Cuando cambiar de nombre es todo un reto: la lucha de las infancias trans en México
ATA-Sylvia Rivera • 16 de mayo de 2024
Las personas menores de edad solo pueden realizar este trámite por la vía administrativa en cinco de los 32 Estados del país y en los consulados, pese a las sentencias de la Corte Suprema

Govinda Martínez, de 15 años, con una bandera de la comunidad trans, junto a su casa en Rosarito (Baja California, México), este 1 de marzo
Poder nombrarte es poder ser. Govinda Martínez lo tiene claro. Se sienta sonriente en un rincón de un restaurante con muchas mesas y sillas oscuras, y a sus 15 años, sus palabras irradian seguridad. Tras sus gafas y su pelo oscuro, va enlazando un discurso que parece construido con la solidez de las opiniones bien reflexionadas. Pese a las bofetadas de una sociedad abusiva y cruel con las personas de la diversidad sexual, él avanza con fuerza, empujado por una familia que lo apoya de manera incondicional. Una madre, un padre y cuatro hermanos que son su lugar seguro.
“Si me reconocen como trans, siento que me asocian a que tuve que pasar de mi sexo biológico a lo contrario, y no quiero. Me gusta que me vean solo como uno más. Me hubiera gustado que me llamaran por mi nombre para ser uno más”, dice. Se refiere a la vida en general. Y también, más en concreto, a su época escolar. Al tiempo que pasó en una secundaria pública de Rosarito, su municipio, en el Estado mexicano de Baja California, en el noroeste del país, una localidad de playa, de población trabajadora, surfistas, bares, algunas discotecas, y a ratos bastantes turistas estadounidenses, que cruzan desde la frontera en California.
En el colegio, la prefecta me dijo que no podía llevar el pantalón y me empezó a preguntar sobre mi periodo. Yo creo que no debía de preguntarme eso - Govinda Martínez
Esa etapa escolar no fue nada fácil para Govinda, nombre que aparece en la novela Siddartha, de Herman Hesse, y que eligió porque le pareció neutro: parece femenino, pero lo llevaba un personaje masculino. Entró en segundo, en el último trimestre, por la covid-19, porque entonces las clases se hacían desde casa. Pero no pudo terminar el primer trimestre de tercero. El entorno era demasiado hostil. Brisa Ríos, su madre, sentada junto a él en una esquina tranquila de este restaurante de Playas de Rosarito, dice: “No quiero seguir exponiéndolo a más situaciones. Teniendo ya su acta de nacimiento con el nombre cambiado, podrá ingresar a la escuela como quien es”.
En la partida de nacimiento todavía aparece su nombre anterior, pero en la escuela pidió que lo cambiaran en las listas. O por lo menos que lo llamaran solo por su apellido. No todos los profesores hicieron caso. “Las primeras clases, decían mi nombre anterior. A veces me quedaba sentado, sin decir nada, para que me tacharan. O iba enfrente y tenía que decirle al profesor, y ya todos me miraban. Así que la primera impresión de mis compañeros fue de alguien con un nombre que no le correspondía. Y aun así, había tenido que empezar el curso más tarde para que les dieran capacitación a los profesores”, lamenta. También pidió poder ir al baño de chicos y llevar el uniforme masculino. “Tenía que ir al baño de dirección, y sobre el uniforme, la prefecta me dijo que no podía llevar el pantalón y me empezó a preguntar sobre mi periodo. Yo creo que no debía de preguntarme eso”, opina.
Las dificultades no venían solo por ese tema. La adolescencia es el momento de querer pertenecer y de sufrir, a veces, mucha soledad. En ocasiones, Martínez se sentía mal entre clases o dentro de ellas. Se ponía nervioso, lloraba, le dolía la cabeza, tenía náuseas… Los profesores llamaban a sus padres para que lo fueran a buscar. Ellos trabajaban bastante lejos, pero siempre acudían lo más pronto posible, aunque tuvieran que pasarse horas atrapados en el tráfico entre Tijuana y Rosarito. “Todo lo relacionaban con eso: no es que no se acepta, a lo mejor se está arrepintiendo, ya no le hagan caso, solo quiere llamar la atención”, recuerda Ríos.
El informe Cinco años de #infanciatrans 2018-2023, publicado en enero por la Asociación por las Infancias Transgénero, explica que de las familias que atienden, el 84% aseguran que el personal de sus centros educativos ”no cuenta con información suficiente sobre diversidad sexo-genérica”; y el 57% tuvieron impedimentos en los “procesos de reconocimiento de identidad de género en la escuela”.
Por eso es tan importante para las infancias y las adolescencias trans poder cambiar el nombre en el acta de nacimiento. A la madre de Govinda Martínez le frustra: “Me pesa el estar viendo su nombre anterior. Siento como que le están humillando. No es lo que él es, no es lo que le representa”. Pero en este país, para conseguir ese cambio, todavía se están teniendo que librar muchas batallas.
Un laberinto legal
México está compuesto por 32 Estados, cada uno con su propio código civil. Todos ellos deben acatar lo que dicte la Suprema Corte de Justicia de la Nación (SCJN), pero como son soberanos, en este caso, la SCJN tiene que ir invalidando normas Estado por Estado para garantizar el derecho al cambio de nombre en el acta de nacimiento de niños trans. Una vez invalidadas, los Estados tienen que cambiar su código civil para adecuarlo a lo que pide la Suprema Corte. Muchos pasos farragosos que a veces se encallan.
Esas sentencias suelen basarse en el respeto a los derechos humanos y a la Constitución. Como describe una de ellas, de 2017, las personas tienen derecho a definir su identidad sexual y de género, y a que “los datos que figuran en los registros, así como en los documentos de identidad, correspondan a la definición que tienen de sí mismos”, porque se les tiene que garantizar “el libre desarrollo de la personalidad, el derecho a la privacidad, el reconocimiento de la personalidad jurídica y el derecho al nombre”. Meritxell Calderón, abogada especialista en derechos humanos, lo completa con una idea clave: “El Estado es una estructura social que está ahí para garantizar los derechos humanos, si no, no tiene sentido de ser. Tiene que garantizar que tú puedas hacer esos trámites, no limitarlos”.
Según el informe de la Asociación por las Infancias Transgénero, en 21 Estados mexicanos ya es posible ir al Registro Civil y hacer el cambio de nombre. Pero solo en cinco se permite a menores: Sinaloa, Jalisco y los consulados de México en el mundo pueden llevar a cabo el trámite sin límite de edad y Oaxaca, Ciudad de México y Morelos lo permiten, pero a mayores de 12 años. En Jalisco y Ciudad de México se puede hacer, además, sin la “la presencia obligatoria de dos progenitores”. Es muy importante, porque como explica Teresa Díaz, la activista que ha estado acompañando a Govinda Martínez y a su familia en todo este proceso, hay muchas personas que no cuentan con el apoyo de sus padres. Por eso, pide que se cree una institución que ayude a estas personas que aún no han cumplido la mayoría de edad, para que puedan acceder a su derecho.
Atrapados en el limbo burocrático
En junio de 2023, la Suprema Corte emitió fallos en esa misma línea para Sonora, Baja California Sur, y Baja California, donde vive Govinda. Esos tres Estados, en el plazo de un año, deben modificar sus leyes para adecuarlas a lo que pide la SCJN, pero no está siendo sencillo.
En ese limbo se han visto atrapados Martínez, su familia y Díaz, que está llevando todas las gestiones y que fue una de las impulsoras de esa sentencia. Junto con otros colectivos, presentó una acción de inconstitucionalidad ante la Comisión Nacional de Derechos Humanos para que esta, a su vez, la llevara a la Suprema Corte y se pronunciara ante las supuestas vulneraciones de Baja California. Después, recogieron 800 firmas para presentar una iniciativa de ley para las infancias tran. Junto con eso, tenían el caso de Govinda Martínez, que probaba la necesidad de la ley. El combo perfecto para el cambio.
En paralelo, ya hace aproximadamente un año que empezaron con los trámites para que el nombre de Govinda pudiera aparecer en sus documentos oficiales, amparándose en la no discriminación que promueve la Constitución mexicana y en el respeto a los derechos humanos de varias convenciones internacionales. Fueron al Registro Civil de Playas de Rosarito y solicitaron el cambio. La primera vez se lo negaron, argumentando que no era legal porque debía “tener al menos 18 años cumplidos”. Unos meses más tarde de la sentencia de junio de 2023 de la Suprema Corte para Baja California, Díaz cuenta que volvió con Martínez y sus padres al Registro Civil. La persona que los atendió, dice la abogada, ni siquiera conocía el reciente fallo de la SCJN. Cuando la activista le mostró la sentencia, el funcionario aceptó la petición, pero el 30 de diciembre, el Registro Civil volvió a declarar la rectificación improcedente, porque el Código Civil de Baja California aún no se había modificado para adecuarse a lo que establecía la SCJN. Aunque según afirma Díaz, a ellas no se lo notificaron hasta el 7 de marzo.
La activista ha acudido a instancias mayores a poner quejas y reclamar derechos. A lugares como la Comisión de Derechos Humanos, pero todavía no han conseguido salir de ese laberinto.
FUENTE: https://elpais.com/planeta-futuro/2024-05-16/cuando-cambiar-de-nombre-es-todo-un-reto-la-lucha-de-las-infancias-trans-en-mexico.html#
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Ante las crecientes presiones por parte del Gobierno de Donald Trump, el Hospital Infantil de Los Ángeles anunció el cierre definitivo de su centro de atención para jóvenes transgénero. La institución informó que también pondrá fin a su programa quirúrgico de reasignación de género. Dicha decisión ha generado gran controversia y desacuerdo, por lo que un grupo de manifestantes se congregó frente a las instalaciones del hospital para expresar su rechazo a la medida. Fuente: FoxNews/Foto: RRSS/atf https://xeu.mx

Ciudad de México, 11 jun (EFE).- La suprema Corte de Justicia de la Nación (SCJN) de México amparó a una mujer trans refugiada y obligó al Instituto Nacional de Migración (INM) a reconocer su identidad de género en sus documentos migratorios, informó este miércoles la Universidad Iberoamericana (UIA). En un comunicado, explicó que el martes la SCJN "resolvió un amparo indirecto en favor de una mujer refugiada trans", dicho amparo fue promovido por la Clínica Jurídica Alaide Foppa para Personas Refugiadas de la UIA en contra del INM "por carecer de procedimientos que le permitan expedir documentos migratorios que reflejen la identidad de género de personas trans". Explicó que la víctima del caso "habría padecido reiteradamente violencia transfóbica en Guatemala, lo que la habría forzado a cerrar su negocio y huir a México". Una vez en México, ella solicitó ser reconocida como refugiada ante la Comisión Mexicana de Ayuda a Refugiados (Comar) ya que temía que "de ser deportada podría ser torturada o asesinada" y tras analizar su caso, la Comar habría corroborado este riesgo y la reconocería como refugiada. El comunicado explicó que luego de ser reconocida por la Comar "la víctima se acercó al INM para que le otorgara una residencia migratoria", pero lamentablemente, la tarjeta que le otorgaron "no reflejaba el nombre o el género con el que se identificaba socialmente, lo que hizo que sufriera nuevamente muchos casos de discriminación". También notó que "cada vez que se veía obligada a mostrar sus documentos migratorios para identificarse, era identificada como mujer trans y tratada con rechazo en consecuencia". Ante ello, se acercó a la Clínica Jurídica, que presentó un amparo en su favor reclamando las violaciones a su identidad, reconocimiento de la personalidad jurídica y su derecho a la no discriminación. En la sentencia, la SCJN reconoció que "los documentos migratorios funcionan como documentos de identidad de las personas extranjeras y refugiadas" y observó que las normas que establecen los procedimientos administrativos de expedición de documentos migratorios "excluyen de su regulación las necesidades y derechos de las personas trans extranjeras". Además, la SCJN reconoció que los procedimientos del INM para la expedición de tarjetas "discriminan por excluir a las personas trans y reiteró que personas trans tienen derecho a contar documentos que reflejen su identidad, con independencia de si son nacionales o extranjeras". En consecuencia, ordenó al INM "implementar mecanismos que permitan la modificación de los datos de identidad y la ajusten conforme a la identidad de género de las personas extranjeras". (c) Agencia EFE https://es-us.noticias.yahoo.com

La autora de Harry Potter volvió a provocar un intenso debate en redes sociales, luego de ironizar sobre la identidad de género en respuesta a un comentario que la instaba a enfocarse solo en escribir. La escritora británica J.K. Rowling, autora de la saga Harry Potter, volvió a generar controversia en redes sociales luego de responder de manera sarcástica a un usuario que la instó a dejar de opinar sobre temas ajenos a la literatura. Todo comenzó cuando un internauta le escribió: “Cállate la boca y vuelve a escribir libros. A nadie le importa tu opinión sobre nada más que sobre la magia”. Lejos de ignorar el comentario, Rowling respondió con ironía: “Mi opinión sobre la magia es la misma que sobre las mujeres con pene: ninguna es real. Sin embargo, si quieres demostrarme que me equivoco, salta de un tejado en una escoba”. La frase de la autora británica reavivó las críticas que ha recibido en los últimos años por sus posturas sobre identidad de género, calificadas por muchos como transfóbicas. Rowling ha insistido en que sus opiniones responden a preocupaciones sobre los derechos de las mujeres, pero su tono en redes y sus mensajes reiterados en la materia han mantenido un alto nivel de polémica desde hace ya varios años.

El gobierno de Donald Trump continúa su batalla contra las Naciones Unidas —por crímenes de guerra, derechos humanos y el tratado climático, entre otros—, mientras también sigue profundamente dividido en cuanto a los derechos de las personas lesbianas, gais, bisexuales, trans e intersexuales (Lgbti). Estados Unidos ha tomado varias medidas, algunas por decreto ejecutivo, relacionadas con las personas trans, entre ellas la restricción del acceso a la atención sanitaria afirmativa del género, la prohibición del servicio militar a las personas trans, la revocación de las protecciones para los estudiantes trans y el fin de la financiación federal para la ideología de género. Sin embargo, en contraste, la Organización de las Naciones Unidas (ONU) reconocen a las personas trans y sus derechos, afirmando el derecho humano de las personas trans al reconocimiento legal de su identidad de género, incluido el derecho a cambiar su género en documentos oficiales como los certificados de nacimiento. La ONU también trabaja para proteger a las personas trans de la discriminación y la violencia, y aboga por su inclusión e igualdad. A medida que se acelera la campaña para que una mujer ocupe el cargo de secretaria general de la ONU, la primera semana de junio circuló por los pasillos de la ONU una propuesta para que se instara a un Estado miembro a presentar una candidata trans simbólica para el cargo. Quizás no sea una realidad política a largo plazo, pero podría ser un acto simbólico de desafío contra la administración Trump, según confió un diplomático asiático a IPS. Un reportaje de la red de televisión informativa por cable CNN de comienzos de junio recordó que junio es el «mes del Orgullo», en el que las comunidades lesbiana, gay, bisexual, transy queer celebran la libertad de ser ellas mismas. «Sin embargo, quienes se identifican como Lgbti, especialmente las personas trans, siguen luchando por el derecho a existir sin prejuicios», planteó la televisora. Por temor a represalias de los clientes de derecha y de la administración Trump, 39 % de las marcas de consumo están reduciendo sus compromisos con el Mes del Orgullo este año. El presidente Trump ha amenazado con recortar los fondos para California porque una atleta trans de secundaria participó en los campeonatos del estado de atletismo durante este mes. El Departamento de Educación ha ordenado a la Universidad de Pensilvania que prohíba a los atletas trans participar en equipos femeninos. El Pentágono está obligando a los miembros trans del ejército a abandonar las fuerzas armadas y les ha prohibido alistarse. Además, el Departamento de Salud y Servicios Humanos ha ordenado a los proveedores de atención médica que dejen de prestar asistencia sanitaria a menores para reafirmar su identidad de género, según la CNN. Mientras tanto, los conflictos entre Estados Unidos y la ONU incluyen la retirada de Estados Unidos de la Organización Mundial de la Salud (OMS) y del Consejo de Derechos Humanos. Igualmente, hay amenazas de hacer lo mismo de la Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura (Unesco), la Oficina del Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Refugiados (Acnur) y la Agencia de las Naciones Unidas para los Refugiados de Palestina (Unrwa), y es posible que se sumen más. James E. Jennings, presidente de Conscience International, dijo a IPS que «los tiranos, los autócratas y los oligarcas son siempre los que quieren quitar los derechos a las personas, prefiriendo una sociedad estratificada con ellos mismos en la cima a una igualitaria». Sin embargo, los documentos fundacionales de Estados Unidos proclaman lo contrario, afirmando la libertad y la justicia para todos y con la intención de promover el bienestar general protegiendo al individuo en lugar del Estado, afirmó. «Tenemos derecho a preguntarnos: ‘¿Cuál es la verdad? ¿Se van a democratizar realmente los derechos humanos o no?’. Si es así, podemos aprender a gestionar nuestra sociedad de forma equitativa, cuidando de todas y cada una de las personas que la componen», planteó. Jennings reconoció que las cuestiones relacionadas con las costumbres sociales y la sexualidad humana son difíciles de plasmar en un código legal, ya que las actitudes y las prácticas cambian con el tiempo, y la propia ley cambia de generación en generación. Para este experto, el principio de la libertad humana prevalece sobre Trump «y sus secuaces del Maga», la sigla de su lema de campaña «Make America Great Again (Hagamos que Estados Unidos vuelva a ser grande otra vez)». Mientras tanto, la administración Trump ha tomado varias medidas relacionadas con las personas trans, entre ellas: • Tratamiento de las personas trans en las prisiones federales: Se han establecido políticas para tratar a las personas trans en las prisiones federales según el sexo que se les asignó al nacer, lo que podría dar lugar a condiciones de alojamiento perjudiciales. • Eliminación del género de los sitios web federales: Se ha eliminado de los sitios web federales la información relacionada con la llamada «ideología de género» y, en algunos casos, se ha sustituido el término «género» por «sexo». • Denegación de los indicadores de género en los pasaportes: Se están denegando las solicitudes de pasaportes con indicadores de género distintos de masculino o femenino, así como las solicitudes de cambio de indicador de género entre masculino y femenino. Sin embargo, según informes publicados, muchas de estas políticas se han enfrentado a impugnaciones legales»: • El Tribunal Supremo ha permitido que la prohibición del servicio militar a las personas trans entre en vigor por ahora, pero el litigio sigue en curso. • Las medidas del gobierno han suscitado críticas por parte de los defensores de los derechos Lgbtiq+, que argumentan que son discriminatorias y perjudiciales. Según la ONU, las personas Lgbtiq+ son discriminadas en el mercado laboral, en las escuelas y en los hospitales, maltratadas y repudiadas por sus propias familias. Son objeto de agresiones físicas, como palizas, agresiones sexuales, torturas y asesinatos. La discriminación y la violencia motivada por el odio contra las personas Lgbtiq+ es generalizada, brutal y a menudo impune, y es aún peor para quienes pertenecen a comunidades racializadas. También son víctimas de tortura y malos tratos, incluso bajo custodia, en clínicas y hospitales. En unos 77 países, leyes discriminatorias penalizan las relaciones homosexuales privadas y consentidas, lo que expone a las personas al riesgo de ser detenidas, procesadas, encarceladas e incluso, en al menos cinco países, condenadas a muerte. Desde 2010, según la no gubernamental Comisión Internacional de Gays y Lesbianas de Derechos Humanos (Outright International), las personas trans en Estados Unidos pueden cambiar el indicador de género en sus pasaportes. En 2021, el Departamento de Estado de los Estados Unidos alineó esta política con las mejores prácticas internacionales al eliminar los requisitos de certificación médica para hacerlo, y en 2022 comenzó a ofrecer la opción de un indicador de género «X» en los pasaportes para las personas no binarias. Al revertir estas políticas, la administración Trump socava la capacidad de las personas trans, no binarias e intersexuales de que se reconozca y respete su identidad de género, lo que entra en conflicto directo con los principios de la autodeterminación y la autonomía. Exigir a las personas que lleven documentos de identidad que no reflejen su identidad de género también las expone a un mayor riesgo de violencia y restringe su libertad de circulación, un derecho protegido por el Pacto Internacional de Derechos Civiles y Políticos. La política podría suponer un riesgo inmediato para los miembros de las fuerzas armadas y otros funcionarios del gobierno de Estados Unidos que actualmente están desplegados o trabajando en el extranjero con pasaportes que reflejan su identidad de género, según Outright International. https://ipsnoticias.net

Durante junio, se conmemora en Chile y el Mundo el Mes del Orgullo, instancia en la cual se busca visibilizar las problemáticas y desafíos con la comunidad LGBTQI+. En ese sentido, uno de los problemas que persiste de forma alarmante en el país es la falta de acceso a servicios de salud mental seguros, afirmativos y culturalmente competentes para la población Las brechas en el sistema sanitario afectan directamente el bienestar emocional y físico de estas comunidades, generando un impacto profundo y, muchas veces, silenciado. Así lo señaló Jaime Méndez, psicólogo clínico Especialista en Diversidad Sexual y de Género en ADIPA. “La discriminación social actúa como una forma estructural de violencia que se inscribe en las corporalidades y subjetividades, afectando profundamente la salud mental”, dijo. “El rechazo familiar, la exclusión escolar, el acoso callejero, la precarización laboral y el discurso de odio mediático configuran un entorno que vulnera cotidianamente el bienestar psíquico y físico de las personas LGBTQIANB+”, agregó. Según la encuesta T de OTD Chile en el año 2017, más del 76% de las personas trans han sido discriminadas por su identidad de género, y más del 50% ha recurrido al auto-daño como forma de respuesta emocional. Ahora bien, según el Movimiento de Integración y Liberación Homosexual (Movilh), en su último Informe Anual de Derechos Humanos, el 80,9% de las personas LGBTQ+ ha sufrido discriminación a lo largo de su vida, y el 57,7% en el último año. Además, el 38,6% de las personas LGBTQ+ se ha autolesionado al menos una vez en su vida debido a la discriminación, y el 17,7% ha intentado suicidarse. “Este contexto se traduce en una mayor prevalencia de sintomatología ansiosa, depresiva, conductas de aislamiento e incluso ideación suicida. La discriminación social impacta directamente en la salud mental, al generar sentimientos de vergüenza, aislamiento, ansiedad y temor a la violencia. El estigma, tanto en los espacios sanitarios como en la vida cotidiana, puede internalizar y producir sufrimiento subjetivo sostenido”, manifiesta el profesional de ADIPA. Si bien Chile ha dado pasos importantes, como la Ley de Identidad de Género, aprobada en diciembre de 2018, la que reconoce y da protección al derecho a la identidad de género, y algunas iniciativas locales de atención inclusiva, aún persiste una deuda estructural profunda en materia de salud mental. La salud mental no puede seguir siendo un privilegio ni un lugar de exclusión. https://www.adnradio.cl

El gobernador republicano de Nebraska, Jim Pillen, firmó este miércoles una ley que prohíbe oficialmente a estudiantes trans participar en deportes femeninos, lo que convierte al estado en el más reciente en impedir que atletas trans puedan competir en equipos de mujeres y niñas. El líder conservador firmó la ley rodeado de atletas femeninas, una docena de legisladores y la exnadadora universitaria Riley Gaines, quien en los últimos meses se ha convertido en una de las más célebres defensoras de la prohibición de atletas trans en deportes femeninos. La medida fue aprobada la semana pasada por la Legislatura de Nebraska en una cerrada votación que se decidió por un solo voto emitido según líneas partidistas. Sin embargo, la ley fue reducida en relación con su versión inicial, la cual buscaba no solo impedir que las atletas trans pudieran competir en equipos de niñas y mujeres, sino también prohibir oficialmente a todas las estudiantes trans usar baños y vestuarios acordes con su identidad de género. Los patrocinadores de la ley aceptaron eliminar esta prohibición después de que el senador republicano de Omaha, Merv Riepe, declarara que, de lo contrario, votaría en contra de la medida. Una prohibición justificada En los últimos meses, al menos otros 24 estados en todo el país han adoptado este tipo de prohibiciones. El presidente estadounidense, Donald Trump, firmó a principios de año una orden ejecutiva destinada a dictar en qué competiciones deportivas pueden participar atletas trans, e incluso se enfrentó al estado de Maine en tribunales por permitir la participación de atletas trans en deportes femeninos. La ACLU emite una denuncia Tras la nueva ley firmada por Pillen, la Unión Americana de Libertades Civiles (ACLU) de Nebraska emitió una denuncia, con su directora, Mindy Rush Chipman, argumentando que esta prohibición cierra las puertas a muchos estudiantes trans para participar plenamente en sus comunidades escolares. “Esta prohibición solo creará problemas, no resolverá ninguno”, dijo Rush Chipman. https://voz.us

El XXIII Informe de Derechos Humanos de la Diversidad Sexual y de Género –del Movimiento de Integración y Liberación Homosexual (Movilh)– reveló que Chile registró el mayor retroceso en derechos LGBTIQ+ en 2024, desde el retorno de la democracia. En detalle, el documento arroja 2.847 casos y denuncias por discriminación. De ese total, el 39,73% afectó a la población trans, lo que significa un incremento del 462,69% en relación al año previo. Los abusos contra mujeres lesbianas aumentaron a 118, misma cifra a la del año 2023 y concentrando el 4,14% del total nacional. En tanto, los atropellos contra hombres gays registraron 195, un 41% menos que el año anterior, acumulando el 6,85% del total. “Año de la transfobia” “El 2024 pasará a la historia como el “año de la transfobia”, en tanto los derechos humanos de las personas trans, en especial de niños, niñas y adolescentes (NNA), fueron permanentemente vulnerados", señala el informe elaborado por el Movilh. Esto, añade, al “desconocerse el derecho a la identidad de género y poniéndose en jaque las conquistas del pasado que habían contribuido a mermar las desigualdades que les afectan, en particular en el acceso a la salud”. https://www.adnradio.cl

El mes del orgullo LGBTQ, celebrado en junio a nivel mundial, inició por los famosos disturbios de Stonewall, pero en específico, hubo dos mujeres involucradas que fueron las pioneras del movimiento: Marsha P. Johnson y Sylvia Rivera. El 28 de junio de 1969, la policía se detuvo en The Stonewall Inn con el fin de verificar las violaciones de la ley del alcohol y otras transgresiones, que es algo que hicieron regularmente. Lo que realmente ocurrió fue intimidación policial y demandas de pagos a cambio de no arrestar o publicitar los nombres de los clientes. Johnson, conocida por su feroz activismo y defensa de las personas queer sin hogar y las trabajadoras sexuales, fue una de las primeras en resistir la intimidación policial en el bar. También se rumorea que Sylvia Rivera arrojó la primera botella. Según los informes, los disturbios estallaron cuando la activista lesbiana Stormé DeLarverie fue atacada por la policía por decir que sus esposas estaban demasiado apretadas. Otros clientes de Stonewall arrojaron botellas, monedas y otros artículos a los oficiales mientras las tensiones aumentaban cuando la policía arrastraba a los que estaban dentro del bar. Tanto Johnson como Rivera, instrumentales en el movimiento de derechos LGBT, son acreditadas por jugar un papel importante en la reacción violenta contra la brutalidad policial en el Stonewall Inn. Haciendo énfasis en el rol de Johnson como catalizadora de los disturbios. A principios de la década de 1970, Johnson y su buena amiga Sylvia Rivera cofundaron la organización Street Transvestite Action Revolutionaries (STAR; Revolucionarias activistas travestidas callejeras); juntas eran una presencia visible en las marchas a favor de la liberación gay y otras acciones políticas radicales. En la década de 1980, Johnson continuó su activismo de la calle como organizadora respetada y marshall de ACT UP. Junto con Rivera, Johnson era «madre» de la Casa STAR, juntando ropa y comida para ayudar apoyar a las jóvenes drag queens, mujeres trans y chicos callejeros que vivían en los muelles de la calle Christopher o en su casa, en el Lower East Side de Nueva York. Actualmente hay diversos monumentos que guardan la memoria de éstas grandes activistas pioneras en el movimiento LGBTQ. Es importante saber que gracias a acciones de ellas y más personas, es que ahora podemos ser un poco más libres, y pese a que la lucha continúa, ellas y más nos han abierto el camino. ¡Feliz mes del orgullo LGBTQ! https://elclosetlgbt.com

En pleno 2025, los derechos de las mujeres trans enfrentan un retroceso alarmante, amenazados por discursos de odio, exclusiones legislativas y ataques a su visibilidad. Por eso, en esta edición de Proud Humans, cedemos el espacio a 12 mujeres trans que admiramos profundamente. Algunas han participado en este especial antes; otras se unen por primera vez. Pero todas se suman con un objetivo en común: alzan la voz para enviar un mensaje de resistencia. Porque, como reza una de las proclamas más poderosas de la marcha orgullo, “aquí está la resistencia trans”. ALEJANDRA BOGUE ACTRIZ Y CONDUCTORA @LABOGUEBO5 Mi mensaje de resistencia es que sigamos alegres, contentas, enteras. Sin olvidar quiénes somos, cómo somos y para qué somos con nosotras mismas. La verdad absoluta nadie la tiene más que la que llevas en el corazón.

Cuando muchos nacen, además de la huella digital que los hace únicos, hay prefijos, palabras y adjetivos que los acompañarán en la aventura de vivir y que determinarán sus destinos. Moria Casán es de esos seres que nació bajo el signo “trans”. Para ella, no remite sólo al término abreviado que se utiliza para referirse a personas transgénero o transexuales. En el caso de la diva, se emparenta con palabras como “transformación”, “transición” y “transmutación”. "Soy trans desde que nací", dice. Y no resulta rara la declaración. Como veremos, la existencia de la multifacética artista estuvo y está signada por causalidades “trans” que le permiten reinventarse y evolucionar. Mientras realiza los últimos ensayos de su nueva obra teatral llamada Cuestión de género (se estrenó el 30 de mayo en el Teatro Metropolitan), Moria Casán recibe a Clarín con su intacto carisma. Posa luminosa para las fotos y se entrega a la charla entusiasmada por su presente. En esta comedia francesa de Jade-Rose Parker que se convirtió en un fenómeno en París (con Victoria Abril como estrella), Casán comparte protagónico con Jorge Marrale, bajo la dirección de Nelson Valente y la producción general de Pablo Kompel, Tomás Rottemberg y Ricardo Hornos. El elenco se completa con Paula Kohan y Ariel Pérez de María. No es novedad que a sus 78 años, Moria proyecta emociones, ideas y sentimientos que trascienden la edad. Su energía es atemporal, siempre nueva y renovada. Ahora la metamorfosis artística la lleva a ponerse en la piel de Jade, una diseñadora que recibe el resultado negativo en un examen médico de rutina. Al comunicárselo a Francisco (Jorge Marrale), su esposo desde hace 30 años, aprovecha para revelarle un secreto que oculta desde el inicio del matrimonio. Dice Moria: “El tema de la obra es muy actual, habla de una transición de género, con todo lo que conlleva. Se refiere al bullying; a todo lo que debe atravesar una persona para ser libre. Y a quien se encuentra con que el otro nunca le dijo lo que pasaba y se siente engañado. Es un guión que propone una montaña rusa emocional, porque entendés a uno, y después te ponés de parte del otro, y comprendés a los dos”.