones sobre identidades diversas.

Pronto, su lucha se trasladó a las calles, ese escenario hostil donde tantas veces, desde muy pequeña, fue testigo de cómo las personas trans eran víctimas de discriminación. Desarrolló entonces una vocación de servicio: acogía a trabajadoras sexuales golpeadas por policías, acompañaba a mujeres trans a centros de salud y en más de una ocasión encaró a las autoridades para reclamar lo que consideraba justo.

Batallaba en solitario, pero con el tiempo organizaciones la contactaron y se fue involucrando en procesos colectivos. Así, y ya con su transición en curso, fue vocera de la Mesa LGBT de Bogotá, donde lideró la creación de la escuela de formación para líderes LGBT y promovió la alianza con otros sectores de la sociedad.

Más adelante, creó la Fundación Transrevolucionando Géneros y, al poco tiempo, en 2009, llegó al GAAT, donde asumió la dirección ejecutiva un año después. En 2011 le fue otorgado el premio León Zuleta por la visibilidad trans.

Su trayectoria en la defensa de los derechos de las personas trans es extensa y ampliamente reconocida: fue funcionaria de la alcaldía de Bogotá en el Centro de Diversidad, orientando servicios a personas trans en el Distrito; impulsó la expedición del decreto 1227, el cual permite el cambio de sexo en el documento de identidad ; colaboró en la formación de fiscales para avanzar en temas de justicia e investigación de casos de violencia y crímenes hacia personas LGBT; sentó el debate sobre la libreta militar para hombres trans, y priorizó la atención a personas viviendo con VIH, particularmente mujeres trans trabajadoras sexuales.

Además, varias veces pisó escenarios internacionales. Participó, por ejemplo, en asambleas de la sociedad civil en la OEA con la creación y socialización de informes sobre la situación de mujeres LBT (Lesbianas, bisexuales y trans) ante la CEDAW, así como en diálogos en las Naciones Unidas, el Congreso Judío Mundial LGBTI para el hemisferio occidental, entre otros.

En los últimos años, a través del GAAT, se dedicó a trabajar con niños y niñas trans y sus familias para apoyarles en el proceso al cual denominó "un tránsito seguro y autónomo". Y desde 2019 se desempeñaba como consejera consultiva LGBT en Bogotá, cargo de interlocución entre las organizaciones sociales y la administración Distrital.

Aportes concretos

Su trabajo era incesante. Uno de sus aportes más recientes fue una victoria trascendental en relación a la política pública para la población LGBT en Colombia , la cual fue expedida por orden de la Corte Constitucional en 2018, durante el gobierno de Juan Manuel Santos, pero que aún no ha sido implementada por la administración de Iván Duque.

Esta política es clave para que las personas con orientaciones sexuales, identidades y/o expresiones de género diversas obtengan mejores condiciones de vida, así como para prevenir casos de violencia. Laura era consciente de esa importancia, y por eso, a través del GAAT, interpuso una acción de tutela en junio de 2020 en contra del Ministerio del Interior para que se atendiera esa implementación.

Un juez de Bogotá falló a su favor y le ordenó a esa cartera iniciar las gestiones administrativas para expedir el Plan de Acción de la Política Pública Nacional LGBT, así como crear un grupo técnico que se encargue del cumplimiento de las obligaciones. Además, le ordenó elaborar un programa y cronograma de trabajo con fechas claras.

Redes desde la empatía y puentes desde la conciliación

“Ella entendía que sentarse a dialogar con el gobierno requería reconocer que hay límites, limitantes, procesos y temporalidades, pero no negociaba principios ni derechos; negociaba las formas, aceptando sabiamente que Estados y gobiernos tienen formas propias , y lo que la sociedad civil veía como un impedimento, ella lo visualizaba como una posibilidad”, dijo en un comunicado Caribe Afirmativo, otra organización LGBT del país.

Precisamente, en septiembre pasado, Weinstein presentó junto a esa organización y la Misión de Observación Electoral (MOE) una propuesta ante el Consejo Nacional Electoral (CNE) para la construcción de un protocolo que promoviera medidas que garanticen el derecho al voto de las personas trans en igualdad de condiciones y libre de discriminación.

En noviembre, la iniciativa fue acogida en su totalidad, y así Colombia se convirtió en el segundo país en América Latina en aprobar un protocolo de este tipo, después de México .

"Sus aportes permitieron que avanzáramos como sociedad", resaltó la Oficina en Colombia del Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Derechos Humanos.

Laura, nacida en Bogotá en el seno de una familia de tradición judía, se sobrepuso a la transfobia —el rechazo de cercanos, la negligencia de médicos y psicólogos, el no reconocimiento de su identidad en todo tipo de entornos públicos— y tomó la vocería del movimiento de una población que históricamente ha sido marginada.

Nunca abandonó su liderazgo, ni siquiera en 2017, cuando recibió amenazas de muerte por parte de desconocidos. De hecho, en esa ocasión, además de denunciar, convirtió lo ocurrido en una oportunidad: se asoció con otras mujeres para escribir una cartilla que hoy ayuda a lideresas a enfrentar amenazas e incidir frente al Estado para conseguir la garantía de su ejercicio político como defensoras de derechos humanos.

Con su laboral, le apostó al trabajo colectivo, a construir redes desde la empatía y puentes desde la conciliación , y siempre lo hizo ondeando con orgullo la bandera azul, blanca y rosada, que representa a las identidades trans.

Activistas, organizaciones y colectivos LGBT, distintas entidades y cientos de ciudadanos hoy lamentan su muerte, pero coinciden en que su trabajo fue valioso para las vidas de las personas trans en Colombia. En palabras del GAAT: “Que su legado nos inspire y guíe en la lucha por una sociedad más justa”.

La ‘parcera’ de las personas trans

EL TIEMPO reproduce a continuación un fragmento de 'Derechos en clave trans', una entrevista que William Moreno Hernández le hizo a Laura Weinstein para la antología 'Voces de resistencia. Entrevistas a líderes sociales y activistas', publicada en 2019 como un trabajo de grado.

Hace poco leí una entrevista en la usted dice que, antes de activista, usted es ‘parcera’ de las personas trans, ¿Qué quiere decir eso?

El GAAT va a cumplir once años trabajando por la reivindicación de los derechos de las personas trans. Yo llevo vinculada más o menos diez, pero hasta hace poco vine a darme cuenta de que lo que yo hacía se reconocía como activismo. Yo empecé en esto porque me di cuenta de que había muchas cosas que eran injustas en las vidas de nosotras las personas trans. Entonces, más allá de la figura de la activista, me gusta decir que soy la parcera porque me gusta sentarme y preguntarles por sus vidas, sus problemas, sus familias y, sobre todo, por sus sueños.

El proyecto más reciente del GAAT es trabajar con familias de niños y niñas trans, ¿por qué?

Fue una apuesta más personal, una reivindicación para decir que los niños y las niñas trans sí existen y que todas las personas trans merecen familias que las amen. Para mí no fue fácil la infancia. Fue una época llena de dificultades, de mucha soledad. Ningún niño ni ninguna niña deben pasar por lo mismo que yo viví, entonces creí que había una deuda histórica con ese ‘niño’ que fue discriminado. Ese ‘niño’ que no solo es mi experiencia de vida sino seguramente la de muchas otras personas. Necesitamos, entonces, involucrar a las familias porque cuando una persona trans logra que su familia la acompañe en este proceso, que reconozca su tránsito y le brinden apoyo, su vida es otra; tiene el 90 por ciento de su vida asegurada porque no va a caer en entornos de violencia y criminalización.


¿En qué consiste ese trabajo con las familias?

Nosotros tenemos varios programas institucionales de encuentro y formación. Uno de ellos es el Grupo de Apoyo, en el que acompañamos los tránsitos y el proceso identitario de mujeres y hombres trans, pero también a las personas que las rodean, como familiares, amigos e incluso parejas. Por lo general, nos reunimos una vez cada semana. Tenemos un grupo para adultos y otro para niños y niñas trans y sus papás. Hacemos acompañamiento, construimos redes de solidaridad y compartimos vivencias que nos atraviesan cotidianamente.

¿Qué otras líneas de trabajo tiene la fundación?

Tenemos la ‘Patrulla Trans’, que se encarga de atender casos de violaciones de derechos humanos. Entonces, hacemos seguimiento a casos de asesinatos, desplazamientos forzados, golpizas, expulsiones de colegios y de trabajos y todo tipo de barreras al momento de acceder al sistema de salud o para cambiar documentación. El problema es que a la fundación siempre llegan casos, pero no hay recursos para enfrentarlos.

Ahora nos interesa también capacitar y concientizar a las personas trans sobre sus derechos y empoderarlas, entonces hemos organizado talleres para resolver dudas o atender reclamos relacionados con sus derechos y ahí les mostramos opciones para mejorar su calidad de vida. Ese proyecto se llama ‘Cinco derechos en clave trans’ y nació en 2016.

¿Y por qué ‘cinco derechos’?

Por los cinco derechos que consideramos más vulnerados en la comunidad trans: movilidad, educación, trabajo, vivienda y salud.

"Las personas trans, en cambio, vivimos en un partido que nos jugamos todos los días de nuestras vidas porque tenemos que ir por todos lados explicando quiénes somos, y encima de todo reafirmarlo."

Las cifras de violencia en contra de la población LGBT en general son alarmantes, pero las personas trans son especialmente vulnerables. ¿Por qué?

Aquí primero habría que decir que hay un problema inicial y es que se acostumbra a meternos a todas las personas LGBT en una misma bolsa, ignorando que cada grupo poblacional tiene unas necesidades específicas. En el caso de las personas trans, todo parte de una falta de reconocimiento. Si tú eres una persona homosexual o bisexual ni siquiera tienes que decirlo. Las personas trans, en cambio, vivimos en un partido que nos jugamos todos los días de nuestras vidas porque tenemos que ir por todos lados explicando quiénes somos, y encima de todo reafirmarlo. Eso es muy violento y puede llegar a generar discriminación.

También es cierto que muchas personas trans están inmersas en entornos violentos y de alta criminalización como la prostitución, entonces son más vulnerables a ataques por ser quienes son, por su identidad.

¿Y por qué llegan a esos entornos de alta criminalización?

La gran mayoría de las personas trans no tiene un trabajo formal. Eso, sumado a la falta de educación –que también ocurre por la discriminación–, lleva a que muchas, sobre todo las mujeres, acaben en entornos laborales que son absolutamente precarios y muy criminalizados. No es que ellas quieran estar en esos lugares sino que es lo que hay, y tenemos que sobrevivir con eso. En el GAAT hemos calculado que cerca del 70 por ciento de las mujeres trans y el 50 por ciento de los hombres trans encuentran en el servicio sexual su principal actividad profesional.

El informe más reciente de Colombia Diversa sobre estos casos señala que los crímenes en contra de personas trans tienden a ser “justificados” por los atacantes, incluso por las mismas autoridades, porque se cree que las víctimas se dedicaban a robar o estaban vinculadas a redes de microtráfico.

Claro, hay una violación en el proceso de las diligencias porque, de entrada, se asume que las personas trans son delincuentes. Eso genera un estereotipo que limita el acceso a la justicia en casos de violaciones de derechos humanos. Pero además esa estigmatización es estructural. La gente tiene unos imaginarios incorrectos sobre la realidad de las personas trans. Nos ven como personas peligrosas, escandalosas, conflictivas, como personas con las que hay que tener cuidado. Por eso, cada espacio que logramos conquistar es un logro. Pero no es fácil. Muchas personas nos siguen viendo como si fuéramos un mito, negando que somos toda una realidad, que existimos.

Sobre el acceso a trabajo hay un marco jurídico. La Corte Constitucional, por ejemplo, se pronunció en 2007 sobre la discriminación de personas trans en ese ámbito. ¿Qué ocurre en ese caso?

Analicemos cuántas personas trans hay en Colombia en cargos decisorios de empresas o entidades. Ninguna. En la discriminación laboral ocurre algo particular y es que no solo se trata de que se ofrezca trabajo a las personas trans sino que, cuando tenemos acceso, nos obligan a trabajar más por ser personas trans. De alguna manera, nos obligan a demostrar que somos “buenos trabajadores” a pesar de lo que somos. A mí me pasó cuando trabajé en la institucionalidad. En algún momento me dijeron que yo era “una acción afirmativa”, pero me di cuenta de que mis compañeros y compañeras ganaban más que yo, aun cuando yo trabaja igual o más que muchos de ellos. Esos espacios siguen siendo violentos. No estamos en igualdad.

Otro ámbito en el que se manifiesta con mucha frecuencia la discriminación hacia las
personas trans es la salud, ¿Qué pasa ahí?

El sistema de salud todavía no entiende las construcciones identitarias de las personas trans, entonces a veces es muy complejo. Muchas veces somos nosotras y nosotros quienes tenemos que decirle al médico qué se podría hacer porque ellos no tienen ni la mínima idea. Pero este problema va mucho más allá. El acceso a la salud es muy complicado para las personas trans porque a veces ni siquiera hay una forma de obtener una afiliación en salud.

Muchas veces las personas trans no tienen un documento que se ajuste a su identidad. Y no tienen ese documento por distintas razones, porque decidieron no sacarlo o porque, al perderlo, decidieron no lidiar de nuevo con el proceso, en fin. El problema es que para acceder al sistema de salud necesitas ese documento –la cédula–, que para cualquiera puede ser lo más común del mundo pero para las personas trans es todo un proceso.

Y ahí no termina la historia. Para acceder a salud, tenemos que estar afiliadas, pero también tenemos que encontrarnos al vigilante en la puerta, anunciarnos con la recepcionista y enfrentar un trato inapropiado por parte del médico en el consultorio. En todos esos espacios, por lo general, no se reconoce nuestra identidad, entonces te tratan como hombre si eres mujer trans y viceversa. Es un sistema que continuamente es violento.

¿Esas ‘trabas’ en el acceso a la salud ocurren únicamente cuando se quiere adelantar la transición o también se manifiestan en procedimientos comunes?

Ocurren todo el tiempo. Ahora mismo, por ejemplo, yo tengo cáncer —que esa es otra reivindicación por la que hoy trabajo— y me he sentido discriminada varias veces por ser una mujer trans. Me preguntan que qué soy, que por qué y, de hecho, cuando comencé a enfermarme, lo primero que me dijo el médico, sin haberme examinado, es que seguramente se trataba de una enfermedad venérea. La discriminación y la violencia son constantes. Este sistema de salud es perverso.

"La gente tiene unos imaginarios incorrectos sobre la realidad de las personas trans. Nos ven como personas peligrosas, conflictivas. Por eso, cada espacio que logramos conquistar es un logro."

En informes sobre violencia hacia población LGBT se suele advertir sobe el número de casos que son cometidos por parte de integrantes de la fuerza pública. ¿Es la fuerza pública un actor discriminador?

Ahí pasa algo paradójico y es que, a pesar de que el nuevo Código de Policía incluye sanciones por discriminación hacia personas LGBT, son los mismos miembros de la Policía quienes violentan nuestros derechos. En el caso de las personas trans, las agresiones se producen en las zonas de trabajo sexual, que, como te digo, son lugares criminalizados.

En estos casos, lo que hay que hacer es comenzar a humanizar a los miembros de la Policía porque sensibilizar ya no funciona. El abuso policial es un problema que las personas trans enfrentamos a diario, pero nos quedamos en la charla, en el taller. No, hay que ir más allá y decir: ‘Venga, señor Policía, y nos sentamos a conversar sobre nuestras realidades y lo que tenemos que soportar a diario’. Por ahí empieza la transformación.

En las cifras de discriminación hacia personas trans llama la atención que las mujeres son más vulnerables. ¿Por qué?

Sí, la verdad es que las realidades de los hombres trans y las mujeres trans son completamente diferentes. Las mujeres trans somos más visibles y, aparte, los estereotipos que se nos imponen con relación a la feminidad son más fuertes. Un chico trans tiene una transición que muchas veces ni siquiera se nota, mientras que a las mujeres, ya sea por su contextura u otras cuestiones, se nos nota más, y ahí empieza la discriminación. Es más, uno podría hablar de una ‘doble discriminación’: una por ser mujer y otra por ser mujer trans.

A propósito de esa ‘doble discriminación’, hace unos meses, por primera vez en la historia, se tipificó el homicidio de una mujer trans como feminicidio. ¿Cómo recibieron ustedes esa decisión?

Ese fallo es histórico y muy importante porque, por primera vez, somos reconocidas como mujeres. Sin embargo, no creemos que sea prudente regularizar como feminicidio sino se va a quedar ahí, en feminicidio. Es decir, nuestra preocupación es que los asesinatos de mujeres trans sumen a las estadísticas de feminicidio sin la claridad de que fueron cometidos contra una mujer trans. En nuestro caso, los asesinatos no solo son por el hecho de ser mujer sino también por nuestras construcciones identitarias. En ese campo sí creemos que le hace falta mucho al sistema judicial.

¿Y las mujeres trans no encuentran garantías en el sistema judicial?

No, por lo general, cuando vas a ir a denunciar te preguntan si estás diciendo la verdad. Sin contar que todos los casos quedan en la impunidad. Yo, por ejemplo, recibí amenazas por mi trabajo en el GAAT. Cuando me acerqué a denunciar, me preguntaban que si estaba segura de que no había sido uno de mis novios, que si no se trata de alguien que yo conocía o que si de verdad yo estaba segura de que se trataba de una amenaza. Entonces, nos ignoran o no nos creen. Incluso, a la fundación han llegado casos de mujeres trans a quienes, al momento de intentar presentar una denuncia, les piden el documento para indagar primero si tienen antecedentes o denuncias en su contra, reforzando esa idea de que somos peligrosas.

¿Quién la amenazó?

No sabemos. Me amenazaron a mí y a varios integrantes del GAAT, pero la investigación no avanzó. Se quedó en etapa preliminar. Son amenazas por ser personas LGBT y trabajar por esto.

En los últimos años, las personas trans han ganado visibilidad en los medios de comunicación. ¿Cómo cree que los medios están hablando sobre las personas trans?

De un tiempo para acá hemos tenido unos avances importantes porque se habla de las personas trans, sí, pero muchas veces, creo, no se hace de la manera adecuada. Muchos comunicadores no están formados para hablar. No se trata solamente de querer hablar de estos temas sino hacerlo de manera asertiva. Cuando se informa, creo yo, debe hacerse siempre con respeto y conocimiento. De lo contrario, se está desinformando. Entonces, ahí es cuando propongo unir fuerzas: ¿por qué no unimos el conocimiento que yo tengo sobre este tema con sus habilidades para informar? Eso ayudaría muchísimo a cambiar los imaginarios sociales acerca de las personas trans.

Una despedida digna para Laura.

La Fundación GAAT abrió una iniciativa digital con el fin de recaudar fondos que serán destinados a una despedida a Laura Weinstein. " Hoy todas las personas que recibimos sus enseñanzas y su amor nos unimos para darle una despedida digna. Luchadora y guerrera incansable hasta el fin de sus días", manifestaron.


https://www.eltiempo.com

WILLIAM MORENO HERNÁNDEZ

Periodista de ELTIEMPO.COM
En Twitter: @ williammoher

Noticias

Por ATA - Sylvia Rivera 30 de octubre de 2025
La Fiscalía ha archivado la denuncia presentada en marzo pasado por la que pedían que se investigara un posible delito de odio en una campaña que señalaba a las personas trans a través de mensajes instalados en las marquesinas municipales de Córdoba. La campaña en cuestión era de la Asociación Católica de Propagandistas (ACdP) y se puso en las marquesinas poco antes del 8 de marzo, Día Internacional de la Mujer. En ellas, cuestionaba si “¿La mujer nace o se hace?”, y señalaba que “la mayoría lo tiene claro, aunque en los tiempos que corren algunos tienen miedo a hablar”, todo ello junto al hastag #LaMujerNace. Ahora, y tras haberse trasladado el asunto a la Fiscalía de Madrid, se ha conocido el archivo de dicha denuncia, que se interponía por lo que consideraban un señalamiento y un posible delito de odio contra las personas trans. La campaña se enmarcaba deliberadamente en el contexto de la celebración del Día Internacional de la Mujer, utilizaba el color morado del movimiento feminista y se pudo ver en varias de las marquesinas publicitarias que gestiona el Ayuntamiento de Córdoba, que se desvinculó de la campaña. Según recoge la diligencia de ordenación, desde el Ministerio Público se ha dictado decreto de conclusión y su consiguiente archivo haciéndole constar que contra el mismo no cabe recurso alguno, sin perjuicio del derecho a presentar nueva denuncia por estos hechos ante los órganos judiciales. La Fiscalía de madrid recibió esta denuncia desde Córdoba, porque en la capital madrileña tiene la sede la asociación denunciada. https://cordopolis.eldiario.es
Por ATA - Sylvia Rivera 29 de octubre de 2025
Agentes de la Policía Nacional, pertenecientes a la Comisaría Local de Fuengirola, han procedido a la detención de cuatro personas como presuntos responsables de un delito de odio hacia una mujer trans. Los hechos ocurrieron en plena madrugada, durante la feria de la localidad malagueña. La víctima denunció que un grupo de individuos la había agredido físicamente mientras la insultaba con expresiones transfóbicas. Los hechos se remontan al pasado día 10, sobre las 05:00 horas, cuando se recibe una llamada en la sala 091 informando de una agresión en el recinto ferial de Fuengirola. A la llegada del indicativo policial las víctimas manifiestan haber sido agredidos por un grupo de jóvenes por su condición sexual, siendo trasladados por los agentes a un centro de salud para ser asistidos de las lesiones que presentan. Una vez en la Comisaría de la localidad, las víctimas denunciaron los hechos que dieron lugar a una investigación policial con el objetivo de esclarecer lo sucedido. Según sus manifestaciones, un grupo de cinco jóvenes, los insultaron y agredieron, llegando a propinarles patadas y puñetazos y amenazarles con un cuchillo. Gracias a la existencia de imágenes de cámaras de grabación y las declaraciones de los testigos, los agentes encargados del suceso pudieron determinar que lo acontecido podía constituir un delito de odio, motivado por la identidad de género de una de las víctimas. Tras la práctica de las diligencias correspondientes, los investigadores consiguieron identificar y detener a cuatro personas, dos de ellas menores de edad, a los que se les imputan delitos de odio, de amenazas graves y un delito de lesiones. https://www.elespanol.com
Por ATA - Sylvia Rivera 28 de octubre de 2025
Una nueva investigación ha revelado que la transfobia en el Reino Unido ha dejado al 84 por ciento de las personas trans sintiéndose inseguras. La encuesta de YouGov, encargada por Good Law Project y publicada la semana pasada, reveló que casi dos tercios de las personas trans y no binarias del país habían sido abusadas verbalmente en público, y casi el 25 por ciento había sufrido violencia física. El cincuenta y nueve por ciento de las personas trans también informaron que enfrentan barreras para acceder a la atención general del NHS. Realizada a raíz de la sentencia de la Corte Suprema del Reino Unido que determinó que la definición de mujer de la Ley de Igualdad de 2010 se relacionaba únicamente con el sexo biológico, la encuesta también preguntó sobre cuestiones clave que enfrentan las personas trans en el Reino Unido, como el acceso a instalaciones públicas. Más de la mitad de los que respondieron dijeron que tenían dificultades para entrar a los vestuarios, mientras que el 49 por ciento dijo lo mismo sobre el uso de los baños públicos. Se encontró que las personas trans más jóvenes tenían más probabilidades de temer acceder a ciertos espacios, y el 81 por ciento dijo que les resultaba difícil entrar a los vestuarios. También se pidió a los encuestados que calificaran la confiabilidad de las instituciones y los partidos políticos del Reino Unido. La policía era la que menos confiaba: el 76 por ciento dijo que no confiaba mucho o nada en ella. Se descubrió que el 66 por ciento de los hombres y mujeres trans desconfiaban de la Comisión de Igualdad y Derechos Humanos, que ha sido acusada de acciones “profundamente perturbadoras”. El regulador de derechos humanos del Reino Unido ha presentado una guía sobre la provisión de instalaciones públicas basada en actualizaciones propuestas que exigen la exclusión de las personas trans de instalaciones consistentes con su identidad de género. Reform UK fue el partido político en el que menos confiaba la gente trans: el 98 por ciento expresó desconfianza parcial o total. Los conservadores (96 por ciento) y los laboristas (91 por ciento) no se quedaron atrás. Las personas trans se enfrentan a un “terror abyecto” en el Reino Unido, afirman activistas. Jess O’Thomson, líder de derechos trans de Good Law Project, dijo que la encuesta reveló la cruda realidad en el Reino Unido, con personas que viven en un “terror abyecto”. O’Thomson profundizó: “Tienen miedo de ser acosados, descubiertos y discriminados. Es espantoso que casi la mitad de las personas trans informen que ahora encuentran difícil el acceso a los baños básicos, a pesar de las afirmaciones de la EHRC de que están protegiendo a las personas. “El hecho de que sólo el 14 por ciento de las personas trans se sientan seguras en este país representa una crisis humanitaria devastadora”. A principios de este mes, el comisario europeo de derechos humanos, Michael O’Flaherty, expresó su preocupación por posibles leyes anti-trans tras el fallo de la Corte Suprema. Cualquier “práctica o política general” que excluya a las personas trans de los espacios de género representaría violaciones importantes a las leyes internacionales de derechos humanos, dijo. O’Flaherty recomendó redactar “una guía clara sobre cómo se puede lograr la inclusión de las personas trans en todas las áreas” y cómo “se puede minimizar la exclusión en situaciones en las que esto sería estrictamente necesario y proporcionado, en línea con principios de derechos humanos bien establecidos”. https://www.sentidog.com
Por ATA - Sylvia Rivera 27 de octubre de 2025
¿Has escuchado hablar del cispassing o te han dicho que tienes ese “privilegio”? Detrás de lo que muchas veces se enuncia como un “halago” se esconde una forma de violencia que refuerza los estereotipos normativos de belleza y de género. El término cispassing se utiliza para describir a las personas trans cuya apariencia o expresión de género se ajusta a las expectativas cisnormativas; es decir, que son percibidas como personas cis. Pero lejos de ser un privilegio, el cispassing reproduce una supuesta legitimidad dentro de las propias comunidades trans, donde las mujeres que “no lucen como mujeres” según el imaginario patriarcal son juzgadas, marginadas o deslegitimadas. Esta idea refuerza el mito de que la validez de la identidad trans depende de “encajar” en los moldes del género binario, cuando en realidad debería partir del reconocimiento de la autodeterminación, la diversidad corporal y la libertad de existir sin ser medida por los ojos cis pero, ¿qué es el cispassing y de qué manera opera? En entrevista con La Cadera de Eva, Acoatl Santillán (ella/elle), activista trans por los derechos de la comunidad LGBTQ+, artista plástica, bailarina, performer y consejera virtual en The Trevor Project México, explica que el cispassing es “una forma de medir tu nivel de entrada al mundo cis-heterosexual”. ¿Qué es el cispassing? El cispassing es considerado una herramienta meramente cis-heteropatriarcal, utilizada por la sociedad para seguir perpetuando las violencias de género. Este término busca invisibilizar a las identidades trans que no se ajustan a la norma. De acuerdo con Acoatl Santillán, el cispassing hace referencia a la “lectura” que se le da a una persona trans para medir qué tanto puede ser leída como una persona no trans, es decir, qué tanto se puede parecer físicamente a una persona cis. Así, el cispassing espera que las mujeres y personas trans se acoplen a las reglas, estándares y términos del mundo cis-heterosexual. “Es un ideal o un punto de hegemonía que cada persona es libre de seguir o no, pero no debe ser lo que defina su identidad trans”, explica Santillán. Sus inicios en la cultura ballroom Sus orígenes tienen raíz en la comunidad ballroom, una subcultura LGBTQ+ nacida en Nueva York, Estados Unidos, en las décadas de 1960 y 1970, iniciada por mujeres trans negras y latinas racializadas, que se originó como una respuesta al racismo y la discriminación en los bailes drag. Así se crearon espacios seguros para la expresión de identidad sin prejuicios mediante los famosos balls, con categorías como el voguing (un estilo baile), runway (pasarelas) y realness (en las que se interpretaba un rol).
Por ATA - Sylvia Rivera 24 de octubre de 2025
La artista pop Chappell Roan ha lanzado oficialmente el Midwest Princess Project, una iniciativa sin ánimo de lucro destinada a apoyar a jóvenes trans y comunidades LGBTQ+ en Estados Unidos. El proyecto, patrocinado por el Catalyst Philanthropy Fund, nace con una recaudación inicial de más de 400.000 dólares obtenidos durante sus recientes conciertos pop-up Visions Of Damsels & Other Dangerous Things. La propuesta no se queda en lo simbólico: Roan ha anunciado que donará 1 dólar por cada entrada vendida en su gira por Nueva York, Los Ángeles y Kansas a organizaciones como Ali Forney Center, The LGBT Center, Trans Wellness Center, TransLatin@ Coalition, The GLO Center y The Center Project, todas ellas dedicadas a brindar recursos y apoyo directo a jóvenes trans. Además, ha colaborado con Propeller y eBay para crear activaciones especiales en sus conciertos que fomentan la participación comunitaria y la recaudación de fondos. Este proyecto refleja el compromiso que Chappell Roan ha mantenido desde sus inicios con el activismo queer. En los Grammy 2025, donde ganó el premio a Mejor Artista Novel, denunció públicamente la precariedad laboral en la industria musical y exigió salarios dignos y cobertura médica para artistas emergentes. También donó 25.000 dólares de su propio bolsillo a músicos en situación vulnerable, gesto que fue igualado por artistas como Noah Kahan y Charli XCX. En declaraciones recientes, Roan ha subrayado que “la alegría queer” es el motor que la impulsa a seguir actuando. Su defensa de las mujeres trans en la alfombra roja de los Grammy —“trans joy has to be protected more than anything”— resume el espíritu de una artista que ha convertido su carrera en una plataforma de visibilidad, cuidado y acción. De Missouri al estrellato queer: la carrera de Chappell Roan Chappell Roan, nacida como Kayleigh Rose Amstutz en Willard, Missouri, en 1998, comenzó su carrera musical a los 17 años con el EP School Nights, que llamó la atención de Atlantic Records. Tras varios años de desarrollo artístico y una estética cada vez más marcada por el glam queer y el synth-pop ochentero, lanzó su álbum debut The Rise and Fall of a Midwest Princess en 2023, una obra que mezcla teatralidad, vulnerabilidad y empoderamiento con himnos como Pink Pony Club, Casual y Red Wine Supernova. El disco fue recibido con entusiasmo por medios como Pitchfork, que lo describió como “una celebración maximalista de la identidad queer”, y por Rolling Stone, que lo incluyó entre los mejores debuts del año. En 2024, Roan siguió consolidando su estilo con el single Good Luck, Babe!, y más tarde con The Giver, una incursión en el country-pop. Su último lanzamiento, The Subway, llegó en agosto de 2025 y ha sido aclamado por su narrativa emocional y producción envolvente. Más allá de los charts, Chappell Roan ha construido una comunidad fiel gracias a sus actuaciones en festivales como Reading & Leeds, donde su show fue descrito por NME como “una celebración colectiva de la diferencia”. Su estética drag, sus letras confesionales y su activismo constante la han convertido en una figura clave del pop alternativo contemporáneo. Actualmente trabaja en su segundo álbum, aunque ha admitido que aún está lejos de completarlo. Mientras tanto, sigue demostrando que el pop puede ser una herramienta poderosa para el cambio social. https://crazyminds.es
Por ATA - Sylvia Rivera 23 de octubre de 2025
Cabello rubio, Metro ochenta y una talla 41 de pie. La ficha del modelo Elio Berenett siempre fue un misterio para los agentes de casting. Incluía todos los datos y, aun así, cada vez que se encontraba con ellos vivía la misma situación. “Me acuerdo de un afterparty donde todos se acercaban preocupados porque no sabían cómo tratarme. Yo simplemente les decía: ‘Me da igual, me apunto a todo’. Entiendo que les fuese confuso, para mí también lo era al principio”, cuenta desde su casa en Suecia. Con nueve años empezó a trabajar como modelo femenina, de adolescente vivió su transición y diez años más tarde debutó a lo grande de la mano de Louis Vuitton en París. La colección era femenina, pero él era un hombre trans. Ahora tiene 22 años y ningún atisbo de aquellas dudas: afronta con la misma decisión un desfile con tacones que un reportaje de moda masculina como el que protagoniza en estas páginas.
Por ATA - Sylvia Rivera 22 de octubre de 2025
Un hombre trans de 22 años sufrió un ataque transodiante el pasado viernes, por parte de dos hombres que incendiaron su vivienda en la provincia de Neuquén. El hecho ocurrió el viernes a la medianoche, en una casilla de madera del sector de meseta Colonia Rural Nueva Esperanza. "A las 00 horas habían dos personas fuera de mi casa que me decían salí maricón. Luego escucho que algo golpea mi casa y escucho una explosión", relató el joven, identificado como Nacho. En ese momento, continuó Nacho, "llamé a mi tía para decirle que me habían prendido fuego mi casa y comienzo a sentir detonaciones, fueron entre cuatro y cinco disparos. Siento que las balas me pasan cerca de la cabeza. Intenté salir con mi gato pero no alcancé a salvarlo". Según consta en la denuncia policial radicada en la Comisaría N° 20, antes del incendio Nacho había recibido una visita de los atacantes, que años atrás le habían vendido el terreno donde él vivía. “Me decían que yo era un rastrero, me agredieron por ser trans. Me pusieron un arma en el pecho y me dijeron que a la noche me iban a prender fuego vivo”, contó la víctima. A pocos días del transfemicidio de Azul Semeñenko, la familia de Nacho y sus allegados temen por su vida y es por eso que solicitan el resguardo para el joven. Desde el CPEM 69 también pidieron ayuda para proteger a este joven tras el incendio de su vivienda que lo dejó en la calle. Amigos del joven y docentes del CPEM 69 están recolectando ropa, calzado, abrigo y elementos de construcción para ayudarlo. https://www.pagina12.com.ar
Por ATA - Sylvia Rivera 21 de octubre de 2025
El 12 de mayo de 2025, Jhon Alexander Rodríguez Cano se convirtió en el primer hombre trans en Colombia que logró un traslado carcelario fundamentado en el reconocimiento de su identidad de género. Este hecho, conocido por la revista Cambio, marcó un hito en el sistema penitenciario colombiano y desencadenó reformas institucionales, además de abrir el debate sobre los derechos de la población trans en prisión. El proceso que llevó a Rodríguez a este traslado comenzó con una petición escrita de su puño y letra dirigida al Juzgado 4 de Manizales. En ella, solicitó el cambio de establecimiento porque no se sentía conforme en la cárcel de mujeres, ya que se identifica plenamente como hombre. Rodríguez, de 34 años, fue sentenciado en mayo a diez meses de prisión por tráfico de estupefacientes, tras ser capturado en flagrancia a principios de año en el sector de El Esquinazo, en la capital caldense. Aunque su documento de identidad lo reconoce como hombre desde 2011 y la Registraduría Nacional actualizó su identificación hace más de tres años, el sistema penitenciario lo ubicó inicialmente en una cárcel de mujeres, siguiendo el criterio de genitalidad y no de identidad de género. Durante los tres meses que permaneció en la cárcel de mujeres, Rodríguez manifestó su incomodidad y la incongruencia de su reclusión. En marzo, elevó una solicitud formal a la dirección del establecimiento y, posteriormente, el 7 de mayo, interpuso una tutela que fue atendida. El Grupo de Asuntos Penitenciarios del Instituto Nacional Penitenciario y Carcelario (Inpec) accedió a su petición y autorizó el traslado a la cárcel de hombres de la misma ciudad. Este movimiento, sin precedentes en Colombia, atrajo la atención de la Defensoría del Pueblo, la Procuraduría y el Ministerio de Justicia, que reconocieron la necesidad de establecer reglas claras para la atención de la población trans en el sistema penitenciario. La reacción institucional fue inmediata. Néstor Osuna, procurador delegado para los Derechos Humanos, destacó al diario nacional que el caso de Rodríguez representa un “precedente”, ya que “a la hora de asignar la cárcel, no se tiene en cuenta la identidad de género, ni lo que sienten las personas”. Francisco Bernate, presidente del Colegio de Abogados Penalistas, explicó que los traslados carcelarios suelen concederse por razones de arraigo familiar, seguridad o enfermedad, y que la identidad de género apenas comienza a ser considerada como un motivo legítimo. La Defensoría del Pueblo, tras verificar las condiciones de Rodríguez, convocó una mesa interinstitucional para abordar los vacíos normativos, operativos y culturales que persisten en el sistema. Entre las carencias detectadas, se destacó la falta de acceso a productos básicos como toallas higiénicas, un problema recurrente que ha motivado múltiples tutelas contra el Inpec. El informe de la Defensoría, citado por Cambio, reveló que los funcionarios penitenciarios carecen de formación en enfoque de género, la asistencia psicosocial es inexistente y no se garantiza atención médica especializada, como ginecología o endocrinología, para la población trans. Además, fuentes internas del penal señalaron que Rodríguez ha presentado conductas autolesivas y se encuentra aislado en un patio destinado a funcionarios públicos, debido al temor de que pueda ser víctima de violencia sexual o incluso de homicidio, riesgos que, según Osuna, son frecuentes para personas trans en cárceles de hombres. La Superintendencia de Salud estima que la esperanza de vida de una persona trans en Colombia es de apenas 35 años. El contexto de la población trans en las cárceles colombianas es especialmente adverso. De acuerdo con datos del Inpec proporcionados a Cambio, en el sistema penitenciario hay 1.595 personas de la comunidad Lgbti+ y otras identidades de género y orientación, de las cuales 205 se identifican como personas trans. Aunque representan una minoría frente a las más de 104.000 personas privadas de la libertad, expertos y activistas coinciden en que se trata del grupo más vulnerable. Darla Cristina González, defensora de derechos de la red Diana Navarro Sanjuan, relató al diario nacional que “en la cárcel también nos cobran diariamente por transgredir la norma social de que los hombres y mujeres deben ser de cierta manera”. González describió situaciones de violencia extrema, explotación sexual y falta de protección, agravadas por la imposibilidad de defenderse dentro del entorno carcelario. La investigadora Valentina Villamarín Mor, autora de un informe reciente sobre la situación de la población trans en prisión para la Universidad del Rosario, concluyó que el rechazo, la estigmatización y la violencia son parte del día a día de estas personas. “Constantemente son atacadas, acuchilladas, gritadas, y siempre las dejan de últimas en temas de alimentación y salud. Es más, los penales no atienden sus procesos de hormonización porque creen que es estético y no médico. Los otros internos e internas ni siquiera los dejan tener visita en los patios”, afirmó Villamarín Mor en diálogo con Cambio. Un testimonio recogido en su investigación ilustra la gravedad de la situación: una persona trans relató haber sido agredida con cuchillos y palos, y verse obligada a modificar su apariencia para evitar ataques, a costa de su bienestar emocional. El caso de Rodríguez ha impulsado la elaboración del primer protocolo nacional para la “garantía de derechos de mujeres y hombres trans, y personas no binarias privadas de la libertad”, según el borrador consultado por el diario. Esta reforma, liderada por la Defensoría, la Procuraduría y el Ministerio de Justicia, propone que la asignación de establecimientos penitenciarios para personas trans ya no dependa de la genitalidad, sino de la voluntad expresa de la persona, recogida en un consentimiento informado y verificada por un juez. Además, el protocolo establece que las personas trans serán nombradas y registradas por el nombre con el que se identifican, y que las parejas diversas tendrán derecho a visita íntima sin discriminación, en igualdad de condiciones que las parejas heterosexuales cisgénero. El Inpec, por su parte, se comprometió a garantizar el acceso continuo a tratamientos hormonales prescritos y a facilitar la valoración médica especializada para quienes deseen iniciar dichos tratamientos. Todo el personal penitenciario deberá recibir formación básica en diversidad sexual, enfoque diferencial y atención sin prejuicios, tanto en la formación inicial como en la capacitación permanente. La Escuela Penitenciaria Nacional incorporará estos contenidos en sus programas, con el objetivo de transformar la cultura institucional y reducir los riesgos para la población trans. Desde la perspectiva de activistas y expertos, el principal desafío sigue siendo la seguridad y la dignidad de las personas trans privadas de la libertad. González considera que la solución debe comenzar desde la imposición de la medida de aseguramiento, priorizando la protección y el bienestar de la persona más allá de la clasificación por género. Villamarín Mor, por su parte, ha documentado casos de mujeres trans que solicitaron cambios de pabellón dentro de la misma prisión, pero que terminaron pidiendo regresar tras enfrentar mayores niveles de acoso y violencia. https://www.infobae.com
Por ATA - Sylvia Rivera 20 de octubre de 2025
El suceso ha tenido lugar en la ciudad de Indore, en el estado indio de Madhya Pradesh, donde habrían ingerido un desinfectante de fenol Un intento de suicidio en masa que se ha saldado con hasta 24 personas trans hospitalizadas ha tenido lugar esta semana en el estado indio de Madhya Pradesh, concretamente en la ciudad de Indore. Los implicados supuestamente, con la intención de quitarse la vida, habrían ingerido un desinfectante de fenol. «Unas 25 personas de la comunidad trans han sido ingresadas en nuestro hospital. Dicen que han consumido fenol juntas», ha explicado el director del hospital, Basant Kumar Ningwal, en declaraciones a la agencia de noticias india PTI. Hasta ahora ha sido detenida una dirigente de la comunidad trans, Sapna Guru, alias Sapna Haji, acusada de amenazas y agresiones contra las personas que intentaron suicidarse tras exigir el dinero entregado para una conferencia. Fue detenida el jueves junto a tres hombres también implicados, ha explicado el subcomisario de la Policía Rajesh Dandotiya, citado por el diario The Hindu. https://www.lavozdegalicia.es
Por ATA - Sylvia Rivera 17 de octubre de 2025
La Corte Constitucional emitió un fallo histórico para la protección de los derechos de las personas trans en Colombia. A través de una sentencia amparó los derechos fundamentales a la salud, la identidad de género y el diagnóstico médico de Victoria, una mujer trans de 33 años, a quien Colmédica le negó procedimientos prescritos como parte de su proceso de afirmación de género. La Sala Tercera de Revisión determinó que la negativa de Colmédica vulneró los derechos fundamentales de la accionante, al impedirle el acceso a un servicio médico esencial y obstaculizar su transición. El tribunal recordó que la identidad de género es “la experiencia personal de ser hombre, mujer o de ser diferentes que tiene cada persona y la forma en que aquella lo manifiesta a la sociedad”, y que esta debe estar amparada por los derechos a la dignidad humana y al libre desarrollo de la personalidad. La Corte reiteró que el derecho a la salud es integral, e incluye las dimensiones físicas, mentales, sociales y emocionales. En el caso de las personas trans, también comprende los aspectos médicos vinculados a su afirmación de género. Asimismo, precisó que el diagnóstico de disforia de género no implica considerar su identidad como una enfermedad, sino que constituye un paso necesario para acceder a los tratamientos. Negar este diagnóstico o los procedimientos ordenados, sostuvo el tribunal, vulnera derechos como la salud, la autonomía y el libre desarrollo de la personalidad. No son cirugías estéticas En la sentencia, la Corte enfatizó que las intervenciones médicas de afirmación de género no pueden catalogarse como procedimientos estéticos, sino como parte de un tratamiento médico integral que busca garantizar el bienestar físico y psicológico de las personas trans. El alto tribunal también recordó que las entidades prestadoras de salud no pueden imponer trabas administrativas ni contractuales que restrinjan el acceso a estos servicios. En el caso de Victoria, su tratamiento hormonal fue suspendido sin justificación, lo que la Corte calificó como una vulneración directa a su derecho a la salud. Además, reiteró que la atención médica debe ser continua y basada en el criterio profesional de los especialistas que conocen el historial del paciente, descartando la aplicación de “paquetes únicos” de servicios para toda la población trans. Uno de los puntos más relevantes del fallo es la restricción impuesta a las empresas de medicina prepagada. La Corte determinó que las cláusulas genéricas de exclusión no pueden ser usadas para negar tratamientos médicos, ya que violan los principios de igualdad y dignidad humana. Según la sentencia, las aseguradoras solo podrán excluir servicios si estos fueron expresamente señalados en el contrato y sustentados en una evaluación médica previa. Un precedente estructural La Sentencia T-377 de 2025 sienta un precedente clave para el reconocimiento pleno de los derechos de las personas trans en el sistema de salud colombiano. El fallo obliga tanto al sector público como al privado a garantizar el acceso pleno, oportuno y digno a los tratamientos de afirmación de género y refuerza el deber del Estado de evitar cualquier forma de discriminación institucional. Con esta decisión, la Corte Constitucional reafirma que la identidad de género es un aspecto esencial de la dignidad humana y que su respeto debe traducirse en acciones concretas dentro del sistema de salud. https://www.elolfato.com