La batalla de Bianka Rodríguez, la mujer trans que desafió a Bukele y logró el cambio de nombre legal en El Salvador
ATA-Sylvia Rivera • 20 de marzo de 2024
Después de tres años de lucha judicial, la activista pudo cambiar el nombre y género de su documento de identidad en 2022. Desde entonces, a través de la asociación que dirige, ha ayudado a otras 22 personas a seguir el mismo proceso

Bianka Rodríguez en una manifestación feminista en El Salvador
El pasado 4 de febrero, se celebraron elecciones presidenciales en El Salvador. Fueron las primeras en las que Bianka Rodríguez (1993, San Salvador) pudo votar como mujer. Esta joven trans de 31 años se ha convertido en toda una referente para el movimiento LGTBI de su país, donde los derechos de este colectivo son sistemáticamente vulnerados. Ella fue, en 2022, la primera mujer trans en cambiar su nombre y género del documento de identidad. Lo consiguió después de tres años de batalla judicial en los que fue sometida a todo tipo de peritajes.
“Te desnudan para ver tus cambios morfológicos, tienes que presentar muestras de orina, certificados de denuncias –en mi caso, por un intento de asesinato–, pasas por exámenes psicológicos, fisiológicos… Te revictimizan”, dice. La activista salvadoreña atiende a elDiario.es en la plaza de Pedro Zerolo, en el corazón del barrio madrileño de Chueca, tras participar en unas jornadas en Mérida sobre la cooperación internacional LGBTI. Allí escuchó testimonios parecidos al suyo, como el de Ale López Bemsch, que relató su experiencia como persona intersexual en Argentina, o Alice Nkom, abogada camerunesa conocida por su defensa del colectivo LGTBI. Rodríguez fue invitada como directora ejecutiva de la asociación Comcavis Trans y como primera mujer trans colaboradora de alto perfil de la Agencia de la ONU para los Refugiados (Acnur).
Conseguir un DUI (Documento Único de Identidad) en el que es reconocida como Bianka le ha facilitado la vida en muchos aspectos del día a día. Ya no corre el riesgo de que le denieguen un contrato de alquiler porque el arrendador dude al ver a una mujer con nombre masculino, ni tiene que dar explicaciones de más cuando quiere pagar con la tarjeta de crédito en un supermercado. Pero el momento más simbólico que ha vivido desde entonces fue durante las elecciones. “Me acerqué al colegio electoral nerviosa y con miedo porque pensaba que me iban a acusar de falsificar mi documentación, pero me encontré con todo lo contrario. Por primera vez me dijeron ‘señorita aquí tiene su papeleta’. Por fin he podido votar sin sufrir violencia verbal e institucional”, relata.
Tras su victoria judicial, la activista ha puesto en marcha un programa para facilitar los trámites a otras personas trans, con el que ya han conseguido ganar otros 22 casos. “Lo más gratificante es saber que he abierto la puerta a que otras muchas personas no sean discriminadas”, explica. Recuerda a una de las mujeres que han podido cambiar su documento de identidad y, gracias a ello, el nombre con el que se identifica aparece en su diploma de graduación: “Esta chica ha podido recoger el título maquillada, con el pelo largo, sin sufrir violencia”. Un avance respecto a lo que ella misma vivió unos cinco años atrás. La presión de algunos de sus profesores universitarios la obligaron a renunciar a su sueño de graduarse en Ingeniería Agroindustrial.
La transfobia comienza en la infancia
Con 15 años, Rodríguez se vio obligada a huir de su hogar tras toda una infancia soportando maltrato físico, verbal y psicológico por parte de su madre. “Cualquier cosa me recuerda mi niñez, un color de lápiz de ojos o mirar mis cicatrices en el espejo”, dice. “Cuando día tras día te dicen que se arrepienten de que hayas nacido, cuando te golpean por exteriorizar lo que sientes, te acabas creyendo que eres la mayor escoria de la sociedad. Este es el origen de los graves problemas de salud mental y las altas tasas de suicidio entre adolescentes LGTBI”.
Salió adelante con sus propios medios y gracias a algunas personas que la ayudaron en el camino. Pasó dos meses en casa de un compañero del colegio, hasta que una familia cristiana le dio trabajo en una panadería y, posteriormente, se ofreció a alojarla. Cobraba tan solo dos dólares al día, así que era su única opción. “No sabía que me estaba metiendo en la boca del lobo”, dice. En aquella casa descubrió lo que era la explotación laboral. Trabajaba todos los días de la semana y los domingos era obligada a acudir a un culto evangélico de reconversión. “A aquella casa solo pude llevar mi ropa, incluso me hicieron regalar un colchón que tenía. Me dijeron: '¿Ves esos dos sacos de harina? Acomódalos, porque vas a dormir ahí'. Así pasé dos años, viviendo peor que un animal”. Asegura que denunció la situación a las autoridades, pero se rieron de ella.
Salió de esa pesadilla gracias a su abuela materna, que había regresado a El Salvador tras unos años viviendo en Estados Unidos: “Era una mujer que tendría casi 70 años entonces, del área rural, pero se despojó de su mentalidad y me aceptó tal y como soy. Me dijo: 'No tengo nada más que esta champa [casucha] que ves aquí, pero puedo darte una cama y un plato de comida”. Su abuela le animó a retomar el bachillerato, que terminó con una mención honorífica, según explica. Pero en la universidad, todo cambió. Cuenta que, tras la presión de un catedrático, se vio obligada a decidir entre dar pasos atrás en su transición o abandonar la facultad. Escogió la última opción. Un informe elaborado por Comcavis Trans en 2022 estima que un 35% de la población salvadoreña LGTBI no tiene la educación básica, una cifra que cae al 24% si se miran los estudios superiores.
“No buscamos derechos especiales. Eso es lo que dice alguien que no ha vivido en la calle, quien no sabe lo que es acostarse con el estómago vacío y no tener ni papel higiénico para ir al baño. Estas son las condiciones en las que vivimos las personas trans, casi por cultura, en El Salvador”, añade la activista.
Su trayectoria como activista
Al dejar la universidad, se enfrentó a un mercado laboral que le cerraba todas las puertas: “Si tenía suerte me llamaban para alguna entrevista, pero luego me rechazaban por no cumplir con sus valores éticos”. Es en ese momento cuando entró en contacto con Comcavis, y descubrió que su historia era la de muchas otras. Desde 2017, es la directora de la asociación, un cargo que asumió después de que Karla Avellar huyera del país tras varios intentos de asesinato. Otra de las fundadoras, Tania Vázquez, fue asesinada en 2014, cuando Bianka Rodríguez llevaba apenas unos meses como voluntaria. “La policía nos culpó a nosotras y nunca investigó el crimen. Fue muy duro, pero su muerte, y la de Francella Méndez [activista por los derechos LGTBI], nos impulsaron a presentar una reforma del Código Penal, que ahora sanciona la violencia contra las personas del colectivo”.
Ella misma sufrió un secuestro con violencia en 2018, tras salir de un centro comercial. Un hombre armado la obligó a entrar en su coche y la llevó por calles y paradas que frecuentaba habitualmente, dándole a entender que llevaba un tiempo detrás de ella. Mientras, agarraba su pelo y le decía: “Te voy a matar por defender a los maricones”, según su testimonio. La obligó a bajarse en un parque controlado por un grupo criminal. “Pensé, o me mata él, o me matan ellos. Creía que iba a ser una estadística más”. El caso no fue investigado y nunca encontraron a su agresor.
Bianka Rodríguez tiene solo cuatro años menos de la edad media de vida de las mujeres trans en Latinoamérica, que según la red Redlactrans es de entre 35 y 41 años. Otro informe elaborado por la Asociación Solidaria para impulsar el Desarrollo Humano (Aspidh) registró unas 64 denuncias de vulneraciones de derechos de personas LGTBI entre 2017 y 2022, siendo la Policía Nacional Civil la entidad más señalada. Un 61% de esas denuncias las sufrieron mujeres trans y hombres homosexuales. De acuerdo al estudio elaborado por Comcavis un 90% de la población salvadoreña perteneciente al colectivo ha sufrido discriminación y un 83% algún tipo de violencia. Al menos seis de cada diez consultados dicen haber recibido esa violencia desde las instituciones, mientras que entre un 15% y un 30% de ellos aseguran ser discriminados en su entorno familiar, escolar y laboral.
Cuatro años de retroceso
Nayib Bukele fue uno de los invitados estrella de la Conferencia de Acción Política Conservadora, la convención ultra más importante del mundo, celebrada la última semana de febrero en EEUU. Entre sus asistentes, también se encontraban Donald Trump, Santiago Abascal o Javier Milei. El recién reelegido presidente aprovechó una de sus intervenciones para anunciar la eliminación de toda “ideología de género” de las aulas. “Confiamos nuestros hijos al sistema educativo para que les enseñen cosas útiles, luego vienen y quieren meterles ideología y cosas contrarias a la naturaleza”, dijo, acompañado de la directora de Moms for Liberty, un grupo de mujeres lucha contra el “adoctrinamiento” de lo woke (algo así como progre).
No es la primera medida que adopta en esta dirección. La primera decisión que tomó al llegar al poder en 2019 fue eliminar la secretaría de Inclusión Social y la dirección de Diversidad Sexual. “En esta última legislatura ha habido un cierre del espacio cívico de interlocución”, cuenta la activista. “Nos han mandado archivar los anteproyectos de ley de cambio de nombre y de identidad de género, además de todas las propuestas en igualdad. No están cumpliendo con su obligación constitucional de proteger a los grupos más vulnerables, solo propician el aumento del discurso de odio”.
Respecto a las últimas declaraciones del líder salvadoreño, la activista apunta a lo paradigmático de estar tratando de revertir una política educativa que su Ejecutivo puso en marcha. “Acusa al movimiento LGTBI de 'ideología de género', pero antes de 2019 no existía ningún manual de derechos sexuales y reproductivos, se elaboró en la pandemia”, dice con cierta incredulidad. Bianka Rodríguez define estos últimos cuatro años como de retroceso en materia de derechos, aunque no le sorprende la deriva conservadora de Bukele. “Busca fortalecer un discurso basado en la fe y desarticular todos los movimientos sociales, además de verse influenciado por el movimiento conservador global en el que quiere destacar”. Aun así, se siente orgullosa por lo que han conseguido como movimiento. “No estamos muy lejos de ver a candidatas trans en puestos verdaderamente decisivos”, concluye.
FUENTE: https://www.eldiario.es/desalambre/batalla-bianka-rodriguez-mujer-trans-desafio-bukele-logro-cambio-nombre-legal-salvador_1_10987072.html
Noticias

El XXIII Informe de Derechos Humanos de la Diversidad Sexual y de Género –del Movimiento de Integración y Liberación Homosexual (Movilh)– reveló que Chile registró el mayor retroceso en derechos LGBTIQ+ en 2024, desde el retorno de la democracia. En detalle, el documento arroja 2.847 casos y denuncias por discriminación. De ese total, el 39,73% afectó a la población trans, lo que significa un incremento del 462,69% en relación al año previo. Los abusos contra mujeres lesbianas aumentaron a 118, misma cifra a la del año 2023 y concentrando el 4,14% del total nacional. En tanto, los atropellos contra hombres gays registraron 195, un 41% menos que el año anterior, acumulando el 6,85% del total. “Año de la transfobia” “El 2024 pasará a la historia como el “año de la transfobia”, en tanto los derechos humanos de las personas trans, en especial de niños, niñas y adolescentes (NNA), fueron permanentemente vulnerados", señala el informe elaborado por el Movilh. Esto, añade, al “desconocerse el derecho a la identidad de género y poniéndose en jaque las conquistas del pasado que habían contribuido a mermar las desigualdades que les afectan, en particular en el acceso a la salud”. https://www.adnradio.cl

El mes del orgullo LGBTQ, celebrado en junio a nivel mundial, inició por los famosos disturbios de Stonewall, pero en específico, hubo dos mujeres involucradas que fueron las pioneras del movimiento: Marsha P. Johnson y Sylvia Rivera. El 28 de junio de 1969, la policía se detuvo en The Stonewall Inn con el fin de verificar las violaciones de la ley del alcohol y otras transgresiones, que es algo que hicieron regularmente. Lo que realmente ocurrió fue intimidación policial y demandas de pagos a cambio de no arrestar o publicitar los nombres de los clientes. Johnson, conocida por su feroz activismo y defensa de las personas queer sin hogar y las trabajadoras sexuales, fue una de las primeras en resistir la intimidación policial en el bar. También se rumorea que Sylvia Rivera arrojó la primera botella. Según los informes, los disturbios estallaron cuando la activista lesbiana Stormé DeLarverie fue atacada por la policía por decir que sus esposas estaban demasiado apretadas. Otros clientes de Stonewall arrojaron botellas, monedas y otros artículos a los oficiales mientras las tensiones aumentaban cuando la policía arrastraba a los que estaban dentro del bar. Tanto Johnson como Rivera, instrumentales en el movimiento de derechos LGBT, son acreditadas por jugar un papel importante en la reacción violenta contra la brutalidad policial en el Stonewall Inn. Haciendo énfasis en el rol de Johnson como catalizadora de los disturbios. A principios de la década de 1970, Johnson y su buena amiga Sylvia Rivera cofundaron la organización Street Transvestite Action Revolutionaries (STAR; Revolucionarias activistas travestidas callejeras); juntas eran una presencia visible en las marchas a favor de la liberación gay y otras acciones políticas radicales. En la década de 1980, Johnson continuó su activismo de la calle como organizadora respetada y marshall de ACT UP. Junto con Rivera, Johnson era «madre» de la Casa STAR, juntando ropa y comida para ayudar apoyar a las jóvenes drag queens, mujeres trans y chicos callejeros que vivían en los muelles de la calle Christopher o en su casa, en el Lower East Side de Nueva York. Actualmente hay diversos monumentos que guardan la memoria de éstas grandes activistas pioneras en el movimiento LGBTQ. Es importante saber que gracias a acciones de ellas y más personas, es que ahora podemos ser un poco más libres, y pese a que la lucha continúa, ellas y más nos han abierto el camino. ¡Feliz mes del orgullo LGBTQ! https://elclosetlgbt.com

En pleno 2025, los derechos de las mujeres trans enfrentan un retroceso alarmante, amenazados por discursos de odio, exclusiones legislativas y ataques a su visibilidad. Por eso, en esta edición de Proud Humans, cedemos el espacio a 12 mujeres trans que admiramos profundamente. Algunas han participado en este especial antes; otras se unen por primera vez. Pero todas se suman con un objetivo en común: alzan la voz para enviar un mensaje de resistencia. Porque, como reza una de las proclamas más poderosas de la marcha orgullo, “aquí está la resistencia trans”. ALEJANDRA BOGUE ACTRIZ Y CONDUCTORA @LABOGUEBO5 Mi mensaje de resistencia es que sigamos alegres, contentas, enteras. Sin olvidar quiénes somos, cómo somos y para qué somos con nosotras mismas. La verdad absoluta nadie la tiene más que la que llevas en el corazón.

Cuando muchos nacen, además de la huella digital que los hace únicos, hay prefijos, palabras y adjetivos que los acompañarán en la aventura de vivir y que determinarán sus destinos. Moria Casán es de esos seres que nació bajo el signo “trans”. Para ella, no remite sólo al término abreviado que se utiliza para referirse a personas transgénero o transexuales. En el caso de la diva, se emparenta con palabras como “transformación”, “transición” y “transmutación”. "Soy trans desde que nací", dice. Y no resulta rara la declaración. Como veremos, la existencia de la multifacética artista estuvo y está signada por causalidades “trans” que le permiten reinventarse y evolucionar. Mientras realiza los últimos ensayos de su nueva obra teatral llamada Cuestión de género (se estrenó el 30 de mayo en el Teatro Metropolitan), Moria Casán recibe a Clarín con su intacto carisma. Posa luminosa para las fotos y se entrega a la charla entusiasmada por su presente. En esta comedia francesa de Jade-Rose Parker que se convirtió en un fenómeno en París (con Victoria Abril como estrella), Casán comparte protagónico con Jorge Marrale, bajo la dirección de Nelson Valente y la producción general de Pablo Kompel, Tomás Rottemberg y Ricardo Hornos. El elenco se completa con Paula Kohan y Ariel Pérez de María. No es novedad que a sus 78 años, Moria proyecta emociones, ideas y sentimientos que trascienden la edad. Su energía es atemporal, siempre nueva y renovada. Ahora la metamorfosis artística la lleva a ponerse en la piel de Jade, una diseñadora que recibe el resultado negativo en un examen médico de rutina. Al comunicárselo a Francisco (Jorge Marrale), su esposo desde hace 30 años, aprovecha para revelarle un secreto que oculta desde el inicio del matrimonio. Dice Moria: “El tema de la obra es muy actual, habla de una transición de género, con todo lo que conlleva. Se refiere al bullying; a todo lo que debe atravesar una persona para ser libre. Y a quien se encuentra con que el otro nunca le dijo lo que pasaba y se siente engañado. Es un guión que propone una montaña rusa emocional, porque entendés a uno, y después te ponés de parte del otro, y comprendés a los dos”.

En Estados Unidos, los datos sobre la aceptación social hacia la comunidad LGBTQ+ muestran claras diferencias, especialmente en la percepción de las personas trans frente a lesbianas y gays. Una reciente encuesta del Pew Research Center reveló que aproximadamente el 60% de los adultos LGBTQ+ se sienten aceptados como gay o lesbiana, mientras que solo un 10% reportó una aceptación similar para personas no binarias y trans. Giovonni Santiago, un hombre trans de 39 años y veterano de la Fuerza Aérea radicado en el noreste de Ohio, observó que la aceptación hacia las personas trans ha disminuido considerablemente, correlacionándose con el aumento de legislaciones en varios estados que restringen los derechos y el acceso a atención sanitaria para menores trans. Estas leyes incluyen regulaciones sobre el uso de baños y la participación en deportes. Santiago expresó su preocupación por cómo la estigmatización de las personas trans ha comenzado a extenderse, señalando que este fenómeno ha perdurado en el tiempo. "Eran como la anomalía de la ignorancia y el odio, especialmente hacia las personas trans. Pero ahora vemos que, desafortunadamente, se está extendiendo por todo el país", afirmó. A pesar de la falta de aceptación social general, Santiago indicó que no teme por su propia seguridad, en contraste con muchas personas trans, quienes reportan temor constante por su integridad personal. "No lo siento tanto porque vivo una vida donde la mayoría de las personas no saben que soy trans a menos que lo diga específicamente", comentó. El estudio, realizado en enero entre 3.959 adultos LGBTQ+, se llevó a cabo tras la elección de Donald Trump y justo antes de que implementara políticas que afectaron negativamente a este grupo. La encuesta también reveló que la percepción sobre la aceptación familiar varía significativamente: cerca de la mitad de los gays y lesbianas dicen que sus padres los aceptan, mientras que solo un tercio de las personas trans reporta un nivel similar de aceptación en sus familias. Opiniones diversas y un futuro incierto En otro ámbito, una encuesta realizada por The Associated Press y el Centro NORC reveló que cerca de la mitad de los adultos en el país aprueban las decisiones de Trump en cuanto a temas trans. La situación legal en torno a las personas trans todavía es compleja, ya que la Corte Suprema está a punto de decidir sobre legislaciones que podrían restringir más los derechos de las personas trans en Tennessee, que incluyen prohibiciones sobre el acceso a la atención de afirmación de género para menores. Finalmente, la encuesta también mostró un vínculo entre el reconocimiento legal de las parejas del mismo sexo y el aumento en la aceptación social de la comunidad LGBTQ+. Un 66% de los encuestados afirmaron que la legalización del matrimonio entre personas del mismo sexo en EE.UU. hace 10 años mejoró la aceptación social. Aubrey Campos, una mujer trans que dirige un camión de tacos en Texas, expresó que aunque tuvo el apoyo de sus padres, otros jóvenes trans con los que trabaja enfrentan situaciones más complicadas, incluso el rechazo familiar y la expulsión del hogar. "Ahora, los tiempos son un poco oscuros. Este es un momento en el que debemos unirnos y lograr que sean más brillantes y hacer saber que no vamos simplemente a desaparecer", concluyó. https://www.cadena3.com

El comisario europeo de Justicia, Michael McGrath, urgió este martes a Hungría a respetar el derecho de sus ciudadanos a reunirse de manera pacífica después de que la policía húngara prohibiera este lunes una manifestación contra la homofobia y la transfobia invocando la controvertida ley que prohíbe las marchas LGTBI+ bajo el argumento de proteger a los menores. En este encuentro, los ministros de los Estados miembros debatirán la situación del Estado de derecho en Hungría en el marco del expediente que este país tiene abierto en Bruselas desde 2018, que eventualmente podría acabar en sanciones para Budapest pero que no ha logrado en siete años la unanimidad necesaria para progresar. España y otros dieciséis Estados miembros de la Unión Europea instaron este mismo martes a la Comisión Europea a actuar con "prontitud" y aprovechar las herramientas del Estado de derecho a su disposición para obligar a Hungría a dar marcha atrás en su prohibición de la marcha LGTBI+ prevista el 1 de junio. El comisario insistió en que la libertad de reunión es un derecho fundamental que "no supone una amenaza a la infancia o a nadie" -como arguye Budapest- y avanzó que Bruselas examina sus opciones para presionar a Hungría para que permita este tipo de marchas. En el Consejo de este martes, la Comisión Europea presentará los casos abiertos que tiene contra el país centroeuropeo (algunos de los cuales ya están ante la justicia europea en Luxemburgo) mientras que Hungría aseguró que "explicará a sus homólogos el marco legal y constitucional" de su país. "Espero que tras este debate mis colegas salgan con una visión más matizada de la legislación húngara", dijo a su llegada el ministro húngaro para las relaciones con la UE, Janos Boka, que negó que en Hungría exista una "prohibición del Orgullo". Algunos ministros de Asuntos Europeos presentes en la reunión, como la sueca Jessica Rosencrantz, lamentaron que el proceso se esté alargando tantos años y consideró "un sinsentido" seguir con las audiencias con las autoridades húngaras si no hay un cambio de actitud por su parte. Para avanzar en el expediente abierto por Bruselas y decidir si retirar a Hungría el derecho a voto, los otros 26 países de la UE tienen que estar plenamente de acuerdo; en los primeros años de proceso era el gobierno ultra de Polonia el que vetaba seguir adelante y ahora lo hace Eslovaquia. Hungría prohíbe por primera vez una marcha LGTB+ para "proteger a los niños" Como ya informábamos anteriormente, este lunes la policía húngara prohibió una manifestación contra la homofobia y la transfobia prevista para el 1 de junio, invocando la controvertida ley que prohíbe las marchas LGTB+ bajo el argumento de proteger a los menores, según denunciaron cinco ONG del país centroeuropeo. Esta es la primera vez que la policía hace uso de la polémica ley aprobada en marzo, que prohíbe las reuniones que visibilicen al colectivo LGTBI+, y que ha sido criticada por la Unión Europea (UE) como un ataque al derecho de las minorías. https://www.larazon.es

Vivian Jenna Wilson, hija del magnate Elon Musk, ha decidido alzar la voz desde las pasarelas. Su debut como modelo en la campaña de la marca queer Wildfang llega justo antes del Mes del Orgullo y marca un momento simbólico: no solo representa su evolución personal, sino también una declaración contra los comentarios públicos de su padre sobre las personas trans. Desde que inició su transición de género en 2020, Vivian ha enfrentado la mirada pública con valentía. En 2023, tras someterse a una cirugía de reasignación de sexo al cumplir 18 años, cortó lazos con Musk. Ahora, su aparición en una campaña que celebra la autoaceptación y la comunidad LGBTQ+ la coloca en el centro de una conversación urgente sobre identidad, familia y resiliencia. Una campaña que honra la identidad y desafía prejuicios La campaña de Wildfang, que saldrá oficialmente en junio, incluye piezas con los colores del orgullo y una camiseta con el lema: "Existir no debería ser revolucionario". Parte de las ganancias será destinada a The Trevor Project, organización que trabaja para prevenir el suicidio entre j óvenes LGBTQ+ . “Vivian representa todo en lo que creemos: valentía, brillantez y una expresión personal audaz”, afirmó Emma Mcllroy, CEO de la marca. Tras su sesión fotográfica, Vivian reflexionó con humor y orgullo: “Me vi en el espejo y pensé: ‘Oh mier..., soy preciosa’”. Su postura desafiante quedó clara en una entrevista con Teen Vogue, donde calificó a Musk como “un niño patético” y afirmó: “Me veo bastante bien para estar muerta”, en respuesta al comentario de su padre sobre haber “perdido” a su hijo. https://rpp.pe

La representación de la comunidad trans crece significativamente en las industrias del entretenimiento y la moda. Programas televisivos innovadores con reparto casi completamente LGBTQ+, han destacado el talento y la belleza de artistas trans históricamente marginadas. Este avance representa un gran paso. No obstante, debemos recordar que la conquista creciente de estos espacios por celebridades trans surge de una intensa lucha contra la discriminación y el activismo constante. Además, estas figuras han demostrado repetidamente que el talento, la belleza y la competencia trascienden las barreras de género. En esta galería, descubre las celebridades trans exitosas y estrellas emergentes que están marcando la diferencia.

Human Right Watch (HRW) afirmó este lunes que una nueva ley aprobada en Perú con el objetivo de combatir la violencia sexual contra niños y niñas amenaza la libertad de expresión y los derechos de las personas trans. Se trata de la Ley 32331, que según el documento oficial indica que tiene el objetivo de "fortalecer el derecho a la indemnidad sexual de los niños y los adolescentes" para garantizar su desarrollo integral, su integridad y su dignidad en todos los ámbitos, incluyendo los espacios públicos, educativos y otros. Sin embargo, HRW indicó en un comunicado que esta norma socava la libertad de expresión y el acceso a la información discriminando a las personas trans. "Las disposiciones vagas y excesivamente amplias de la ley también podrían utilizarse para restringir expresiones de identidad, contenidos artísticos y materiales educativos, mientras que no aborda de manera efectiva la omnipresente violencia sexual contra niños, niñas y adolescentes en el país", señaló. Apuntó que la ley ordena que el acceso a los baños públicos se restrinja en función del “sexo biológico”, prohibiendo de hecho a las personas trans, incluyendo los jóvenes trans, a utilizar los baños públicos que correspondan con su identidad de género. Además, aseguró que esta disposición no solo discrimina a las personas trans, sino que refuerza prejuicios dañinos e infundados que muestran la presencia de personas trans en los baños como una amenaza para la niñez. "Los estudios no han demostrado ninguna relación entre las políticas de baños inclusivos y el aumento de riesgos para la seguridad de mujeres o menores. Al contrario, son las personas trans las que se enfrentan a mayores riesgos de acoso y violencia en espacios públicos, incluyendo en los baños", añadió. También cuestionó otro artículo de la norma que prohíbe la “explotación y sexualización” de niños, niñas y adolescentes en los medios de comunicación, la publicidad y el entretenimiento. Consideró que, al no definir estos conceptos, "la disposición podría utilizarse para censurar expresiones personales o culturales, obras artísticas o materiales didácticos" y podrían limitar la capacidad de menores de acceder a una educación sexual integral apropiada a su edad, lo que ayuda a prevenir la violencia sexual. “Proteger a los niños, niñas y adolescentes de la explotación y el abuso sexual es una obligación fundamental del Estado, pero esta ley utiliza la protección de la niñez como pretexto para la represión y la discriminación”, sostuvo en el comunicado el investigador de HRW Cristian González. Agregó que se abre la puerta a que las autoridades censuren expresiones que consideren inapropiadas bajo el pretexto de proteger a los niños, y "convierte en chivos expiatorios a las personas trans, un grupo que ya enfrenta un alto riesgo de violencia en el Perú". Concluyó que el Congreso peruano "debe derogar esta ley de forma urgente, que no solo falla en proteger a la niñez de la violencia sexual, sino que además pone en riesgo los derechos de las mismas personas que dice querer proteger, incluyendo los jóvenes trans". https://www.infobae.com

Samantha Flores tiene 93 años y sigue en la lucha por los derechos de las personas trans. Es una referente en México, donde llegó a abrir un centro para personas mayores LGTBIQ+, un colectivo más vulnerable a la soledad en la vejez. En una conversación con este periódico recuerda el tiempo que estuvo abierto este centro para personas LGTBI en México y llamado Vida Alegre. “Me costó como dos años recorrer oficinas, pedir ayuda para hacer la asociación Vida Alegre, para el adulto mayor LGTBI. Conseguimos un espacio, funcionamos durante casi más de cuatro años, y hubo un cambio de Gobierno y nos clausuraron sin ninguna explicación ni nada. Llegaron y pusieron sellos, y así está ahorita la situación, a tal grado que estamos buscando otro espacio nuevo para no tener dificultades. Pero te digo una cosa, el apoyo de la gente ha sido maravilloso”, resume. Explica que es muy complicado para las personas LGTBI “mantener un lugar y un grupo cuando llegas a la tercera edad” y que no se las tiene en cuenta. Señala que en Vida Alegre contaban con 40 asistentes y que seguirá en la lucha para “difundir la idea a todo el mundo de que las personas de la tercera edad tenemos derecho a ser atendidas” porque “no solamente la gente LGTBI+ de la tercera edad somos discriminados, también el abuelo heterosexual es discriminado por su propia familia”.